En las últimas semanas el panorama para la siembra de trigo sufrió modificaciones, que resultaron beneficiosas para encarar las siembra para los productores.
Es que hace menos de un mes, el precio del producto estaba bajo, y los costos de los insumos muy altos, lo que configuraba una ecuación muy negativa para el agricultor, sumado a los impuestos que cobra el gobierno, como impuesto PAIS y derechos de exportación (retenciones).
Esta ecuación se revirtió, encontrando subas en el precio del trigo, subas realmente altas, y un descenso del precio internacional de los insumos, principalmente el de los fertilizantes. Ahora si, ante este nuevo paradigma, la cuenta da positiva para los agricultores, que se decidieron y aumentaron el área de intención de siembra en unos 500 mil hectáreas en solo semanas.
“La frutilla del postre hubiera sido que eliminaran retenciones, pero no se cuándo se van a terminar dando cuenta”, dijo Gustavo López analista de mercado, refiriéndose a este histórico anhelo de la cadena triguera, que se mantiene en la actual campaña.
Es que en el marco de A Todo Trigo 2024, el punto de encuentro de la cadena triguera cada año, López analizó que aun en el escenario anterior, previo al cambio de los mercados, la relación no era tan mala para el productor.
“En los últimos ocho años arrancamos con valores en torno a los 160/180 dólares. Ahora estamos bien con poder alcanzar los 230 dólares, estamos mucho más tranquilos. Pero arrancamos 190/200 dólares, no era tampoco tan malo. Además con condiciones climáticas que hace años no teníamos, con tanta humedad en los suelos”, explicó a Bichos de Campo.
El también titular de la destacada consultora Agritrend, coincide con varios analistas, de que la fina 2024/25 arrancó “con viento a favor”. Todo esto favorecido por la situación internacional, un aumento de precios para la comercialización del cereal y mayor accesibilidad a los insumos para producir.
Sin embargo, López sigue considerando que el impacto de este arancel, no es menor, ya que le descuenta al productor alrededor de 30 dólares por toneladas producidas y, aseguró que esta variable define el números de hectáreas a implantar. No obstante, él ha proyectando para esta campaña, una siembra de aproximadamente 6,5 millones de hectáreas, una cifra superior a la estimada por entidades como la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que estimó 6,2 millones de hectáreas.
“El año pasado tuvimos problemas con el ciclo hídricos que llevaron a que se fueran atrasando las siembras y no se completaran el total. Teníamos una perspectiva de 6 millones y medio de hectáreas con obviamente condiciones climáticas diferentes, con precios que no eran tampoco tan atractivos y además con con insumos en niveles bastante más altos ¿Por qué no se puede repetir en este ciclo? Es casi una cuestión de sentido común. Hoy estás con un promedio del último quinquenio de justamente 6 millones y medio de hectáreas con picos que llegaron hace dos o tres años a 7 millones”, reflexionó Gustavo López.
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Si bien desde el gobierno, no cambiaron las reglas del juego con respecto al derecho de exportación, López vislumbra un escenario favorable, a partir de la situación de Brasil y las posibilidades de negociación que ofrece el Mercosur para los países miembros.
“En alguna medida el tema de los aranceles tendrá un nivel de de compensación porque gran parte de este trigo se va a ir a Brasil. En este país tenemos un arancel externo común, negociado por el Mercosur, que te da una posibilidad del 10% de límite de ingreso de otros orígenes. Entonces eso obviamente te da un nivel de competitividad algo mayor”.
Sobre esta misma línea siguió diciendo: “Insisto con que no es privativo del trigo. O sea, esto se está dando también en maíz y en soja. Si finalmente el Departamento de Agricultura, ajusta sus cifras en cuanto estos dos productos en Brasil y en Argentina, porque hay una oferta bastante más limitada. Son vasos comunicantes y cuando suben unos terminan subiendo el resto. Esto le da cierto sostén al trigo, así que me parece un año relativamente interesante”, puntualizó.
-¿Entonces, vos ves la posibilidad de sembrar 6,5 hectáreas de trigo, apalancado en la tradicional rotación, trigo- soja?
