La firma de maquinaria agrícola Yomel, una pyme familiar arraigada a la localidad bonaerense de 9 de Julio, inició sus operaciones en noviembre de 1973, hace 51 años. Ya en ese entonces Jorge Médica, su fundador, se encontraba “contaminado” por ese rubro con el que este año alcanzó los 60 de trayectoria.
“Cuando arranqué no tenía idea de lo que era un fierro. Si me hablabas de fierros yo solo sabía que eran duros”, dijo entre risas Médica en una charla con Bichos de Campo.
Aunque su primera experiencia fue como administrativo de una empresa del sector, con el tiempo fue aprendiendo todos los procesos de la planta.
“Como me sobraba el tiempo empecé a dar vueltas por la fábrica y ahí me contaminé. Veía como un pedazo de fierro se transformaba en una pieza y como eso se transformaba en una máquina, hasta llegar a construir aquellos que te parecía que era una novedad importante para el mercado”, relató el ya hoy experimentado fierrero.
La experiencia que adquirió luego en su firma y sobre todo en los años en que estuvo al frente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma), le permitieron a Médica vivir en carne propia todos los altibajos que la industria experimentó en los últimos años.
Todavía recuerda el negocio con Venezuela para vender maquinaria, que luego se vio frustrado por irregularidades en la contratación de intermediarios.
“Había empresas que en su vida habían exportado. Junto con Cafma en ese tiempo pudimos crearle a la gente una mentalidad de exportación. Después no nos pusimos de acuerdo los argentinos para crear un polo exportador en conjunto con la Cámara, como hacen los vecinos brasileros u otros países del mundo”, dijo.
Y añadió: “Hay momentos en que vos tenés que exportar a pérdida porque no puedes abandonar el cliente. Lo que hay que pensar es que no estás solo en el mundo. Todos están esperando que vos te pelees con tu cliente para captarlo. Si no podés exportar porque está fuera de precio, tu lugar lo ocupa otro y cuando querés volver, ya ese cliente no te ve como seguro. Él invirtió tiempo en vos, se capacitó y ahora tiene que vender otra marca. La exportación no es algo fácil, pero tampoco es inviable”.
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-¿Nos falta vocación exportadora?- le preguntamos al empresario.
-Sí. No tiene validez hoy en la actualidad crear un proyecto industrial y que vos no pienses en el mundo. El mundo es tu mercado, no pensemos más para adentro. Por eso hay cosas que en Argentina son caras, porque seguimos pensando para adentro, estamos cazando en el zoológico.
-De aquella vocación exportadora, cuando arrancamos con la siembra directa y teníamos tecnología para vender, estamos ahora en un cambio de modelo económico donde parece que nos asusta la importación. Están temerosos todos los empresarios nacionales.
-Sí, todos estamos temerosos, fundamentalmente porque se está intentando imponer normas para la inversión extranjera sin darnos las mismas herramientas. Nosotros generamos fuentes de trabajo, compramos muchas cosas de la Argentina, hacemos trabajar a otras empresas que viven un poquito cada uno de los fabricantes de maquinaria agrícola. La cadena de maquinaria tiene un montón de gente que trabaja. Estamos todos fuera de los grandes centros conflictivos. Pensá que 9 de Julio, provincia de Buenos Aires, es la ciudad de la provincia que más fabricante fabricantes de la tiene. No está en Buenos Aires la gente que fabrica maquinaria agrícola, no sería el lugar adecuado Yo no le tengo miedo a la competencia, pero no me des un cuchillo de palo para pelear con un sable.
Y añadió: “Alguna vez que pegar el salto. Nosotros tenemos que cambiar la mentalidad y ser competitivos. Crear ese compromiso con la competitividad, bajar los costos sí o sí. Y se puede porque hoy al alcance nuestro está toda la maquinaria agrícola mundial disponible, solamente que no hay crédito adecuado, no hay beneficios. La posibilidad de que vos te equipes con la misma tecnología que tiene su competidor en el mundo, está”.
-No les tenés envidia.
-No, porque hoy tenemos la misma posibilidad de tener la misma maquinaria, la misma tecnología que tiene cualquier fábrica de nuestro nivel en Europa. Hay que aliarse.
-Ya diste dos claves: pensar en exportación de forma permanente y aliarse.
-Ninguno se puede permitir el lujo de no exportar. La única diferencia que vos logras exportando es que vos competís con los colegas del mundo. ¿Cómo estás parado con tu equipo? ¿Cómo funciona tu equipo? ¿Qué es lo que demanda el mercado internacional? ¿Qué es lo que quieren los importadores? Tenemos que salir de nuestra zona de confort. Y hay que ser competitivo. Y si no podés, alíate, que es como nosotros hicimos con un proyecto donde el núcleo central de la máquina viene de Austria. Ellos necesitaban distribuidores y nosotros la armamos y distribuimos. Queremos reglas donde podamos desarrollar cosas que necesita el mercado argentino, porque nos gusta estar acá.
-Osea que le ves chance de supervivencia a la industria de la maquinaria.
-Sí. Acá hay 35 millones de hectáreas que todos los años las movemos.
-Esa es una buena base para empezar. Hay que proveer a los chacareros.
-Hay que proveer a los chacareros e introducirlos en el nivel mundial. Tenés que preocuparte de traer cosas que lo hagan competitivo también a él, porque no te olvides que nosotros tenemos una cruz que llevamos que son las retenciones. Son malas pero han sido buenas porque nos enseñaron a ser competitivos. Nosotros somos capaces de producir aún cuando nos quitan. En Europa el estado debe darles subsidios a los productores porque son deficientes.
-No sos pesimista.
-Por nada, tenemos increíblemente un país que tiene condiciones únicas.
-¿Y qué nos falta?
-Nos falta ponernos de acuerdo en un proyecto país que dure, donde lo que se haga no se haga para hoy. Hagamos un proyecto que dure diez años pero cumplámoslo. Y si logramos una agricultura mucho más competitiva, con más recursos, va a haber más interés por tener la última tecnología.
-Y vamos a tener empresarios de maquinaria agrícola con mercado más firmes, más grandes.
-Y de ahí podemos aumentar la escala. También hay que hacer alianzas entre fabricantes argentinos. Tenemos que mirarnos como aliados.