La industria abocada a la transformación mecánica de la madera está atravesando una recesión severa que afecta a todos los eslabones que la integran. De acuerdo con un informe de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA), “la severidad es un elemento común en toda la cadena”, que durante el primer semestre del año mostró fuertes caídas en su producción, combinadas con altos costos productivos y una disminución en el nivel de empleo.
En lo que respecta a los aserraderos, que suponen la primera etapa de transformación, entre mayo de 2023 y mayo de este año, la producción disminuyó un 20%, de acuerdo con datos oficiales del Índice de Producción Industrial (IPI) de INDEC. Esas caídas resultaron más pronunciadas aún en aserraderos pequeños y medianos, en torno al 40%.
“El sector de aserraderos orientado a las exportaciones mostró un comportamiento auspicioso a principios del presente año, pero no ha logrado sostenerse debido al atraso cambiario producto de la estabilidad cambiaria y la inflación doméstica. Las caídas en el nivel de producción han llevado a una reducción en los turnos de trabajo, disminuyendo el nivel de horas trabajadas en un 20%, con el consiguiente impacto en los salarios percibidos por los trabajadores”, indicaron desde FAIMA.
Respecto a la industria de los tableros, su demanda cayó siguiendo a la caída del nivel de producción de muebles, que estuvo en torno al 30%. Esto fue dinamizado a su vez por la disminución en la actividad principal de la construcción.
¿Y qué pasó con los costos productivos? Desde la Federación señalaron que su aumento se compartió entre todos los sectores, tanto por “por el incremento en los insumos como por el costo de los servicios públicos”, que subieron en un promedio un 500%, y fueron difíciles de trasladar a los precios en el contexto recesivo actual.
El informe alertó sobre otro escenario preocupante, vinculado a la de eliminación de los reglamentos técnicos que deben cumplir los bienes vinculados a los sectores de construcción, madera y muebles.
“Estos reglamentos son esenciales para asegurar la calidad y seguridad de los productos elegidos por los consumidores. Garantizan que los muebles cumplan con medidas de seguridad que previenen accidentes domésticos con potencial riesgo para las personas. En el caso de los productos de construcción, estas normativas establecen cualidades vitales para asegurar la idoneidad estructural y la calidad de los materiales utilizados. Su eliminación podría permitir la entrada de productos importados de calidad inferior, que no cumplan con las normativas necesarias para evitar accidentes potencialmente nocivos para los usuarios”, alertaron.
En las consideraciones finales, desde FAIMA indicaron: “Es crucial implementar políticas que promuevan la reactivación económica, faciliten el acceso al financiamiento y mejoren las condiciones de competitividad de las empresas, especialmente las PYMES, que son fundamentales para las economías regionales y el empleo local”.
“En este contexto, esperamos poder trabajar mancomunadamente con el sector público para buscar soluciones que posibiliten la continuidad económica de las empresas del sector, con su consecuente impacto positivo sobre el empleo y la actividad económica. Nuestro sector emplea a 60,000 personas de forma directa y a un número similar de forma indirecta, por lo que su estabilidad y crecimiento son esenciales para el bienestar de nuestras comunidades”, concluyeron.