Como es tradición en las provincias azucareras del norte, hubo acto de inicio de zafra en el ingenio más grande del país, el jujeño Ledesma. Allí se volvió a notar la perplejidad que suele repetirse en la Argentina productiva: hay alegría por una perspectiva de mayor producción pero a la vez temor porque eso se convierta en una sobreoferta que afecte los mercados y los ingresos de los productores.
En este caso estamos hablando de caña de azúcar. Los años de gran sequía parecen haber pasado, llovió un poco más normal, y entonces se espera una recuperación de los cañaverales. La empresa jujeña -que es la primera productora de azúcar de la Argentina, con el 17% del total, pero también produce papel y alcohol a partir de la fibra de caña de azúcar- espera una molienda de caña 8% superior a la de 2023. En Tucumán, donde son menos dependientes del riego, días atrás se hablaba de una recuperación del 15%.
Como sea, esta buena noticia ahora se ha transformado en una preocupación.
El martes, en un acto que contó con la presencia del vicegobernador jujeño Alberto Bernis, Ledesma hizo su acto de inicio de zafra en el playón de su fábrica de azúcar. La cosecha comenzará efectivamente el 29 de mayo, pero ya comenzó a ponerse orden en el ingenio para moler toda la caña que ingrese. Allí se cultiva una superficie de 40.000 hectáreas.
Este año, luego de tener mayores lluvias que un año atrás, en Ledesma esperan una producción de azúcar superior. Por eso, el gerente general de la compañía, Javier Goñi, señaló que en el verano la distribución de las precipitaciones fue más pareja y casi no dejó períodos extensos de sequía. Pero a la vez, Ledesma vien invirtiendo fuerte para evitar la escasez de agua en los surcos. Este año Ledesma invertirá 12 millones de dólares en tecnificación de riego, renovación de cañaverales y equipamiento. A ello se agregan otros 10 millones para la mejora de procesos en la fábrica de azúcar.
En este escenario se espera un 8% más de caña que en la zafra de 2023, con lo que Ledesma podría llegar a un total de 3.350.000 toneladas de caña molida propia y de cañeros.
Preocupado por dónde se colocará esta mejora de la producción para que no deprima los precios, Goñi pidió en el acto por el pronto tratamiento en el Congreso de un proyecto de ley acordado por las provincias productoras de bioetanol y las empresas petroleras para generar mayor competencia en el mercado de ese biocombustible. El sector debería producir unos 600.000 metros cúbicos.
Además el CEO de Ledesma hizo hincapié en la necesidad de que todo el sector azucarero se comprometa con un fuerte programa de exportaciones, que debería llegar a unas 500.000 toneladas de azúcar para evitar los peligrosos excedentes en el mercado interno. El mensaje fue dirigido a Tucumán, donde los grupos empresarios suelen no ponerse de acuerdo con este tipo de estrategias.
El sector azucarero es la principal economía del Noroeste argentino. Abarca 6 mil cañeros independientes y 20 ingenios azucareros en Tucumán, Salta y Jujuy. El inicio de la zafra supone el comienzo de seis meses con plena actividad en el ingenio jujeño, con 100 camiones que transportan caña día y noche desde el campo a los trapiches, otros 40 operando dentro del ingenio y 100 camiones por día distribuyendo los productos terminados a los clientes de azúcar, papel, alcohol y productos químicos, a los que se suman también los de frutas y jugos. Un total de 200 empresas transportistas registradas, en su gran mayoría de Jujuy y Salta. Esto da cuenta de los empleos indirectos que genera la actividad de Ledesma.
Goñi también señaló que confía en un pronto acuerdo con el sindicato azucarero en la nueva paritaria, y destacó la vocación permanente de la compañía por sostener las fuentes de trabajo y, aún más, por crear nuevos empleos de calidad, como en el caso de la nueva planta de pulpa termomoldeada para producir vajilla descartable de caña de azúcar, con eje en la sostenibilidad. Ledesma lanzará esta nueva producción durante 2024, con una inversión de 6 millones de dólares. Otra inversión de la empresa en Jujuy es la instalación de un nuevo turbogenerador con 34 Mw de capacidad para producir energía eléctrica de manera más eficiente y sostenible. Para este último proyecto, Ledesma invirtió más de 10 millones de dólares.