Hace un par de días tomó estado público (se viralizó, dicen ahora) un video que muestra con suma crudeza qué sucedió en muchas estancias ovinas de Santa Cruz ahora que la nieve que cayo desde mayo a julio comenzó a derretirse. La escalofriante toma fue tomada con el celular de un trabajador rural de la estancia La Perseverancia, ubicada al pie de la cordillera, a unos 200 kilómetros de Gobernador Gregores. Muestra el suelo regado de cadáveres de ovejas que habían quedado atrapadas en la nevada, no pudieron acceder a la comida ni ser rescatadas a tiempo.
Lo que expuso ese video es una escena que todos imaginaban y que los productores ovejeros santacruceños daban por descontada a pesar de los inhumanos esfuerzos que hicieron para salvar a la mayor parte de sus animales. La historia detrás de la foto (en este caso del video) es esa: la resignación del productor Sergio Poklerpovic, el dueño de La Perseverancia, y de sus peones, porque pese a haber podido rescatar a tiempo a unos 8.000 de los ovinos de la estancia no pudieron hacerlo con cerca de 2.000 cabezas, que murieron sepultadas por la intensa nevada.
-¿Sos productor ovino de toda la vida?- le preguntaron a Poklerpovic en el programa radia Colonia Agropecuaria.
-De toda la vida, sí. La Perseverancia está al oeste de Gobernador Gregores, bien pegada a la cordillera, y linda con el Parque Nacional Perito Moreno, que está sobre la Ruta 40.
-¿Cuándo empezó a nevar allí?
-La primera nevada fue fin de abril, cayeron entre 80 y 90 centímetros, me encontró trabajando con las ovejas, pelando ojo, porque es la época que uno pela ojo para bajar a los campos de invernada, como le decimos, pues la mayoría de los campos en la zona se trabaja en veranada e invernada. Y bueno, ahí ya se empezó a complicar porque nevó mucho. Cayó la otra nevada después, que fueron cinco días nevando con viento. Yo también tengo vacunos en la zona, y terminé de acomodar, bajar la hacienda a los campos de invierno, y me vine dos días antes del Día del Padre a Gobernador Gregores, donde tengo a mi familia. El lunes se largó a nevar, estuvo cinco días nevando con viento, y esto fue lo grave, porque el viento acumula. Si vos ves las imágenes, esto era un paño blanco, no quedó nada al descubierto.
Poklerpovic recuerda bien que después hubo “un montón de días con temperaturas bajo cero, 15 o 16 grados bajo cero, lo que es normal acá, no es para asustarte, porque estamos acostumbrados a esas temperaturas”, pero que impidieron que la nieve comenzara a descongelarse.
Fue un fenómeno raro, porque la zona venía de una sequía muy intensa: “Hace años que no nevaba, pero antiguamente todos los años nevaba, y era normal que caigan 50 o 60 centímetros de nieve. Ya se empezaba a pisar nieve en abril, y tenías hasta octubre nieve. Por eso que los campos antes eran tan mejores”. Con la sequía, en cambio, faltaba el pasto y por eso hay muchas estancias despobladas en toda la provincia.
Poklerpovic heredó de su padre, y de su abuelo, una estancia que tiene 20.000 hectáreas de dimensión, que para aquella región no es casi nada. Por eso alquila además otros dos campos para no sobrecargarlos de hacienda y evitar el temible sobrepastoreo. En ese esquema, cuando llegó la gran nevada tenía “un poquitito más de 10.000 ovejas en abril”, cuando pelaron los ojos y las contaron.
-¿Y ahora?
-Bueno, perdí 2.000, de 2.000 para arriba, seguro, porque ese campo puntual que ustedes ven el video de las muertes, eran todas ovejas madres, todas ovejas que estaban preñadas. Yo esquilo ahora a fin de septiembre y octubre, entonces esa oveja está con 9 meses y medio, con lana y preñada. Entonces la pérdida es mayor, porque perdés la oveja, el cordero, la lana, todo.
-¿El video lo filmaste vos cuando llegaste al lugar?
-No, lo filmó el empleado que tengo ahí. Él ya me había comentado y yo le digo andá y haceme un video. Después fui a mirar: en ese lugar hay entre 400 y 500 animales muertos, que no los vimos.
-¿Cómo que no los vieron?
-Nosotros anduvimos sacando hacienda, movimos todo con las yeguarizas, porque no recibimos ayuda para nada acá.
-¿Ahí no llegaron los tanques del ejército?
-No, no, no, no, no, para nada. Ellos anduvieron haciendo política por otro lado. Por eso es que yo con los políticos, cuando hablan del campo, que se llenan la boca hablando… Es puro verso, hacen todo para sacarse una foto. A mí nadie me ayudó. Ni siquiera me han llamado. ¿Vos te pensás que alguien de acá me llamó? Nada, nada. En esta zona donde estoy, a 200 kilómetros de Gobernador Gregores, es una de las pocas que todavía queda hacienda,. porque en Santa Cruz debe haber más de 200 campos todos abandonados, sin producir.
