La Red Argentina de Bancos de Alimentos es una organización que nuclea bajo un paraguas a los 20 bancos de alimentos que existen en el país, y que son los encargados de distribuir alimentos a espacios de los sectores más vulnerables de la sociedad.
En ese sendero, y con una profunda crisis económica que dificulta cada vez más el acceso a los alimentos básicos, esta red realiza un trabajo loable, que es el de conectarse con la generación de alimentos y las industrias, especialmente el sector frutihortícola y legumbrero, para que lo que produzcan y no se pueda vender o exportar, o no se venda por caída de consumo es mercados, tenga un destino distinto al del descarte, y pueda aprovecharse para nutrir panzas necesitadas.
Hasta este 2024 la red de bancos de alimentos distribuye unos 15 millones de kilos en promedio a lo largo y ancho de Argentina, pero están previendo duplicar esa cantidad para 2025 y llevarla al menos a 30 millones de kilos.
Solo en 2023, rescataron más de 16 toneladas de alimentos, de los cuales el 60% fueron de alto valor nutricional (lácteos, frutas, verduras, legumbres y carnes). Gracias a estas acciones para poder recuperar esas frutas y verduras, fue evitado el desperdicio de unos 14.425.002,13 m3 de agua, según indicaron desde la Red a nivel nacional.
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En ese desafío logístico y territorial que supone la recolección de los alimentos que la industria descarta, hay una lógica de producción regional, donde los productos sobrantes de una producción típicamente productora, puedan intercambiarse con los de otra, y de esa forma completar un abanico de posibilidades.
Agustina Ramírez Bosco es la directora del Banco de Alimentos Salta, y secretaria de la red de bancos a nivel nacional. Ella es quien explica a Bichos de Campo los desafíos de este entramado logístico y la relación con el sector agropecuario, generador de los alimentos.
“Los bancos de alimentos nos dedicamos a recuperar alimentos que salen de la cadena comercial, pero que todavía tienen su potencialidad de ser consumidos y se les da valor social. Se reciben en los depósitos, se los clasifica, se los almacena y después se los entrega. Es un modelo trazable, muy responsable, de mucha transparencia. Todas las organizaciones, ya sean escuelas, merenderos, hogares de ancianos, comedores, están auditados bajo un protocolo de lo que son los bancos de alimentos, que son iguales en todo el país”, describe Agustina Ramírez Bosco.
Es por eso que ante el contexto de crisis económica, la red se trazó el plan de duplicar la cantidad de alimentos que puede entregar a instituciones que lo necesitan: “Estamos en 16 millones de kilos de alimentos anuales. Estamos pensando en llegar en 2025 a duplicarlos y llegar a 30 millones de kilos de alimentos, para poder abastecer la gran demanda que nosotros tenemos”.
Este trabajo que realiza cada banco y la red, requiere de un fuerte compromiso del sector agropecuario, que traza las líneas para facilitar la distribución.
Por ejemplo, esta red firmó hace 8 años un convenio con CLERA, la Cámara de Legumbres de la República Argentina, donde se generó una alianza productiva-solidaria.
“Todos los años, en la época de producción, se invita a los productores a que se incorporen como nuevos aliados en los bancos de alimentos, donando, dentro de sus posibilidades, parte de su producción para los bancos”, explica Ramírez Bosco.
En cuanto a la producción de cada región y su dificultad logística, explica la especialista el sistema: “Lo que tiene esta gran red es que, si mucho volumen de legumbres es donado en el norte, por ejemplo, donde hay mayor consumo, pero a nivel medio del país, o hacia la capital o el sur, no hay legumbres, se hacen intercambios entre los bancos de alimentos. Hay muchas legumbres en Salta y hay azúcar en Jujuy, entonces se hace intercambio. Si hay fideos en Buenos Aires y falta legumbre, se hacen intercambios. Por eso, el gran desafío de los bancos de alimentos es la logística”, añade Ramírez Bosco.
Mirá la entrevista completa con Agustina Ramírez Bosco:
– ¿Qué falta para potenciar este banco de alimentos?
– Estamos en 16 millones de kilos de alimentos anuales y estamos pensando en duplicarlos para poder abastecer la gran demanda que nosotros tenemos. Por supuesto que eso es un gran trabajo de gestión, de alianzas con empresas que se comprometan, capacitaciones acompañadas a la entrega de alimentos, y esto hace que se vaya potenciando y generando un impacto alimentario en la gente que lo necesita”.
– ¿Está ligado el sector agropecuario primario con la red de alimentos?
– Sí, nosotros lo que estamos viendo también es que la posibilidad de crecer a nivel de poder satisfacer la demanda que nosotros tenemos, es trabajar con el agro. Los grandes recuperos de alimentos en este momento los vemos, el volumen, lo que nosotros llamamos “frugas”, que son frutas y verduras, y también legumbres, en donde hay determinadas producciones que no pueden salir a exportación por determinadas características, no se pueden vender, o hubo una baja en la venta, en el consumo. Bueno, todo eso se rescata y se va a los bancos de alimentos.