La primera estimación preliminar de siembra argentina de girasol para el ciclo 2024/25 es de 1,85 millones de hectáreas, una cifra similar a la registrada en la campaña anterior debido a la falta de incentivos económicos para impulsar la expansión del cultivo.
“La intención de siembra actual refleja una estrategia de recuperación en las zonas del centro y norte del área agrícola, particularmente en el NEA y el centro-norte de Santa Fe sobre aquellos sectores que quedaron excluidos en las últimas campañas debido a la falta de humedad superficial durante la ventana de siembra”, señala un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
“Sumado a ello, la necesidad de buscar alternativas al maíz por el riesgo de afectación por chicharrita (insecto vector del Spiroplasma) hacen del girasol una opción interesante”, añade.
De todas maneras, la humedad superficial a la siembra es un factor crítico, dado que –al igual que en ciclos previos– en los núcleos girasoleros del norte actualmente la falta de humedad en los primeros centímetros del suelo es preocupante y podría limitar la siembra si no se reciben lluvias adecuadas en las próximas semanas.
Port su parte, en la zona pampeana el girasol se muestra menos competitivo respecto de la soja y el maíz, por lo que la posibilidad de crecimiento de superficie es más limitada allí.
“En el sur del área agrícola (provincias de Buenos Aires y La Pampa), bajo el contexto actual, se anticipa una posible reducción en el área sembrada de girasol”, remarca el informe.
Los precios del aceite de girasol se vienen recuperando, pero siguen lejos de los niveles óptimos necesarios para poder generar una rentabilidad equivalente a la soja y el maíz en gran parte de las principales regiones agrícolas argentinas.
“En resumen, en un contexto internacional donde algunos factores muestran una tendencia alcista, reflejándose en el mercado local, la rentabilidad del girasol viene mejorando, aunque todavía se encuentra por debajo de otras alternativas. Sin embargo, al considerar otros factores como la presencia de la chicharrita en el ciclo anterior, condiciones climáticas influenciadas por ‘La Niña’ y la incertidumbre local, existen incentivos que puedan afectar la intención de siembra del girasol en diferentes zonas del país”, concluye el documento.
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