Su amor por los fierros y la adrenalina de la velocidad viene de familia. Ni su padre ni su abuelo han sido corredores pero sí un pariente bastante cercano. “Amaba ir al taller después de las carreras, ver como desarmaban el auto, el olor a nafta cuando sopleteaban las distintas partes, me encantaba eso”, recordó durante la charla que tuvimos hace ya unos años (diciembre de 2021) Joaquín Lopetegui, ingeniero agrónomo, hoy como asesor y con una agronomía propia, en el circuito comercial de insumos, especialmente semillas.
En este podcast cuenta cómo fue creciendo su pasión por los fierros y cómo llegó a alquilar un auto para correr por primera vez. Después tuvo su auto y llegó a salir campeón en el “Rally Chacharero” (que se corre por caminos rurales). Hoy, tres años después, acaba de vender el auto (“muy caro para mantenerlo y poder correr, además no tengo tiempo tampoco para hacerlo”) pero no dejó en la banquina la pasión por la adrenalina de la velocidad: se compró una moto “de las potentes” y un karting.
No descarta, no obstante, volver a correr algún día, “pero más tranqui, no tantas carreras, para despuntar el vicio”. Además, por supuesto, hablamos de películas, series, comidas, viajes en el tiempo, y la imperdible elección del tema musical del final. Pasen y lean…
–¿Cuál fue tu primer contacto con los fierros? ¿Qué te acordás?
-Yo vengo de una familia en al que ni mi abuelo ni mi viejo fueron corredores, siempre estuvieron ligados a los fierros. Mi abuela paterna es hermana de la mamá de “Patita” Minervino, un corredor de Turismo Carretera muy recordado de los 90s y hoy preparador de autos. Es primo hermano de mi viejo. Con lo que siempre hubo un corredor importante en la familia. De chico me acuerdo de ir al taller de “Patita”, el TC era en ese momento casi una peña y en los pueblos se vivía muy fuerte. También se hacían tiradas de 1000 metros en la ruta para medir tiempos. Hoy totalmente prohibidas, lógicamente. Y son mis recuerdos iniciales. Que despertaron mi pasión.
-¿Y corriste de chico?
Mi abuelo nos llevaba a un circuito de karting que había acá, asfaltado, algo inusual, un kartódromo asfaltado y Chacabuco lo tenía. Hoy ya está en desuso. Siempre íbamos los domingos a ver las carreras y él nos decía que cuando haya escuelita de karting nos iba a llevar. Pero nunca nos llevó. No sé si porque mi viejo no nos dejaba, o por la guita, es un deporte caro. Pero siempre estaba la idea de poder hacer algo. Pero de chico no se dio, aunque siempre me gustó.
–Y si te digo, de esa época del taller, cerrá los ojos y empezá a recordar olores, colores, cosas que se te vengan a la cabeza…
-Yo tendría en ese momento 8-10 años. me acuerdo de llegar cuando volvían de las carreas, que llegaba el auto y cuando ganaba ver cómo lo desarmaban. El clásico olor a taller, impregnado en olor a nafta, todo se sopletea con nafta, la limpieza de partes. Ese olor, que a la mayoría no le gusta, a mí me encanta. Eso es lo que más me acuerdo.
–Pasada esa etapa, ¿Cuándo arrancaste a correr vos?
-La primera vez que corrí, ya estaba trabajando en Don Mario y se hizo un rally en Chacabuco, el Rally Bonaerense. Y con un amigo alquilamos un VW Gol estándar y esa fue la primera carrera. Anduvimos bastante bien. Tuvimos una penalización por no cumplir un horario. Pero le mangueé a todo el mundo plata. De a 100-200 pesos, me acuerdo en ese momento. Cuando hice todos los calcos me quedó la mitad, ¡Era más caro el ploteo que lo que estaba pidiendo casi! (se ríe).
–¿Y cómo siguió?
