Con su sede productiva más importante en la provincia de Mendoza, la marca comercial de caldos de verduras y hortalizas deshidratadas de Unilever, este gigante multinacional que tiene miles de brazos en el consumo masivo, asegura cultivar la materia prima de sus productos con agricultura regenerativa.
Knorr, famosísima marca comercial que comenzó a elaborar allá por 1838, es quien hoy en día produce paquetitos de cebollas, tomates, morrones, acelgas, zanahorias, en su planta del Gran Mendoza.
La lista de productos que esta marca elabora son muchos, y bien conocidos por los consumidores argentinos, que ya sea en forma de caldos, o deshidratados, confirman una pertenencia en las alacenas de las casas de este país.
Lo que llamó la atención en el último tiempo, es que la marca comenzó a poner sellos en los paquetes de las hortalizas deshidratadas, aduciendo que sus productos están “cultivados con agricultura regenerativa”.
Como en Bichos de Campo somos molestos y desconfiados, fuimos hasta la planta Mendoza de Unilever para ver si esto era cierto o un simple ardid marketinero que trata de atraer nuevos consumidores que buscan productos industriales pero naturales.
Lo que descubrimos allí, es que no se trata de una frase de marketing, sino que hay mucho trabajo con los productores que proveen de materia prima y el INTA para cultivar las hortalizas en los campos mendocinos bajo una nueva lógica.
En relación al INTA, hay un convenio de colaboración mutua que cumple este año su 30 aniversario. En el marco de este acuerdo el INTA desarrolló variedades hortícolas con característicias específicas para el deshidratado.
Como resultado de ese trabajo, se obtuvieron dos cultivares de zapallo, Zapuco INTA y Aconcagua, que posibilitaron un aumento en el rendimiento industrial del 120 %; dos cultivares de cebolla, Refinta 20 y Alfredo INTA, que incrementaron el rendimiento un 25 %. También Nara INTA, una zanahoria ideal para industrializar por su mayor contenido de sólidos con un mejor color y menor porcentaje de descarte y se avanzó en la selección de líneas de puerro.
Estos cultivares de hortalizas aptos para la industria del deshidratado permitieron mejorar la competitividad de la industria en la Argentina y darle la posibilidad de exportar.
Si bien en un principio los cultivares eran de uso exclusivo de la empresa, hoy algunos ya son de uso público, lo que permite a otras industrias utilizarlas para mejorar los rendimientos y ampliar mercados.
Como resultado, en muchos de los caldos y sopas que se consumen en la Argentina y en otros lugares del mundo, está presente la genética nacional, aportada por INTA.
Lo que Unilever cuenta, en boca de su responsable de comunicación Victoria Notti, es que venían trabajando hace más de 10 años en Argentina en agricultura sustentable y “hace dos años dimos un paso más para lo que es agricultura regenerativa”.
A Victoria le preguntamos por qué buscaron dar ese paso. Al respecto responde que es por los suelos: “Es el futuro de la alimentación. El 90% de los alimentos que consumimos hoy en día vienen de los suelos y hay un estudio de la FAO que dice que para el 2030 el 95% de los suelos va a estar erosionados. Hoy en día nosotros a través de Knorr, usamos mucho todo lo que es vegetales, entonces nos parece crucial esto. También a nivel global tenemos metas de agricultura regenerativa para el 2030 llegar a un millón de hectáreas. Esto lo hacemos con el INTA. Para nosotros es importantísima la articulación público-privada porque es hacerlo con la gente que realmente sabe y aprender en conjunto sobre esto”.
Con estos sellos que Knorr pone en sus paquetes de hortalizas, se infiere que hay una mayor demanda de productos de origen sustentable, más allá de que provengan de un proceso industrial. En ese sentido, Notti mostró amablemente las instalaciones de la fábrica para constatar que los procesos de deshidratados son naturales, y en los paquetes solo hay vegetales disecados, y nada más. Los caldos se realizan fuera de Mendoza, pero con las mismas materias primas.
También, Notti brindó datos de mercado que sustentan que poner ese sellito en los paquetes tiene sentido: “El 66% de los consumidores prefiere los productos naturales. Es un dato que también que se ve en las nuevas generaciones. Cada vez la gente es más consciente de lo que come y quiere productos más naturales y que cuiden el medio ambiente. Es algo que también los consumidores demandan a las compañías, que está perfecto. Entonces, es fundamental, y para nosotros, el consumidor siempre está en el centro. Entonces, en esa línea vamos. Por eso tenemos los vegetales deshidratados, que son hechos con agricultura regenerativa”.
