Hace una semana Bichos de Campo anticipó que el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) pondría en marcha un proceso de retiro voluntario para adaptarse a las exigencias de la temible motosierra del gobierno de Javier Milei. Este viernes, en una reunión entre más de 60 directivos intermedios de ese organismo tecnológico, el presidente Juan Cruz Molina confirmó ese operativo que tendía como objetivo achicar la planta de personal en unas 900 personas, desde los actuales 6.871 empleados.
En la reunión virtual con todos los directores regionales y de las experimentales del INTA, además de quienes dirigen los institutos de investigación, Molina y su vicepresidente María Beatriz Pilu Giraudo, además del director nacional Ariel Pereda, ratificaron que este operativo será la apuesta del INTA para conformar a las autoridades del Ministerio de Economía que están exigiendo un recorte de al menos 15% en las dotaciones actuales del Estado Nacional. Según se calcula dentro del organismo de ciencia y técnica, además de 900 personas que deberían aceptar el retiro voluntario se está agilizando la jubilación de otras 200 personas.
“Fieles a nuestras palabras promovemos un INTA que haga honor a su federalismo, al cuidado de su territorio, a fortalecer los centros regionales y de investigación, y a comprometernos a construir un INTA del futuro hacia sus 70 años”, comenzó Molina un extenso discurso, que estuvo destinado a convencer a las autoridades intermedias de este Instituto de que esta era la mejor salida frente al ajuste impuesto por el gobierno de Javier Milei a todos los organismos del estado nacional.
“El gobierno nacional ha establecido lineamientos claros para la gestión de personas”, recordó la máxima autoridad del INTA, recordando que en esa institución primero convencieron a Economía de no efectuar despidos de modo violento, como sucedió en otras áreas de la Secretaria de Agricultura. “Frente a esto tenemos un plan que les los vinimos a contar: la implementación de un plan de retiro voluntario.
“Este plan responde a una estrategia definida que le hemos propuesto al Ministerio de Economía para liderar la gestión, el desarrollo y el fortalecimiento de nuestros talentos. El retiro voluntario es consecuencia de una decisión tomada, porque podíamos haber aceptado una imposición o una crisis, pero elegimos tomar conciencia del contexto y ser protagonistas”, se plantó el funcionario.
La conducción del INTA, de este modo, le pidió a sus mandos intermedios que asuman con énfasis este camino de acompañar al personal que podría acogerse al retiro y tratar de preservar los recursos humanos de los cuales el INTA no debería desprenderse. “Tienen la responsabilidad durante este mes de liderar las conversaciones con sus equipos y hablen mucho. Conversen mucho con quienes e van a quedar, que son la gran mayoría. Ustedes son los responsables de definir la criticidad de los procesos del INTA”, alentó a los directores. Y les recordó: “Con un buen trabajo de todos mantenemos la reputación del INTA; este tiene que ser un proceso respetuoso fundamentalmente con las personas”.
En las próximas horas, entonces, se publicará la resolución correspondiente disponiendo este proceso de retiro voluntario para su personal de planta permanente que posea hasta 60 años.
Este es el anexo de dicha resolución:
Retiro Voluntario 2024 (2)
“El personal que se acoja al régimen de Retiro Voluntario y su solicitud sea aceptada, recibirá una compensación indemnizatoria conforme al siguiente esquema: Para el personal con hasta 18 años de antigüedad: 1,25 haberes bruto por cada año trabajado; y para el personal con más de 18 años de antigüedad: 0,5 haberes bruto por cada año trabajado”, dice el anexo que establece las reglas de este retiro voluntario, y que aclara que “en ambos casos” se contabilizarán para la indemnización el aguinaldo (sueldo anual) y el proporcional de vacaciones, entre otros beneficios para quienes acepten.