Al oficio de esquilador en la Argentina no se le asigna tanta relevancia como en otros países del mundo, y tampoco se lo considera un deporte al igual que en otros países laneros como Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica . Pero entre correntinos y chubutenses armaron el equipo que se requiere para competir en el próximo Mundial de Esquila, que este año se hará en Francia, en la comuna Le Dorat, del 4 al 7 de julio.
“Este es el primer mundial que podremos asistir con equipo completo, debido a que en los tres mundiales pasados no podíamos costear pasajes para todos. Ahora, con más experiencia pudimos conformar un equipo sólido. Queremos con estas acciones, que se nos reconozca como profesionales de la esquila y no como simples changarines”, dijo a Bichos de Campo Pablo Barrera, uno de los participantes del equipo argentino.
En el evento, organizado por la AMTM (Association pour le Mondial de Tonte de Moutons), se espera la presencia de más de 50.000 personas. Hay 35 países anotados con 6 participantes cada uno, y más de 5.000 ovejas que van a ser esquiladas. Para ser parte del evento, cada participante debe financiarse a sí mismo el pasaje aéreo y traslados, y una vez allí disponen de alojamiento y comida.
La competencia estará representada por varias categorías: esquiladores a tijera mecánica, esquiladores a tijera manual y clasificadores de lana. Asimismo habrá diferentes exposiciones, demostraciones y eventos del sector ovino.
El equipo de Argentina está integrado por la acompañante técnica, Analía Marino, la traductora Oriana Riou, el manager Gabriel Pare, los Chubutenses Pablo Barrera, Arsenio Saihueque, que conforman la esquila manual o a tijera, Ramiro Martínez Aguirre, que es acondicionador y clasificador de lana; y los correntinos Osvaldo Magallanes y José Paiva, que realizan esquila mecánica, y Federico Blanco, que es acondicionador y clasificador.
Barrera explicó que “gracias al apoyo de municipios y provincias, y entidades como el Programa para el Mejoramiento de la Calidad de la Lana (Prolana) pudimos lograr esta participación. Lo que ocurre es que en Argentina no se considera la esquila como un deporte. Ahí, la parte más dura se la lleva el norte, ya que en el sur la cosa está un poco más organizada al haber polos laneros”.
El integrante de la esquila manual por Argentina también comentó que no hay en el país una asociación que nuclee a los esquiladores y reconoció que lograr la personería jurídica es “una tarea difícil, porque estamos tan disgregados y es tanto el recambio de gente, que es prácticamente imposible lograrlo”. }
En cambio, “los países que participan de este tipo de mundiales están federados en una federación internacional, lo que permite tener jueces. Pero Argentina no está federada y ni siquiera está enmarcada dentro del sindicato internacional de esquiladores. En Argentina es la Uatre la que representa a todos los cosechadores”, explicó Barrera.
Sin embargo, el competidor local aclaró que “estamos en tratativas para ver cómo está organizada la federación internacional de esquiladores. Una de las cosas que haremos cuando viajemos, es precisamente tratar de obtener más información sobre los reglamentos. Incluso la idea sería poder entrar en una especie de concilio de la lana. Pudiendo ingresar allí y meter un referente, conseguiríamos tener jueces dentro de los mundiales de esquila. Es todo un proceso que estamos haciendo para mejorar nuestra situación”.
Según Barrera, la zafra es “una tarea dura que se prolonga de 6 a 8 meses y va desde Corrientes al sur de la Patagonia. Requiere mucho tiempo fuera de la casa sin ver a la familia. Es muy sacrificado, pero al mismo tiempo queremos que sea considerado un deporte al igual que se hace en otras partes del mundo”.
De este mundial en Francia, saldrán 6 finalistas. Luego se harán 2 rondas clasificatorias, de las cuales saldrán los 12 mejores esquiladores, y los que irán a una semifinal que dará 6 semifinalistas, y de allí saldrá el campeón mundial.
“En el primer mundial que participamos en Irlanda en 2014 lo único que hicimos fue interiorizarnos sobre la modalidad de participación, y ahí nos dimos cuenta de lo atrasados que estábamos en cuanto a tecnología. Ahí hicimos nuestros primeros contactos con gente de Sudáfrica y Nueva Zelanda, y de allí salieron las primeras capacitaciones que hicimos en Argentina. Y así pudimos poner al país en categoría 18-19 de los equipos de esquila en el mundo, lo que para nosotros es un muy buen puesto”, concluyó Barrera, orgulloso.