Luego de esta respuesta de la responsable de comunicación de Unilever, nos fuimos a consultar a José “Pepe” Portela, investigador del INTA La Consulta, y especialista en agricultura regenerativa, para corroborar de qué forma esta forma de hacer agricultura se entiende en la zona.
Antes de responder preguntas, Portela acerca un manual técnico de reciente publicación, que representa una guía sobre agricultura regenerativa, al que se puede acceder en este enlace.
En concreto, Portela cree que la agricultura regenerativa es un enfoque que viene ganando espacio, y se refiere a una forma de hacer agricultura que devuelve funcionalidad natural al suelo, a los recursos naturales, a los paisajes y a los ecosistemas. En concreto, el documento técnico agrega: “Es poner atención sobre los principales procesos ecológicos de un sistema ganadero o agrícola, para trabajar junto con la naturaleza en sostener e incrementar la productividad a mediano y largo plazo, reduciendo la dependencia de insumos externos, y también los costos”.
Portela aseguró a Bichos de Campo que el discurso de Unilever tiene sustento ténico, y no es verso. Incluso nos llevó a un campo de Orestes Nomikós, productor de tomate para industria, ajo y cebolla, donde están volcando parte de su producción a un sistema regenerativo para abastecer a la industria.
Pisando el lote donde convive el centeno con una gran variedad de plantas nativas y vicia sembrada al voleo, Portela dice a este medio: “Yo veo en Unilever una vocación real de querer hacer las cosas distintas. Sin duda, hay una tendencia fuerte. Si vos te fijás, no solo Unilever tiene su guía de agricultura regenerativa en inglés a nivel global, la tiene Nestlé, la tiene Danone, hay empresas textiles que tienen su propia guía. Hay una intención a nivel global de mostrar una forma distinta de hacer las cosas. En este caso que estamos acompañando nosotros, hay una vocación real. Si no estuviera Unilever, a estos productores costaría mucho más pensar en modelos alternativos. Porque Unilever les pone la zanahoria para que también esté eso. Los ayuda. Es un trabajo en tres patas”.
Es por eso que el especialista ahonda: “La agricultura regenerativa es una alternativa con la que podemos trabajar. Porque se ajusta a estos principios con los que estamos queriendo buscar modelos alternativos”, y para eso desarolló una lista de 10 principios generales.
“Nosotros pensamos que a la agricultura regenerativa la interpretamos como la agricultura que se apoya en la capacidad de autoregenerarse que tiene la naturaleza. Pero esta visión no necesariamente es la que todos tienen. Todos los que hablamos de agricultura regenerativa podemos estar hablando de cosas distintas, por ahí en pequeños aspectos, por ahí en aspectos grandes. Porque no es un concepto que tiene un acuerdo común establecido. La naturaleza funciona regenerándose”, agrega Pepe.
Sobre su trabajo en INTA, Portela subraya: “Hablamos de modelos alternativos porque nuestra propuesta, desde INTA, es que no es lógico que haya solamente una forma hacia la agricultura. Tenemos que poder entender que hay otra forma. Y justamente lo que pensamos que es un rol primordial de INTA es poder tener esos modelos alternativos, poder probarlos, poder estudiarlos, porque si no lo hace INTA, ¿quién lo va a hacer? Es un rol fundamental para el sector productivo”.
Para cerrar, Portela usa una metáfora futbolística para explicar lo que representa esta nueva forma de pensar la agricultra, en medio de un escenario actual de producción que está dando sustento a la industria y su consumo: “Nosotros hablamos mucho del concepto de que la biodiversidad es importante, es fundamental, porque la cantidad de jugadores que vos pongas en la cancha hace que la pelota circule más fluidamente. Vos podés tener solamente a Messi, el mejor. Pero el esfuerzo que te cuesta que Messi pueda hacer goles y ser el único que está en la cancha es enorme. Ahora, si vos tenés buenos otros jugadores, que los podés elegir también y tenés quien defienda, tenés quien vaya por los laterales, tenés quien vaya largo, podés hacer un mejor partido”.