Con el fin de las tasas reales negativas en los créditos en pesos el agro debe redireccionar la búsqueda de financiamiento hacia el segmento dolarizado. Sin embargo, existe un riesgo latente importante en ese sentido.
La apreciación cambiaria, en el marco de un proceso de estabilización de la macroeconomía, generó cambios en el patrón de financiamiento del sector agropecuario. Anteriormente, la inestabilidad cambiaria y la política monetaria favorecía, en general, la toma de crédito en pesos.
Sin embargo, con la devaluación mensual fijada en 2% se encareció el financiamiento en pesos respecto a las alternativas en dólares. Al mismo tiempo, el nuevo “blanqueo” de capitales agregó más dólares al sistema, impulsando así la baja de las tasas en moneda extranjera.
“De este modo, partiendo de valores cercanos a los mínimos históricos al asumir Javier Milei en diciembre de 2023, a septiembre de este año (último dato oficial) el stock de crédito en dólares al sector agropecuario en términos reales es de 1202 millones, una variación de 180% versus diciembre del año pasado”, indica el Reporte de Actualidad AgroCREA. De manera contraria, el financiamiento real en pesos tuvo una retracción del 2% en igual período
“Cabe señalar que desde 2002 existe una regulación macro prudencial que restringe la posibilidad de financiarse en dólares a aquellos que no poseen ingresos en divisas para evitar la insolvencia de los deudores ante una devaluación, como ocurrió a la salida de la convertibilidad”, remarca el informe.
“Esta limitación restringe los sujetos de crédito y explica las bajas tasas en dólares. Actualmente, dada la abundancia de dólares en los bancos, existe la ‘tentación’ de relajar la normativa”, alerta.
Es decir: los sectores exportadores, con el agroindustrial a la cabeza, tienen en la actualidad un acceso preferencial al financiamiento en dólares y, por ese motivo, la tasa de interés a la acceden resulta atractiva.
Pero si el gobierno decide eliminar esa restricción implementada en 2002 y para que muchos sectores no exportadores puedan acceder a créditos en dólares, la demanda por esa “mercadería” se incrementará y también el costo de la misma, es decir, la tasa de interés.
“Hacia adelante, se esperaría un crecimiento del financiamiento en dólares, aunque si se flexibilizan las regulaciones macro prudenciales el financiamiento podría encarecerse ante la potencial ampliación de solicitantes”, advierte el informe.
En noviembre de este año el stock de crédito en dólares al sector privado en su totalidad se situó en 8785 millones, lo que implica una relación préstamos/depósitos del 26%, mientras que en 2016-2019 ese ratio rondaba el 50%.