Este lunes por al tarde, el cielo se puso oscuro sobre toda la ciudad de Salta, mientras el servicio meteorológico pasaba de alerta amarilla a alerta naranja. “En cuestión de minutos, Salta se vio en un caos. Calles intransitables, inundaciones, árboles caídos y rutas cortadas son algunas de las imágenes que circulan en las redes sociales”, dicen los medios sobre la situación en la capital.
Pocos escribieron sobre lo que pasó en los valles productivos que están en los alrededores, donde la feroz tormenta dejó destrozos sobre todo en los cultivos de tabaco, que ahora habrá que mensurar.
Sergio Parra, un productor tabacalero de Cerrillos que desde hace años muestra su trabajo cotidiano (con sus alegrías y sus dificultades) en las redes sociales, relató hace pocas horas el tránsito demoledor de la tormenta, sobre los cultivos y también sobre el espíritu inquebrantable de los propios productores, que en estos casos se desgaja.
“En 5 minutos el viento y granizo se llevó la cosecha de tabaco y con ellas mis ganas de trabajar como burro y apostar. Me canse de ver desastres , me canse de sufrir, me canse de llorar y a las horas empujar más fuerte. Levantaremos lo que dejó y veremos”, escribió Sergio en su cuenta de X.
En 5 minutos el viento y granizo se llevó la cosecha de tabaco y con ellas mis ganas de trabajar como burro y apostar , me canse de ver desastres , me canse de sufrir , me canse de llorar y a las horas empujar más fuerte . Levantaremos lo que dejó y veremos
— Sergio Parra (@sergcer) November 26, 2024
“No hay caminos y no va a haber por qué desde el año pasado que algunos no sirven más. No hay luz hace 13 horas y las estufas que coseché se pudrieron enteras. No había señal de teléfono, no hay nada. Es tierra de nadie. Lo único que hay es la cara de mis empleados asustados”, describió azorado.
Prosiguió: “Y yo llorando frente a las estufas, sabiendo que para poder cosecharlas tuve que pedir plata a las empresas acopiadoras y ahora tampoco tengo para devolverla. Tampoco tengo como levantar lo poco que queda por qué el anís no vale nada y la chía menos, nada se vendió”.
“¿Vendrá alguien a ver si estamos vivos? Nadie, solo servimos para esquilmarnos. ¿Alguien le dirá algo a Edesa por la luz? Nadie, que se cague el boludo que hoy debería al menos levantar la hoja que está en suelo y secarla. ¿Con qué? ¿Alguien arreglara el camino? Nadie”.
“Porque claramente somos nadie, un montón de boludos. Me canse de sufrir en medio de la nada, estoy harto”, se expone el productor.
Parra, le sucede siempre, en las buenas y en las malas, piensa siempre primero en quienes trabajan a su lado: “Y ahora están todos sentados afuera esperando que les diga cómo seguimos. La verdad no tengo la más puta idea, porque no tengo ni plata, ni luz ,ni caminos y ni ganas de seguir. Cerraría todo a la mierda”, expresó.
El tabacalero de Cerrillos reclamó “a ver si alguien le muestra al gobierno y habla con los hijos de mil puta de Edesa y les exige responsabilidad. La excusa no es la tormenta , no tienen personal y les chupa un huevo”, estableció.
Luego tragó saliva en esta catarata de desazón: “Hay seguir después de eso”, se planteó, luego de recordar que sembrar tabaco implica “ocho mil dólares por hectárea de inversión”.