Hace no mucho tiempo, los diarios porteños publicaron casi todos los días fotografías de silobolsas rotos, destripados, con los granos desparramados por los suelos, y se sospechaba que esa ola de ataques contra la propiedad de los productores era responsabilidad de los militantes kirchneristas.
Era otra época de tensión extrema entre el ruralismo y los funcionarios de aquel gobierno, al punto tal que el ex ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, para sacarse la acusación de encima, llegó a distribuir un video de un silobolsa que había sido violentado por… carpinchos.
Por suerte esos tiempos pasaron, aunque los silobolsas siguen expuestos y a merced de los depredadores.
Desde el norte del país, el sitio especializado AgroPerfiles identifica un nuevo y temible enemigo de los enormes chorizos blancos donde los productores suelen guardar sus cosechas. Sesde un predio rural de la zona de Colonia Elisa, en el Chaco, el productor Martín Goujón se encontró que las cotorras habían roto un bolsón de maíz que estaba acopiado en su predio.
“Los picotazos rompieron en varias partes el maíz, y luego se ve que vinieron también las palomas”, comentó el productor damnificado.
Las cotorras y las palomas se han convertido en un verdadero dolor de cabeza para muchos productores del norte del país. El mismo medio agropecuario instaló el asunto a la cabeza de las preocupaciones del sector: “Siguen llegando reportes de productores de distintos puntos de la provincia de Chaco, norte de Santa Fe y este de Formosa, relatando casos de ataques de palomas, charatas y cotorras a lotes de cultivos de trigo, girasol y soja de primavera”.
Incluso el propio Goujón contó sus padecimientos para llevara delante la nueva siembra: “Tuvimos que contratar changarines para que salgan por el campo sembrado con soja primavera a espantar las palomas… Eso no se veía hace mucho tiempo”.
Agroperfiles recogió varios testimonios que ilustran sobre la situación.
“Siempre hubo palomas y cotorras, pero nunca en la cantidad como ahora, son miles que atacan los cultivos que encuentran”, contaron productores de la zona de Tres Isletas, también en el Chaco.
“En Formosa, a un productor amigo, en la última campaña por no poder cosechar a tiempo por falta de trilladora, las palomas hicieron mucho daño en un lote de 800 hectáreas”, contó Juan De Hagen.
Gustavo Weguera, de la zona oeste de Roque Sáenz Peña, que siembra en cercanías del aeropuerto de la ciudad, mostró un lote implantado con girasol atacado por charatas, que es una especie de ave galliforme de la familia Cracidae.
En este contexto, los técnicos reunidos en Agroperfiles hicieron un pedido público a los ministerios de Producción de Chaco y de Formosa para que se pongan en marcha acciones concretas para mitigar el impacto de los ataques de estas plagas. Los técnicos dicen que es necesario poner en marcha planes de mitigación a través de comisiones zonales de productores con la participación de las carteras productivas de ambas provincias.
Jorge Omar, uno de esos profesionales, escribió a modo de sugerencia, que “sería interesante unirse entre los que saben preparar productos alimenticios (a partir de la captura de estas aves): como ejemplo escabeche y sus distintas variedades. También con los que saben de capturas sin sufrimientos. Existen posibilidades viables para reducir un número qué no solucionaría el 100% de lo planteado. También surgirán métodos para que estos productos se incorporen a las zonas turísticas como productos regiones”.