El triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos es sin duda una noticia que repercute en todo el planeta. En aquel país, el candidato republicano logró el apoyo masivo de los sectores rurales, y aquí en la Argentina muchos productores celebran también su triunfo, como si su regreso a la Casa Blanca fuera a derramar beneficios inmediatos sobre la economía local, especialmente en materia agropecuaria. ¿Será eso cierto?
En el programa Colonia Agropecuaria le trasladaron ese interrogante a alguien especializado en política agropecuaria internacional. El analista del GPS (Grupo de Países Productores del Sur), Nelson Illescas, recomendó hacer un análisis mucho más paciente y prudente, ya que no necesariamente la cercanía de muchos productores con las ideas de Trump significa que el sector vaya a salir beneficiado en esta nueva etapa histórica, que promete mayores dosis de proteccionismo y guerra comercial.
-¿Nos ayudas a pensar un poco? Es difícil, pero la elección de Trump es una noticia que en principio conmueve a todos.
-Cualquier cosa que te diga puede ser refutada en próximos días, o confirmada. Pero tenemos el antecedente de su anterior presidencia, y creo que de ahí podemos sacar algunas lecciones. Y hay que marcar dos cosas: Trump no es el mismo que hace cinco años o diez, y el mundo tampoco es el mismo que hace cinco o diez años.
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-Durante su presidencia anterior fuimos testigos del conflicto comercial con China, un conflicto comercial que en primera instancia perjudicó, entre comillas, a los productores estadounidenses, pero rápidamente surgieron una serie de paquetes de ayuda que más que compensaron las pérdidas por el mercado chino. Tuvimos un momento en el cual Estados Unidos se fue del acuerdo de París, un momento en el cual dio por tierra todas las negociaciones mega regionales de ese momento: el tratado transatlántico, como el acuerdo transpacífico. Tuvimos la renegociación del NAFTA. Tuvimos los choques políticos y comerciales con la mayoría de sus socios, no solamente con China. Fue un problema también con la Unión Europea, con México, con Canadá, etcétera.
-Tuvimos entonces un Trump rompiendo casi todos los acuerdos que implicaban multilateralismo…
-Exactamente, lo que se veía en ese momento es que la negociación en la cual se sentía más cómoda era el uno a uno, donde obviamente el poder económico, militar, comercial de Estados Unidos se hace valer y las cláusulas terminan siendo mucho más favorables. En su momento el acuerdo Transpacífico era un acuerdo que se había pensado desde la administración de Obama para hacer un cerco sobre China. Pero Trump dijo “no vayamos por el transpacífico, vamos directamente a negociar con China”. Y la negociación fue de palo y palo, o sea aplicación de tasas, contramedidas y así, donde todo el comercio entre ambas regiones quedaron sujetas a algún tipo de sobretasa o arancel. Y después lo que vos mencionabas, la parte multilateral. Ya Estados Unidos desde un tiempo a esta parte le sacó el cuerpo al ámbito multilateral. Y así vemos como la OMC (Organización Mundial de Comercio) ha perdido casi total relevancia, las cosas se han empantanado en los últimos años y así la cuestión comercial se resuelve más bien en el uno a uno, en la discusión bilateral.
Illescas insiste en que el mundo no es el mismo que se encontró Donald Trump en su primera presidencia, entre 2017 y 2021. ¿Tanto puede haber cambiado? El especialista del GPS enumeró:
- “En la época de Trump todavía no existía la pandemia, creo que ahí hubo un cambio de percepción y de cómo se lleva adelante el comercio. El comercio electrónico creció enormemente, y muchas veces yendo más allá de lo que establecen los países. O sea las regulaciones de los países ya no tienen muchas veces razón de ser porque el comercio es de productor a consumidor”.
- “Por más que Trump reniegue de la cuestión del cambio climático y de la sostenibilidad, el mundo está yendo hacia esa agenda. Podrá haber alguna discusión, pero todo el sector privado estadounidense está yendo hacia allá. Entonces me parece que va a ser un poco difícil para Trump tratar de torcer toda esa narrativa”.
- “También están los conflictos. En el momento que Trump estaba presidente no había conflictos militares de gran envergadura. Hoy tenemos no solamente la guerra en Ucrania, sino también el conflicto en varios frentes que está enfrentando Israel. Y son dos ámbitos en los cuales se va a poner en discusión hasta dónde Estados Unidos quiere intervenir o no”.
