En el barrio de Núñez, en la ciudad de Buenos Aires, un grupo de vecinos transformó un terreno abandonado junto a las vías, en un jardín comunitario que hoy es un verdadero oasis urbano. Este espacio, conocido como Jardines de Pissarro, se ha convertido en un lugar único para recorrer, aprender y disfrutar de la naturaleza en plena ciudad.
Según Vale Boxaca, una de las impulsoras del proyecto, todo comenzó como una iniciativa para recuperar el terreno. “Es un espacio de jardinería vecinal, colaborativa y comunitaria. Empezó como una remediación del lugar y se convirtió en un jardín”, explica. Los primeros pasos fueron simples pero significativos: “Empezamos a limpiar, evitar que los autos estacionaran y compactaran la tierra, y plantamos pequeñas especies rescatadas como aloe vera y plantas rústicas. Usábamos lo que teníamos, lo que los vecinos donaban en macetas”.
Este primer encuentro con Jardines de Pissarro fue durante una actividad especial para familias que llenó el espacio de charlas y aprendizaje. Ese día, los niños estaban invitados a participar en un taller organizado por Flor, de Taller de Mariposas, donde exploraron el mundo de los insectos con lupas y se sumergieron en el arte del origami creando sus propias mariposas de papel.
En este video charlamos con Vale y cuenta de que se trata:
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Jardines de Pissarro también es un espacio recreativo, con senderos que inicialmente se diseñaron para facilitar el mantenimiento pero que ahora son recorridos por niños, vecinos y visitantes curiosos. “Empezamos a observar bichitos y pájaros que llegan al jardín”, comenta Vale, destacando el impacto positivo de este proyecto en la biodiversidad urbana.
Hoy en día, el jardín alberga una gran variedad de especies, todas identificadas con cartelitos para facilitar el aprendizaje. Además, se organizan talleres y ciclos de capacitación abiertos a la comunidad. El cuidado y mantenimiento del espacio sigue siendo una tarea compartida entre los vecinos, fortaleciendo los lazos del barrio.
Un reconocimiento especial llegó de la mano de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, que declaró a Jardines de Pissarro de Interés Cultural de CABA. En sus redes sociales, el grupo celebró el logro: “Es hermoso que los legisladores hayan reconocido el gran valor cultural, social y ambiental del proyecto de jardinería comunitaria de nuestro barrio”.
El ambiente del jardín emanaba una calidez vecinal que lograba transformar un rincón de la gran ciudad en un espacio que se sentía más como un pequeño pueblo. Este espíritu comunitario, cargado de colaboración y afecto, contrasta con la impersonalidad que a veces caracteriza a una metrópolis como Buenos Aires, y demuestra el impacto de un proyecto local en la vida de sus habitantes.
En esta época del año, el jardín está en plena floración, con mariposas y colibríes que lo llenan de vida. Un lugar donde aprender, conectarse con la naturaleza y disfrutar en comunidad.