¿Hay atraso cambiario?
Luis Rappoport, es un economista dedicado especialmente al Desarrollo Económico, y frente a esa pregunta concreta no dudó en afirmar que la respuesta es positiva: la Argentina está sufriendo un fenómeno de atraso cambiario y eso desata diferentes dolores de cabeza entre los sectores productivos.
“Una cosa que habitualmente se toma (para medir el atraso cambiario) es lo que se llama el índice Big Mac, que es cuánto vale un Big Mac en Estados Unidos, cuánto vale en Argentina, cuánto vale en otros países, etcétera. Lo hace The Economist de Londres desde hace años, y realmente cierra bastante bien con un análisis más riguroso de la evaluación de las monedas y de la capacidad de compra que tienen esas monedas. O sea… Y tomando ese índice el mes pasado, la Argentina está medida en dólares un 20% aproximadamente más caro que Estados Unidos”, define de entrada.
Y agrega: “Si estamos en esa relación con Estados Unidos, ni me imagino lo que estamos con Brasil, pero debe ser cerca del doble”.
-¿Este es un indicador que toman y que después se puede contrastar con estudios mucho más rigurosos?
-Sí, habitualmente da muy parecido,
-¿Y qué significa en términos económicos concretos?
-Significa algo que yo he estado escuchando y es muy verosímil: que la cebolla, que habitualmente se cultivaba en la Argentina, hoy día se importa en Brasil, y la zanahoria lo mismo, y así una cantidad de productos.
-Eso hablando del sector agropecuario. Ni me imagino lo que pasa en el sector industrial.
-No hace falta imaginárselo, porque hay una organización que se llama Fundación Observatorio PyME, que desde hace unos 30 viene siguiendo la información de las Pymes muy rigurosamente. Es una entidad esencialmente sostenida por Techint y con profesionales muy serios. Lo que está dando para el tercer trimestre es que, obviamente cayó todo porque estamos en recesión, pero las ventas no cayeron tanto como la producción y tampoco tanto como la disminución de personal. Entonces acá aparece una duda: o hay una liquidación de stocks, o hay un aumento de importaciones donde los empresarios Pyme están importando en lugar de producir. Supongo que en el último trimestre, lo preguntará la gente de Observatorio.
1/n) La fuerte apreciación cambiaria (contracara de la rápida desaceleración de la inflación) + triunfo de Trump + depreciación del Real Brasileño= complica especialmente a la industria, pero también a los demás sectores transables. En este hilo me enfocaré en perspectivas Agro! pic.twitter.com/QklpBqfswA
— LorenzoSigautGravina (@LSigautGravina) November 22, 2024
-Entonces la primera conclusión es que tener un dólar barato en la Argentina, o que estamos caros en dólares. Y que eso incentiva las importaciones… Pero también empieza a ser una queja recurrente en los sectores exportadores como el agro.
-Desde luego. Lo que pasa es que en el sector agropecuario se mezcla el problema del atraso cambiario con la caída de los precios internacionales y a eso se suman las retenciones. Entonces es una fórmula en la que la rentabilidad está muy finita y en lugares más remotos, donde hay que pagar fletes importantes, ya no llega a ser rentabilidad.
-El argumento de los que minimizan esta situación de atraso cambiario es que es necesario este anclaje para garantizar la lucha contra la inflación. ¿Eso es así? ¿Es una herramienta imprescindible para dar una lucha inflacionaria?
-Yo creo que con la recesión que hay, en buena medida derivada del ajuste fiscal y el ajuste monetario, personalmente creo que no era necesario llegar a este nivel de atraso cambiario. Posiblemente hubiese sido un poco más lenta la caída de la inflación, pero no tan lesiva para el sector productivo.
-¿Entonces atribuye más el hecho de que los precios se hayan acomodado un poco al nivel de actividad más que a la macroeconomía?
-Absolutamente toda la profesión asume que la caída de la inflación tiene mucho que ver con la recesión, pero eso es una recesión inevitable que tiene que ver con el ajuste fiscal. Yo eso no lo critico, ni mucho menos. Es un mal trago que había que pasar en el curso de un año.
-¿Cuánto tiempo aguantan los sectores productivos un escenario de tanto atraso cambiario? ¿Es recomendable extenderlo mucho tiempo más?
-Es muy difícil salir de este atolladero. Obviamente generar una devaluación brusca no es recomendable, pero tampoco es recomendable seguir bajando la tasa, que hoy día está en 2% de devaluación mensual, al 1%, como se anunció. En un cierto punto, debería ser al revés. Habría que aumentar al 3%, por ejemplo, por encima de la inflación.
-Para que la devaluación sea un poquito más alta que la inflación, a contramano a lo que ha venido sucediendo… Para ir recomponiendo un poco el margen y la competitividad de los sectores exportadores.
-Esta es la idea. La competitividad de los sectores exportadores y también de los sectores productivos argentinos, que aunque no sean exportadores, es mejor que produzcan y no que importen, ¿no? Fíjate en el sector automotriz, por ejemplo. Hubo inversiones automotrices recientemente, ampliaciones, etcétera. Y nosotros tenemos una industria de autopartes. Y al lado nuestro está Brasil, que a veces devaluó su moneda, y que tiene una industria de autopartes mucho más fuerte que la nuestra. Si tienen que competir los automotrices contra automotores que vienen del exterior, tienen que cuidar los costos. Y la mejor forma de cuidar los costos va también siendo importando más autopartes de Brasil. Entonces el autopartista argentino queda colgado de la brocha.
-Pero el gobierno parece tener decidido seguir por este sendero.
-Si sigue por este sendero, pero baja sustancialmente los impuestos, entonces pone un campo parejo en la competitividad. Pero si mantenemos las retenciones del sector agropecuario, el impuesto al cheque, 35% de impuesto a la ganancia, y ni que hablar de ingresos brutos, un impuesto provincial muy distorsivo, se torna imposible competir. No se puede reevaluar la moneda de esta forma y no bajar los impuestos. Si se hace una cosa, hay que hacer la otra.