-En efecto el mundo parece haber cambiado… ¿Entonces?
-Me parece que todos eso que no sé si lo va a limitar, pero sí va a marcar una diferencia bastante importante respecto a su anterior gobierno. No se puede hacer futurismo.
-En aquel momento, la guerra entre Estados Unidos y China, abrió algunas ventanas de posibilidad para Argentina. En carnes, en cebada, en sorgo, de golpe el mercado chino empezó a buscar otros proveedores y estábamos ahí nosotros.
-A ver, esas son ganancias de corto plazo en general. Porque el mercado se termina adaptando, se termina acomodando. Cuando fue el conflicto, cuando inició la guerra de Ucrania, parecía que todo el mundo iba a demandar maíz y trigo y aceite de girasol de otros vecinos, pero de a poco se fue acomodando. Cuando fue el conflicto con China también, el poroto de soja de Estados Unidos llegó a venderse en Argentina, justo en una de las sequías más importantes, y se producía aceite con ese poroto. Son ganancias de corto plazo.
Según Nelson, “lo que no hay que perder en la mente es que uno de los principales reclamos de la sociedad estadounidense es la inflación”. Desde esa mirada, puso en duda que el nuevo presidente de EE.UU. vaya a tener un gran margen de maniobra para gastar mucho dinero en sus peleas.,
“Yo no sé qué tanto margen de maniobra va a tener para volcar los paquetes de ayudas que se utilizaron en el pasado para ayudar a los productores. Tenemos ya una economía recalentada por todos los paquetes de ayudas que vinieron post pandemia. Yo no sé hasta qué punto podrá, sobre todo si viene con esta visión que acompaña Elon Musk de eficientizar el Estado, reducir el déficit y demás. Yo no sé cómo se va a conciliar eso”.
-¿Sería ir a una nueva pelea con China con el revólver un poco gastado? Además -según un nuevo informe de la OCDE- los subsidios que destinan las potencias en estas peleas comerciales ya están altísimos. Y están concentrados en China y Estados Unidos, India y la Unión Europea.
-A ver, el único ámbito internacional que se tenía para discutir esos subsidios era la OMC. Ya no venía dando resultados y con lo último que ha pasado en los últimos años post pandemia, se puede decir que la OMC no está funcionando y que difícilmente pueda funcionar. Ni hablar con la llegada de Trump que descree completamente de las multilaterales. Entonces yo la dejaría ahí en terapia intensiva a la OMC, que es el ámbito donde vos podés reducir o lograr la reducción de esas ayudas.
-Pero muchos productores locales se golpean el pecho felices porque la agenda multilateral está retrocediendo. Pero parece que Argentina tiene un grave problema, porque si los grandes se pelean, incentivan los subsidios y otros mecanismos distorsivos del mercado. Y Argentina es un jugador muy débil… Si se registra esta exacerbación del proteccionismo, me da la sensación que es un pésimo negocio para la Argentina a largo plazo.
-Completamente. Y a eso te sumo otra cuestión. En esta discusión geopolítica, saber si estamos del lado de Estados Unidos o si estamos del lado de China. Porque Estados Unidos sí tiene la lapicera para firmar los acuerdos del FMI, pero China es tu principal comprador. Entonces tenés que hacer un equilibrio muy importante, porque si China te cierra el mercado no vas a poder colocar tu producción en Estados Unidos. Y si te peleas con Estados Unidos, no vas a firman los acuerdos del FMI. Entonces Argentina tiene que ser muy cuidadosa en ese sentido. Digo, no pelearse con nadie ni tratar de ser demasiado amigo de uno o de otro.
-Así que el escenario con Trump en Casa Blanca no parece ser para festejar sino para ser cautelosos…
-Exacto, es ser cauteloso y esperar por lo menos los primeros movimientos, cuáles van a ser sus primeros proyectos de ley. Una cosa es cuando estás lejos del poder y otra cuando llegás al poder. En ese sentido Trump ha demostrado ser bastante explosivo, pero para mí es un pragmático. Yo creo que va a entender hasta dónde llegan los límites, siempre lo ha hecho. Más allá de su estilo, siempre ha tratado de generar lo mejor para sus intereses, y no necesariamente lo mejor para nuestros intereses. No nos olvidemos que Estados Unidos es un gran competidor nuestro en muchos mercados.