Dentro del sector agropecuario se le suele comparar al sorgo con “la cenicienta”, porque históricamente ha sido un cultivo descuidado, al que se le ha asignado los ambientes menos favorables para la siembra. A pesar de todo esto, la empresa semillera Advanta mantiene su apuesta al cultivo, y ha invertido 25 años a la investigación y mejoramiento genético de la gramínea que al parecer ahora tendrá una gran chance, en un escenario donde el temor a la chicharrita del maíz dominará la campaña 2024/25.
Si bien la empresa cuenta con unos de los programas genéticos más importantes del mundo, allí no se esperaban este repentino contexto favorable a la siembre de sorgo como alternativa del maíz. La idea, más bien, estaba puesta en crecer de apoco diversificando más en las rotaciones y en hacerle frente a los efectos el cambio climático con un cultivo rústico que puede adaptarse mejor a condiciones secas. También se habían envalentonado con la sorpresiva demanda de sorgo desde mercado chino, destino al cual van a parar el 85% de la exportaciones nacionales.
Pero lo de la chicharrita habilitó una ventana de posibilidad excepcional. En este sentido, Francisco Cinque, gerente general de Advanta en Argentina, advierte que se debe cuidar el cultivo, sembrarlo con profesionalidad, pero al mismo tiempo ofreció cierta tranquilidad al decir que habrá buena disponibilidad de semillas para la nueva campaña.
“La aparición de la chicharrita se nota en las ventas y nos agarra con una buena producción de semilla. Advanta reaccionó rápido a esta demanda cuando comenzaron los efectos en diciembre/enero y estamos haciendo producciones importantes, como nunca hemos hecho. Nosotros le venimos diciendo a los productores que hay que diversificar porque el cambio climático llegó para quedarse y tiene que ver con la aparición de nuevas plagas”, contó el directivo a Bichos de Campo.
En esta línea, agregó: “El pulgón amarillo, la chicharrita y la phomopsis en girasol son consecuencias del cambio climático y el productor agropecuario argentino no tiene muchas formas de diversificarse o de elegir otro cultivo dentro del campo. No tenemos seguro multiriesgo y al final del día termina pasando que son pocas las cosas que el productor tiene para contrarrestar esto”, señaló.
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Con el fin de cubrir esta falencia, Advanta ha trabajado en variedades mucho más resistentes, pero sin la necesidad de acudir a semillas transgénicas. “El programa genético nuestro, el de Argentina, está en todo el mundo. La tecnología que lanzamos ya hace siete años está patentada y se basa en el control de malezas. Hace dos años lanzamos, producto de la aparición del pulgón amarillo, una nueva tecnología que le aporta tolerancia a la mayoría de nuestros productos. Ninguna de las variedades son transgénicas sino que son mutagénesis. Y esto es lo que le confiere la resistencia a algunas malezas, y por mejoramiento genético y marcadores moleculares, se le confiere la tolerancia al pulgón en amarillo”. explicó Cinque.
-Hablaste de producciones sin precedentes en la historia de la empresa para traer semillas de otros lados y poder abastecer esta sorpresiva demanda ¿El objetivo sigue siendo llegar a 2 millones de hectáreas de sorgo?
–Ese es el sueño. Quizás este sea un año no para llegar a 2 millones, porque claramente no todos los agarró bien parados en cantidad de semillas, y la cosecha está siendo un poco complicada por las lluvias, pero creemos que vamos a llegar al 1,4 millones de hectáreas en la Argentina, lo cual es un nuevo récord para el cultivo y tenemos que estar a la altura.
-¿Qué significa estar a la altura?
-Hay un montón de cosas que hay que empezar a hacer. Se van a agregar nuevos productores que hace años no están haciendo sorgo. Y las compañías de semilla tenemos que estar preparados para las buenas prácticas, para ayudarlos, porque claramente el sorgo que estamos lanzando este año no es el mismo sorgo de hace 20 años. Este sorgo tiene genética, tiene tecnología y obviamente potencial de rinde.
El sorgo es el producto con mayor peso geopolítico en la campaña 2024/25 ¿Eso es bueno o malo?
Sobre esta base, el empresario insistió en que se debe cambiar el chip y se modifique la visión respecto al sorgo ante la posibilidad de convertirse en un cultivo alternativo al maíz. “En esta campaña que estamos cerrando y que estamos en cosecha ahora, los rindes promedio a nivel país crecieron un 60% versus la campaña pasada, que obviamente fue mala, pero no fue peor que la anterior. O sea, los rindes solo se habían estancado. Este año estamos llegando a las 5 toneladas promedio por hectárea, lo cual eso es algo muy bueno. Eso quiere decir que el productor empezó a trabajar en esto de buenas prácticas, en tratar el cultivo de sorgo como cultivo de punta y se están viendo buenas cosechas”.
-¿Decís que el éxito no está solo en la semilla sino que lleva también manejo?
–Absolutamente, esto requiere de fertilización y un mejor manejo claramente. Hay que empezar a manejar densidades, fechas de siembra, fungicidas. Si bien la tecnología está ahí, no hay que dejar de monitorear, eso es un poco todo el paquete.
-¿Y el sorgo es una opción en cualquier zona agrícola?
-Yo creo que el sorgo está corriendo la frontera y está saliendo de las zonas marginales a lotes de punta. Este año más que nunca tenés productores en Venado Tuerto haciendo sorgo, con lo cual creo que algo está cambiando. El cambio climático vino para quedarse, entonces hay que volver a esto de la diversificación. El sorgo aporta muchísima estabilidad al sistema y hoy por hoy rinde. Entonces nosotros creemos que vino para quedarse. Lo que sí vemos es que hay que hacer un cambio en la matriz productiva de la Argentina. Hay que empezar a agregarle valor al cultivo.
En este particular, Cinque exhortó a transitar el camino de Brasil -donde entre otras cosas- se le está dando un uso industrial al sorgo. “Brasil tiene 2,3 millones de hectáreas de sorgo y sigue creciendo. El 85% del sorgo que produce Brasil va a la industria avícola y el resto va al etanol. Nosotros no tenemos ni uso avícola ni etanol. Hoy en Argentina obviamente que hay que trabajar con la industria, hay que tratar de ver cómo podemos hacer para cambiar los cortes. Pero es algo que se viene y tenemos que darle pelea. Desde la industria semillera vamos a aportar muchísimo para que eso suceda”, enfatizó.