Muchas veces hay voces que cuestionan a la ciencia por estar “divorciada” de la realidad. Pues bien, este caso es todo lo contrario: Ecolysium es la primera startup de la cordillera chubutense impulsada por el CIEFAP, Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico.
¿Qué ha desarrollado Ecolysium? Una nueva generación de bioinsumos para mejorar los cultivos frutihortícolas intensivos. A la vez, estos productos promueven la producción sustentable y la reducción de agroquímicos, utilizando bacterias patagónicas y nanotecnología. Ya están realizando los trámites para el registro en SENASA, así que pronto estarán disponibles en el mercado.
El proyecto nace a partir de las líneas de investigación que se realizan en el CIEFAP. En el caso del doctor Ariel Marfetán, biotecnólogo con experiencia en formulación de bioinsumos y uno de los creadores de la empresa, su trabajo se enfoca en el uso de microorganismos como agentes de control biológicos y promotores de crecimiento vegetal.
“Inicié mi línea de investigación controlando el mal del ciprés, una especie nativa de la Patagonia y esto llevó a contactar productores nogaleros que tenían pérdidas por enfermedades fúngicas de suelo, y así fue como en 2018 iniciamos a trabajar en bioinsumos para producción frutihortícolas”, resume.
“En 2020 se incorporaron los doctores Omar Ordoñez y Micela Pescuma que sumaron al equipo su experiencia en microbiología y en la generación de nanopartículas, creadas de forma biológica utilizando bacterias. Esto permitió generar una nueva generación de bioinsumos que combinan microorganismos y nanopartículas para mejorar los rindes de cultivos frutihortícolas y reduce costos para los productores mientras que, para el consumidor final, crea productos con mayor cantidad de micronutrientes y antioxidantes”.
Marfetán destaca que el uso de mundial de pesticidas aumentó muchísimo entre 2000 y 2018, llegando a 4,1 millones de toneladas y que existen impactos documentados del uso indiscriminado de agroquímicos en el ambiente y en la salud humana. “Debido a la utilización intensiva del suelo, los micronutrientes son deficientes y esto se traslada a la dieta humana, lo que provoca problemas de salud como los causados por la deficiencia en selenio –relacionada con miocardiopatías, cáncer de colon, baja producción de la hormona tiroidea activa T3 y la inversa T3 (rT3) e infertilidad masculina, entre otros-, por eso el desafío es encontrar productos biológicos que sean capaces de reemplazar a los agroquímicos”, enfatiza.
Yendo al tema específico de los bioinsumos producidos, estos emprendedores científicos fusionan bacterias patagónicas promotoras del crecimiento vegetal y nanopartículas de selenio, logrando acortar el ciclo de producción y aumentando el rendimiento. Además, dichas nanopartículas, presentes en los cereales integrales, entre otros alimentos, son capaces de promover la germinación y la fotosíntesis y proteger a las plantas de distintos tipos de estrés.
“Utilizamos nanopartículas de selenio de origen biológico”, explica Marfetán. “El selenio es esencial tanto para los cultivos, como para la dieta animal y humana y ocurre que la gran mayoría de los suelos productivos son deficientes en este micronutriente, lo que causa deficiencia en plantas, animales (y en el mismo ser humano, como ya se ha mencionado) y acarrea menores rindes en los cultivos”.
“Las nanopartículas son partículas diminutas, en nuestro caso de un micronutriente que se encuentran en una escala nanométrica, es decir, en el rango de los nanómetros (1 nanómetro es igual a una mil millonésima parte de un metro)”, agrega. “Estas nanopartículas son mucho más eficientes que las sales que habitualmente se utilizan debido a su tamaño reducido y a su alta relación superficie-volumen. Pueden producirse de diversas maneras: nosotros manejamos un método biológico que se basa en utilizar microorganismos y se las conoce como nanopartículas biogénicas. Lo que tienen de bueno es que son más estables, no son tóxicas y se producen a menor costo que otros tipos de nanopartículas”.
Los bioinsumos creados por Ecolysium podrán usarse en la producción hortícola (hojas verdes, cebollas, papa, tomate) y de fruta fina (frutillas y frambuesas). Además, están desarrollando productos para frutos secos y cannabis, e iniciando las investigaciones para crear bioinsumos para cultivos extensivos y otros intensivos.
“Utilizamos bacterias rizoféricas (que crecen asociadas a las raíces de plantas) benéficas que obtuvimos de bosques nativos de la Patagonia y que elegimos no solo por su capacidad de promover el crecimiento de las plantas y controlar patógenos, sino porque tienen una gran plasticidad genética. En inviernos soportan temperaturas bajo cero, nieve y muchísima lluvia, en verano toleran altas temperaturas y muy pocos niveles de humedad. Esto nos permite contar con bacterias capaces de crecer en la gran diversidad de climas que se pueden encontrar en los lugares donde se producen alimentos”, describe.
Ecolysium desarrolla productos 100% biológicos que pueden mejorar los cultivos hasta en un 30% o más, al tiempo que reducen los tiempos de producción entre un 15% y un 22%, permitiendo más cosechas por temporada en cultivos de hoja. Como valor adicional, controlan patógenos y aumentan los valores nutricionales de las plantas.
“Los productos ´todo en uno´ que están siendo desarrollados aumentan los rindes de los cultivos y reemplazan múltiples agroquímicos (fungicidas, fertilizantes y/o fitoestimulantes) a la vez que biofortifican los alimentos”, aporta la doctora Micaela Pescuma, experta en alimentos funcionales y cofundadora de la Startup.
“Por demanda de productores de frutos secos del valle medio de Neuquén, empezamos a desarrollar bioinsumos para enfermedades en plantaciones de nogal, lo que desencadenó en la búsqueda de soluciones para la producción frutihortícolas”, resalta el doctor Omar Ordoñez, experto en microbiología ambiental y director de operaciones de Ecolysium.
“Emprender desde la ciencia lleva a asumir otros desafíos que son lejanos para quien solo se dedica a la investigación, como sumar expertos en el mundo de los negocios y transferir conocimientos al sector privado, pero que resulta apasionante”.