-Entonces sacaste solo un montón de hacienda, pero no llegaste a esa majada, se te pasaron esos animales…
-No las vimos, estaban tapadas con la nieve. Era tanta la cantidad de nieve que había que estaban tapadas con la nieve. No las vimos, porque si vos las ves, despacito, aunque sea con las yeguas y los caballos mansos, vos las sacás, más allá que estén tapadas. En el 2000 tuvimos una pérdida muy grande, y uno está preparado. Esta vez a mí me costó mucho llegar al campo, porque en todas las localidades se formaron COE (comités de emergencia), que dependían de provincia. Yo cuando estaba acá en el pueblo quería ir al campo, tengo mi gente, el internet se había cortado por las nevadas… Entonces empecé a insistir, llamé a la rural de Río Gallego. Ahí me dijeron que la plata que se mandó a cada localidad era para alquilar máquinas viales, y que la prioridad eran los ganaderos. En el caso mío, estuve con la gente del COE pero me dejaron para el último. Entonces fui a Vialidad, que ya en la primera nevada me abrió el camino porque yo no me podía mover. Yo estaba en el casco de la estancia, pero tenía toda tapada la ruta, y no me podía mover. No podíamos salir hasta que vinieron ellos. Ahora para la segunda nevada le digo, por favor, necesito ir. Así que fue la gente de Vialidad la que me abrió la ruta. Siempre colabora con la gente de campo. Ellos tenían mucho laburo, tenían la 40 norte, la 40 sur, el acceso por Piedra Buena…
-Esas horas deben haber sido absolutamente desesperantes…
-Mucha impotencia, mucha impotencia. Mirá, yo no manejo redes sociales, pero tengo una hija mayor que está en Puerto de San Julián y un día encima tenía internet. Cuando empezó a bajar un poco la nieve y el viento, porque se ve que era problema de batería, por ahí agarraba un poquito el internet y mi hija me dice: “papá, ¿me dejas mandar esta foto?” Lo hizo la hija. Y bueno, después me llegaban los mensajes al teléfono. Nosotros salíamos a la mañana temprano y volvíamos a tarde.
-¿Siempre tratando de recatar a las ovejas?
-Sí. Tenés que moverte rápido, igual que la vaca. Vos la tenés que mover, porque la vaca camina y vos la tenés que mover para que no se tape el pasto. Yo en los campos de invierno tengo canales de riego, tengo pasturas hechas, siempre se cuida mucho el campo de invierno justamente por estas cosas, porque si vos tenés un campo pelado, el animal no puede comer nada. La oveja escarba, la vaca no. La vaca vos tenés que moverla cuando se tapan los pastos, y luego ella sola vuelve comiendo. Pero tenés que moverla, llevarla hasta los manantiales que no descarchan, porque el río estaba todo cerrado. Cruza el río Belgrano por el campo y estaba todo congelado. Todo, todo.
-Sergio, aún así, a pesar de todo ese esfuerzo, perdiste el 20% de tu capital en animales. Es mucho. ¿Cómo pensás ahora en recomponer ese stock?
-Es mucho, sí. A mí me acompaña mi hijo mayor. Yo sé que el porcentaje de señalada va a ser bajo este año, porque abortó mucha oveja, lo veíamos en los dormideros. Pero bueno, como primera medida, por lo general, uno deja la cordera de reposición y el macho lo manda a frigorífico, para levantar el número. Es justamente lo que estábamos hablando, vamos a ver cómo va con la parición y tratar de dejar para volver al número, por los kilos de lana, más que nada. Yo hago las dos cosas, lana y carne, porque no tengo lana demasiado fina, porque como son campos altos y fríos, el merino muy fino te baja mucho el porcentaje de parición. Entonces tengo una finura intermedia, un 22 o 23 micrones.
-¿Y cuántos años te puede llegar a recomponer ese 20% del stock de ovejas?
-Y volver ahí me va a llevar por lo menos 3 o 4 años, como mínimo, yéndome bien. Por otro lado, estoy lindero con el parque nacional, y más allá de que todos los campos tienen un problema con puma, zorro colorado, guanaco, abigeato, yo lindo con el parque, así que es una lucha impresionante. Tener un parque al lado es durísimo.
-Y aunque no creas en los políticos, ¿qué les reclamarías en esta situación? ¿Qué necesitarías?
-Y cuando vos le pedís la ayuda, viste… Preferí no pedir. Claro, pero te cobran un impuesto. Ellos te ofrecen ayuda porque salen por los medios, que colaboran, que van a ayudar al campo. Pero el día que le pedís la ayuda, no te la dan. Es una impotencia, una bronca. Pero nosotros nos preparamos, yo por ejemplo, antes de que comience el invierno ya tengo toda la leña para todo el año, no para un mes o dos. El zepellin de gas cargado. Todo, todo, pasto, forraje para los caballos, todo, todo. Acá se recorre todo únicamente a caballo. Ellos salían por la radio acá diciendo “hoy recorrimos tal zona, tal estancia, asistimos con víveres y medicamentos. Todo política barata, de lo peor, de cuarta. Yo les dije, en mi campo no necesito, solo necesito que me lleven nomás. No necesito leña, no necesito forraje, no necesito nada. Yo necesitaba que me lleven. Porque vos llegando allá sabés lo que tenés que hacer. Aparte yo tengo dos empleados allá, cuidándome mi capital, que yo valoro muchísimo, la gente de campo, yo la valoro muchísimo. Y yo necesitaba ir a verlos, hablar con ellos, ver la situación, ver cómo están.