Desde hace décadas, cuando la Argentina retomó la vacunación contra la fiebre aftosa (que en realidad solo se interrumpió unos pocos meses en 2000), la Patagonia es considerada como “región libre de fiebre aftosa sin vacunación”, ya que allí -por condiciones climáticas y geográficas- no hace falta aplicar el inóculo al ganado bovino.
Esta división del país en dos zonas sanitarias (con y sin vacunación) ha tenido consecuencias también sobre el comercio, pues no puede ingresar al sur del país carne bovina con hueso desde el norte, ya que según las reglas sanitarias podría ser portadora del virus.
Esto molesta sobre todo a dos actores. Por un lado, a los consumidores de la región patagónica (incluyendo muchos turistas que la visitan), que suelen tener que pagar el asado bastante más caro allí que en el resto de la Argentina, pues la región dispone solo de 2,5 millones de cabezas y entonces la oferta de ese corte es insuficiente. Por otro lado, los que se sienten dañados son los productores ganaderos que, Río Colorado de por medio, no pueden vender sus costillares del otro lado de la Barrera Sanitaria Patagónica. Los que más se quejan son los de La Pampa, que han pedido expresamente al gobierno nacional la desaparición de esa barrera interna.
La tentación de poder vender asado del lado patagónico es tan grande (sobre todo en ciudades como Bariloche) que cada tanto se desbaratan intentos de contrabando de costillares. Y todo eso sucede adentro de la propia Argentina.
Esta situación, que más allá de alguna flexibilización permanece intacta desde marzo de 2001, podría comenzar a verse alterada en los próximos meses si el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) incorpora a la legislación sanitaria nacional las recientes recomendaciones que realizó la Organización Mundial de Salud Animal (OMSA) en su reunión anual en París, realizada esta semana pasada. ¿Por qué? Porque ese foro multilateral conformado pro 183 países reformó el capítulo 8.8.4 de su Código Terrestre, que es como el digesto internacional para el manejo de enfermedades ganaderas, para facilitar el comercio de ciertos productos entre zonas libres de aftosa sin vacunación (como la Patagonia) y zonas con vacunación (como el resto del país).
En esa recomendación, la OMSA intentó derribar este tipo de barreras comerciales que utilizan la vacunación contra la fiebre aftosa como una excusa. Es la discriminación que sufrió la Argentina desde hace casi 100 años, pues el país tiene vedado exportar libremente su carne vacuna con hueso a muchos países del llamado “circuito no aftósico”, como Estados Unidos, Canadá, Corea del Sur o Japón. Esta misma recomendación se debería trasladar al interior de los países que, como la Argentina o también Brasil, disponen de zonas donde se ha dejado de vacunar contra la zoonosis.
De esas recomendaciones dio cuenta Bichos de Campo: En su reunión anual de París, la OMSA lanzó una nueva recomendación en la que indica que no existe riesgo de mover alimentos entre países (y dentro de países) con estos dos status sanitarios distintos. En esa lista de alimentos que deberían dejar de ser penalizados por estar en una zona con vacunación figuran la “leche UHT y derivados, carne termoprocesada, alimentos proteicos, gelatinas, embriones, pieles y cueros, y extractos para alimentos de mascotas”. Lo curioso es que allí no quedó incluida la carne vacuna enfriada o congelada. Esto deja afuera al asado de La Pampa que quiere ingresar a la Patagonia.
Pero de lo que nadie se avivó todavía es que la recomendación de la Organización Internacional sí incluyen a los animales en pie. Y que esto abrió de golpe la puerta a que se flexibilice la barrera sanitaria patagónica si no para los cortes vacunos con hueso, sí para los bovinos del norte, que teóricamente ahora podrían ser “exportados” hacia la zona protegida, para ser faenados en alguno de los frigoríficos habilitados en dicha región.
Eso permitiría que los asados pampeanos ingresen finalmente a la Patagonia. Sería algo así como una “vaca de Troya”: Bajo las nuevas recomendaciones de la OMSA, la carne con hueso, como el cotizado costillar, podría atravesar la férrea barrera dentro de cada animal.
Lo confirmó este sábado en declaraciones al programa Rivadavia Agro el fallido candidato argentino a presidir la OMSA, el veterinario Luis Barcos, que perdió una reñida elección con la francesa Emmanuelle Soubeyran y no pudo alterar el reinado de los galos en esa organización.
“Lo que se adoptó se viene discutiendo hace nueve años para facilitar el comercio. Uno de los temas era poder mover animales de un país libre de aftosa con vacunación a uno sin vacunación. Está todo el conocimiento científico para que ese movimiento sea seguro”, validó Barcos. Para el experto, que es representante de la OMSA ante el continente americano, este tipo de flexibilización de las reglas sanitarias “sirve para evitar el mercado negro”.
El ex presidente de Senasa en los 90 lamentó que la OMSA no haya podido extender esta facilitación a la carne vacuna, prolongando una vieja restricción. “Hoy la carne de países que son libres con vacunación tiene que someterse a cierto tratamiento, como si fuera de un país infestado (por fiebre aftosa). Todo eso hay que ponerlo sobre la mesa de discusión”, reclamó.
Lo cierto es que, con sutilidad, la OMSA recomendó a sus países asociados (y la Argentina lo es desde un principio, hace cien años) que apliquen esta nueva recomendación y que ahora el Senasa debería decidir qué hacer con la Barrera Sanitaria Patagónica. O mejor dicho, de aceptar la resolución internacional, debería comenzar a permitir el ingreso de hacienda del norte del país a la región protegida sin vacunación. Con los costillares y el asado adentro de los animales, claro.
Los funcionarios del organismo ya han tomado nota de la novedosa situación, pero saben que todo dependerá de una decisión política, pues son muchos los interese en juego. Desde hace años que la Patagonia se resiste a cualquier flexibilización de la Barrera Sanitaria, y los ganaderos de esa región suelen contar con apoyo de sus gobernadores. Pero en La Pampa también hay un lobby muy fuerte en el sentido contrario. Incluso diputados de esa provincia como el integrante del PRO Martín Ardohain, han reclamado por este asunto al gobierno “desregulador” de Javier Milei y presentaron sendos proyectos de ley.
Para adecuar la normativa nacional a las nuevas recomendaciones de la OMSA y permitir el ingreso de asado a la Patagonia dentro de los animales vivos, el Senasa debería modificar la Resolución 1259/2023, que en su artículo 5° es tajante: al redefinir las zonas internas con y sin vacunación, dispone que “se prohíbe el ingreso a las Zonas Patagonia, Patagonia Norte A y Valles de Calingasta, de animales vivos susceptibles a la Fiebre Aftosa provenientes de zonas con vacunación antiaftosa”.
Es tan triste y vergonzoso q dependamos en la argentina para comercializar la propia producción de interes mezquinos y senofogos extranjeros,es aquí dnde está argentina sigue siendo tan pobre..y poca inteligencia de las cabecitas políticas…solo interés creados muy triste