-A fin de año, unos meses después, se hacía una fecha del rally Federal en San Antonio de Areco, que era una carrera muy conocida, con más de 120 autos anotados. Fue espectacular.
–¿Y hoy donde corrés? ¿Y cómo es la modalidad?
-Hoy estoy corriendo el Campeonato Federal de Rally. Son 10 fechas más o menos. Se corre principalmente en provincia de Buenos Aires: Chivilcoy, rojas, Lincoln, Pergamino, Ramallo. Y este año también participé con el Rally Argentino. Es más competitivo y se corre en todas las provincias. Está buenísimo. Yo este año participé en Córdoba que se hizo en pandemia. Y después corrí en Madariaga, que son caminos más parecido a lo que corremos en provincia de Buenos Aires. Porque vos tenés dos modalidades: el rally del llano típicos caminos rurales, donde vamos en la semana con maquinaria y la camioneta; y el rally de montaña, más de Córdoba y otras provincias de la cordillera. Los paisajes son espectaculares, pero no estoy acostumbrado.
–¿Te gusta la mecánica? Una duda que siempre tengo es, si tenés que conocer de mecánica para ser mejor piloto…
-Yo de mecánica me gusta, pero entiendo muy poco. Sí, en el caso del rally estaría bueno tener ese conocimiento porque tenés tramos que podés tener un desperfecto y si lo reparás seguís. Por ejemplo, en Madariaga en una curva volqué y quedó con las cuatro ruedas en tierra. Puse primera y salí. Pero cuando me había roto el parabrisas, el capot para arriba y se me había cortado el cable que hace masa con la batería y me quedé sin corriente. Ahí tuve que reparar con alambre, arreglármela con mecánica ligera para poder llegar y volver a largar.
-¿Cuál es la importancia real del acompañante? Tiene que haber una conexión muy fuerte porque son decisiones en milisegundos.
–El navegante en el rally es tu segundo par de ojos como conductor. Es fundamental su tarea. Coordinación y disciplina para los horarios, maneja el tiempo de la carrera. En un rally de acá, normalmente uno se acuerda del recorrido, pero cuando vas a otro lugar más grande, el tramo puede tener 5 páginas de curvas, es imposible acordarte. Uno puede hacer una pasada de reconocimiento, pero a velocidad de calle. Y vas anotando cómo creés que es la intensidad de cada curva. En Madariaga habíamos anotado mal una curva la teníamos anotada en 4ta marcha y era de 2da. Cuando llegué en 4ta no me quedó otra que seguir hasta el alambrado.
–¿Con qué auto corrés hoy y cuánta gente labura para ponerlo a punto?
-Corro con un Ford Fiesta. En 2017 había salido campeón con un Ford K. Y el auto lo tengo en Lincoln en un equipo que tiene varios autos. Podemos ser 4-5 autos o yo solo con un mecánico y el ayudante, obviamente con el navegante.
–¿Y cuál ha sido tu mayor logro?
-En el 2017 corrí el campeonato entero salvo una porque estaba de viaje. Salí campeón de la categoría y campeón absoluto entre las distintas divisionales. Eso fue lo mejor. Gané 5 de 7 carreras. Pero la que más me gustó, por lo que la disfruté, fue cuando corrí con Fiat 128 en pista. Dos años fueron. En Baradero, una carrera que largué de atrás y llegué tercero. Hice podio. En la pista vas pasando autos, chapa a chapa, es más pesado.
–¿Y qué te gusta de correr?
-El rally me gusta la camaradería que hay entre todos. Se comparten experiencias. En la pista no tanto, porque tenés el roce de carrera. Alguno comete un exceso y se te pueden enojar o vos te podés enojar con otro. A mí me gusta más el rally.
–¿Qué cosas creés que mejoraste con el tiempo?
-Desde la primera vez, ese rally de Chacabuco a hoy fui mejorando. Y eso que arranqué de grande. Si bien el rally no es tan técnico como la pista. Sí cuando más chico arrancás es mejor. Si bien yo ando tranquilo en la ruta, siento que voy mejorando en el manejo de la vida diaria también. Tener más seguridad.