– Sí y creo que a eso se suma el problema que ha habido en el tema maíz con la famosa chicharrita. Pero qué hace el productor si no siembra trigo, qué hace, con qué ocupa el campo. Muchos te dicen de los campos arrendados, que es un porcentaje muy grande de la Argentina, pero creo que en un campo arrendado hagan trigo solo, a no ser que sean excepcionales los rendimientos. Entonces como dupla con soja, o trigo en campos propios, me parece que no es una mala ecuación.
-Parece indicar que se acomodan las variables y está todo para que se siembre el potencial. ¿Cuál cree usted qué sería el rendimiento aproximado por hectáreas?
-Yo estaba marcando cerca de los 19 quintales por hectáreas, lo cual está en el marco de los consumos internos que no sufren variaciones. Estás en un nivel de exportación cercano a los 12 millones, lo cual cambia totalmente respecto a los últimos años. Además pensemos que esto se va a sembrar y se va a cosechar. O sea, va a entrar después la divisa y también este va a entrar después a medida que se va declarando el ingreso fiscal, la retención. Entonces el impacto de la política, durante el otro gobierno, tomando como referencia tres años atrás y estaban presionados por conseguir dólares desesperadamente, ya a esta altura tenías 8 millones de toneladas declaradas, de trigo para vender al año siguiente.
“Hoy tenés cero toneladas declarada, así que todavía está por entrar toda esa masa de plata que no es menor. Haciendo bien el cálculo, son 12 millones a un FOB, que se mantiene entre los 250/270 dólares. Estamos hablando de casi 3000 y pico de millones. A eso sumarle el 12% que son entre 400/450 millones en materia de derecho de exportación que también van a ingresar. Quiere decir que el el efecto conjunto no está por debajo de los casi 4 mil millones.
-Si el gobierno actual hubiera sacado esas retenciones del 12%, ¿Hubiera cambiado mucho más el panorama?
-Por supuesto, hasta por una cuestión de alivio para el productor, quizás se hubiera expandido más su área de siembra. En algún momento hubo 9 millones de hectáreas, fue la primera época del siglo pasado, donde no tenían competencia. Hoy tenés un mix de producto totalmente distinto, pero con esos niveles. Entonces pensá que con un FOB de 250/270 dólares que pueda llegar a subir en competencia con el mundo, estás hablando de este casi 30 y pico de dólares más para el productor, si se trasladaran en forma directa.
-Según algunos análisis internacionales se dice que la Argentina puede llegar a producir 30 millones de toneladas de trigo. ¿Es cierto esto?
-Hoy lo veo todavía difícil. La realidad muestra que la Argentina está estancada, después de lo que fue el último ciclo, creo que fue en la campaña 2018/19, con Macri que llegamos a la 142 millones. Ahí entramos en un, en una meseta, obviamente sacando lo que fue la seca. A pesar del mix que cambió y hoy está a favor de generar más volumen. Pensemos que hoy estamos con el 12% de retenciones en trigo, pero también en maíz y en sorgo, y tenés una soja en 33%, con lo cual el spread es de 21 puntos. Antes, en la última etapa del gobierno de Cristina tenías 23% de retenciones para el trigo y forrajeros y tenías 35% para la soja.
En este sentido, el titular de Agritrend, considera que las decisiones políticas en materia de retenciones, siempre van a mover la aguja para que el productor decida sembrar más o menos trigo. “Yo creo que ese fue el gran cambio que permitió un volumen más grande, porque obviamente el productor se volcó más hacia el tema de los forrajes. Entiendo que había un concepto de rotación todo lo que quieras, pero ese fue el incentivo, bajar el spread entre productos No, lo podemos negar”, enfatizó.
-¿Saldremos del estancamiento productivo?
-Yo espero que sí, lo que pasa es que se nos va haciendo largo. yo te he hablado de proyecciones que nos hemos planteados los analistas desde el principio de esta década, para ver esas famosas 170 millones de toneladas en el 2030, ya estamos casi en la mitad de la década y nos faltan años para lograrla, no va a ser tan fácil, lamentó.