La manzana está implicada entre nosotros desde el pecado original. Y uno de los grandes pecados de la política agropecuaria argentina (no es nada original lo que vamos a decir) es que en muchas cadenas no existe equilibrio entre la oferta y la demanda, y en consecuencia la distorsión que existe allí implica casi siempre que el productor cobre por su producción apenas migajas de lo que en el otro extremo de la cadena paga el consumidor. Los costos, los impuestos y los intermediarios hacen el resto.
En plena cosecha, la manzana se ha convertido nuevamente en la gran protagonista de este pecado original de la agricultura local, que castiga al que produce y también al que consume. Es que en enero pasado, según la medición que hace la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) el precio de esta fruta se multiplicó por 15,42 veces desde que salió del campo y hasta que llegó a la verdulería. El chacarero, sobre todo el del Alto Valle, cobró en promedio 4,7 pesos por kilo. El consumidor pagó esa misma fruta a 72,5%. Es un 1.442% de aumento.
Ver Federico Sacheri: “Cerca del 40% de productores de peras y manzanas abandonó la actividad”
La manzana fue el extremo. Dice el informe sobre el IPOD (el índice desarrollado por la CAME) que el mes pasado “en promedio los consumidores pagaron 5,53 veces más de lo que cobró el productor por sus productos en la tranquera de sus campos”. El índice se construye desde 2015 tomando 25 productos de la canasta familiar, tanto vegetales como de origen animal. La participación del productor en el precio bajó a 21,4%, siempre en promedio.
Junto a la enorme brecha que existe en la manzana, que castiga al productor justo cuando la mayoría está obligada a entregar la fruta, en plena cosecha, la naranja es otro producto que muestra una enorme distorsión, con 10,89 veces. El productor cobró 3,3 pesos por kilo de una fruta que luego se vendió minorista a 36 pesos.
En este caso, el informe de CAME citó testimonios de productores de Entre Ríos, la principal zona de producción, que comentaron que se está notando mucho la caída del consumo en los últimos meses. “El costo de sacar la fruta de los árboles es más alto que el precio que recibimos en caso de comercializar, por lo que algunos productores están tomando la decisión de dejar la fruta en el árbol, atrayendo una plaga de moscas de la fruta. Esto significará un costo aun mayor cuando replanten y preparen la próxima temporada, ya que se deberán fumigar y limpiar los árboles”, comentaron.
Según el trabajo, otros dos productos con altas brechas fueron la pera, con 7,44 veces, y el limón, con 7,33 veces. Suelen ser dos alimentos con brechas elevadas.
En el otro extremo, los productos con menores brechas en el mes, en tanto, fueron: el huevo, con 2,61 veces; la carne de pollo, con 2,83 veces; el ajo, con 3,14 veces; la lechuga, con 3,24 veces; la papa, con 3,46; y el tomate de ensalada, con 3,48 veces.
“En general, son todos productos donde las brechas se mantienen estables a lo largo del año, porque hay oferta constante, organizada y facilidad de reemplazo de productos de una zona por otra cuando las inclemencias del tiempo u otros factores inciden en sus cantidades”, explicó el trabajo.