–¿Y te dio miedo alguna vez? Me contabas de un vuelco, ¿Te asustaste?
-Yo no tuve golpes fuertes. Sí tuve ya como cuatro vuelcos. Volqué tres veces seguidas en tres carreras. Sí, por ahí, nosotros vemos autos chocados de autos que van adelante. Cuando ves los autos y los palos que se pegan decís, ¿qué hago acá? Pero después se te pasa. No es lindo ver compañeros golpeados. Pero después pones primera y se te pasa. Hoy la seguridad de la butaca, casco, jaula está todo muy bien.
–¿Y tenés ídolos? Bah… ¿Cuáles son los corredores que más te han gustado de los que has visto?
-Me gusta mucho el automovilismo en general. El primero es Ayrton Senna, Michael Schumacher y Sebastien Loeb. Dos de pista y uno de rally. Loeb marcó una época, el máximo campeón. Tiene una manera de manejar increíble.
–Y de Senna y Schumacher ¿qué te gusta?
-Senna lo ví poco, pero era alguien distinto. Porque vos podés entrenar para llegar a algo, pero tenés que nacer con un toque especial, un don. Y lo de Senna era increíble como llevaba el auto, en situaciones en las que nadie podía manejarlo. Independientemente del equipo en el que corriera, porque hoy tenes muchos pilotos que son buenos, pero si no tienen el presupuesto no llegan a nada. Hoy si ponés a Senna en el peor auto no llegaría a ser Senna tampoco. La impronta de la máquina supera a la habilidad conductiva. El rally lo que tiene es que al tener más imprevisibilidad en el manejo, la tecnología es importante pero se limita. La habilidad conductiva sigue siendo importante.
–Bueno, llegamos al decálogo, al tirando paredes con preguntas “fuera del surco” o fuera de pista para usar una metáfora automovilística. ¿qué ciudad o país de los que conocés te gustó más?
-Chicago.
–¿Y qué ciudad te gustaría conocer?
-Me gustaría conocer Finlandia y poder ir a ver la fecha del mundial de rally ahí. Debe ser alucinante. La mayoría de los campeones de rally de la actualidad son finlandeses o nórdicos. De chiquitos están acostumbrados a andar de costado en la nieve.
-¿Tu comida favorita?
-Un buen bife de chorizo.
-¿Un deporte en el que hayas o seas bueno?
-Golf. Jugué desde los 12 años. Sigo jugando. Cuando no estoy con el auto estoy jugando golf.
–¿Una película que te haya gustado?
-La gente se va a reír con esto pero la vi 55 veces. Es “Bañeros 2, la playa loca”. (risas). La vemos con amigos, nos sabemos fragmentos y diálogos.
-¿Qué súper poder te gustaría tener?
-Que Dios me hubiese dotado de más inteligencia para ser algo revolucionario en el mundo del agro. Creo que hay mucho por hacer para aumentar la productividad. Me apasiona eso. Es totalmente desafiante.
–A la hora de ir de vacaciones, ¿qué formato elegís? Reposera, libro, descanso. O todos los días algo distinto, adrenalina.
-Normalmente no puedo estar ni dos segundos sentado. Pero cuando voy a la playa me tranquilizo. Es uno de los momentos del año que disfruto de la familia, tranquilo. Sin correr.
–Te dejan volver el tiempo atrás, ¿A dónde volvés y para qué?
-Me gustaría volver a presenciar el nacimiento de los dos nenes míos. De hecho, aprovecharía para volver a filmar el de Maite porque se me rompió la computadora y lo perdí (risas).
–¿Qué tema elegís para cerrar la nota?
-Como tema, el que siempre trato de escuchar antes de alguna carrera, es de AC/DC, “You Shook Me All Night Long”. Para motivarme. Y en algún momento, trato de escucharlo, me da nafta, me pone arriba y salgo enchufado.