Casi la mitad de la cosecha argentina de soja 2023/24 no tiene precio y se encuentra expuesto a una “ruleta” de factores que pueden jugarle tanto en contra como a favor.
Al pasado 23 de octubre –último dato oficial publicado– las ventas de soja 2023/24 sumaban 30,9 millones de toneladas, de las cuales más de 25 millones ya tienen precio hecho.
Si se considera el interés abierto de los contratos futuros y opciones de venta (PUT) de Soja Rosario del Matba Rofex correspondientes a la campaña 2023/24, entonces existen en ese mercado casi 650.000 toneladas de mercadería con precio hecho.
Eso implica que existen a la fecha más de 24 millones de toneladas de soja argentina 2023/24 “descubiertas”, ya sea con precio pendiente de fijación o sin comercializar por parte del productor.
El primer aspecto importante por considerar es que el plazo para comercializar ese enorme volumen de soja no es infinito porque todo indica que a partir de marzo de 2025 comenzará a ingresar al mercado global un cosechón histórico de poroto sudamericano.
El hecho de que el valor del contrato Soja Rosario Noviembre 2024 del Matba Rofex chaya cerrado este jueves en 308,3 u$s/tonelada y que el correspondiente a Mayo 2025 terminase en 284,8 u$s/tonelada no es casual y probablemente la extensión de la brecha entre ambos tenga un largo recorrido por delante.
Es un hecho: Los fondos agrícolas le “soltaron la mano” a la soja estadounidense
El próximo martes 5 de noviembre se llevan a cabo las elecciones presidenciales en EE.UU. y, en caso de resultar victorioso el candidato republicano Donald Trump, es casi seguro que volverá –tal como hizo durante su primera presidencia– a establecer barreras arancelarias contra productos chinos.
La cuestión es que, en tal escenario, también es muy probable que el gobierno chino responda en iguales términos. Vale recordar que a comienzos de julio de 2018 el gobierno de Xi Jinping comenzó a aplicar un arancel adicional del 25% al poroto de soja estadounidense (entre otros muchos productos) como represalia, lo que implicó una suerte de “retención” del valor FOB de la soja estadounidense (Golfo de México), que llegó a registrar un descuento récord histórico de 90 u$s/tonelada en septiembre de ese año respecto de la soja brasileña (Paranaguá).
También es importante considerar que gran parte del precio internacional de la soja detuvo la caída en los últimos meses a causa de compras estratégicas y enormes realizadas por China para asegurar reservas ante un probable contexto de una nueva “guerra comercial”.
La contracara de ese escenario es una derrota de Trump, lo que llevaría al gobierno chino a sentarse a esperar con paciencia asiática el cosechón aluvional de soja sudamericana, lo que no será gratuito en materia de precios.
Además de los factores externos, la soja argentina tiene un frente interno importante en materia cambiaria, dado que no existe certeza sobre la continuidad del esquema del “dólar exportador” en 2025,
El “dólar exportador” garantiza cierta mejora de los precios internos de los granos al permitir a los exportadores liquidar el 20% de las operaciones en el mercado “contado con liquidación”, que se encuentra con un valor de 1153,8 $/u$s, considerando el precio de referencia de Matba Rofex. El 20% restante debe ingresarse al mercado argentino al tipo de cambio oficial.
De esta manera, el “dólar exportador” se ubica actualmente en 1021,9 $/u$s, mientras que el tipo de cambio oficial –intervenido por el gobierno nacional– es de 989,0 $/u$s.
También existe la posibilidad de que el gobierno elimine en algún momento el “cepo” vigente para unificar el tipo de cambio, algo que, en principio, representa una buena noticia para los sectores exportadores a menos –claro– que el gobierno decida intervenir en el mercado cambiario con ímpetu para “planchar” el tipo de cambio y mantener así a raya a las presiones inflacionarias.
Esos son sólo algunos de los principales factores por considerar que intervienen en el sistema de formación de precios de la soja argentina, dado que existen además otras variables climáticas, financieras, económicas y geopolíticas que tornan por demás complejo el análisis prospectivo.