El precio del maíz argentino mantiene un “premio” sustancial con respecto a los valores internacionales por factores tanto internos como externos.
Tal como había anticipado Bichos de Campo, la finalización de la política de prórrogas de los plazos de embarque de las Declaraciones Juradas de Ventas Externas (DJVE) de maíz actuaron como impulsor de los precios del cereal, dado que las compañías exportadoras deben originar mercadería para “empalmar” compras con ventas declaradas.
Los exportadores registraron DJVE de maíz 2023/24 por 26,431 millones de toneladas, pero al 12 de junio pasado –último dato oficial disponible– llevaban compradas 20,174 millones de toneladas del cereal correspondiente a la actual campaña comercial.
Otro factor alcista es que no existe certidumbre sobre el número final de la cosecha de maíz tardío argentino porque resulta por demás difícil evaluar el impacto de la enfermedad Spiroplasma en el cultivo.
En el ámbito internacional, el hecho de que China esté priorizando la importación de maíz brasileño en desmedro del estadounidense también opera a favor del FOB argentino, especialmente porque además está todo listo para que la Argentina –al igual que su socio del Mercosur– comience a exportar maíz a China.
En ese marco, los precios del maíz argentino tienen un valor altísimo respecto de la referencia presente en el mercado de Chicago (CME Group), lo que indica que los productores argentinos están recibiendo un “premio” significativo, aunque no lo perciban como tal porque los granos en el mercado local cotizan a un tipo de cambio intervenido (904,5 $/u$s) que se encuentra muy lejano del valor real de la divisa (1261,0 $/u$s según la referencia del CCL del Matba Rofex).
Basta con echar un vistazo a los precios FOB del maíz para comprender la dimensión del “premio” vigente en el cereal argentino, el cual –vale advertir– podría no durar por siempre.
Al respecto, la cuestión que no puede dejar de considerarse es que a partir del próximo mes de julio comienza a ingresar al mercado internacional la gigantesca cosecha brasileña de maíz tardío y ese dato no pasará desapercibido para las naciones importadoras del cereal.
Si bien la concreción de los primeros embarques de maíz argentino con destino a China podría compensar parte del efecto bajista generado por el aluvión de la cosecha brasileña, la realidad es que ese evento –si bien en los “papeles” está todo listo– depende de cuestiones diplomáticas en un marco en el cual el gobierno de Javier Milei no tiene la mejor de las relaciones con su par Xi Jinping.
Por tales motivos, resulta aconsejable tener en cuenta las variables presentes en el sistema de formación de precios de maíz disponible para poder planificar la comercialización del cereal.