Cada uno sabe lo que hace y hasta donde soporta la humillación. Finalmente cada uno será preso de su conciencia.
La intervención administrativa de la ex secretaría de Agricultura por parte de los funcionarios que responden al ministro Luis Caputo comenzó en febrero y se terminó de concretar esta semana, cuando se publicó el nuevo organigrama del Ministerio de Economía y ese área fue rebautizada como Bioeconomía. Allí se confirmó que su actual secretario, Fernando Vilella, ya no maneja ni los recursos presupuestarios ni el manejo de personal de su organismo.
La intervención política en tondo a ese sector de gobierno, tan caro a los intereses y afectos del campo, también viene desde hace varios meses, pero se declaró el viernes pasado, cuando Caputo ordenó echar al segundo y tercero en la sucesión de mandos, detrás de Vilella.
Al ex decano de la Fauba ya prácticamente no le queda nadie de su equipo original de colaboradores, aquel que presentara como el “dream team” ante la comunidad de agronegocios los primeros días de diciembre. Germán Paats, Pedro Vigneau, Germán Di Bella, y ahora el renunciado director nacional de Ganadería, Belisario Castillo, han sido víctimas de las conspiraciones palaciegas y las internas, y por ninguno de ellos Vilella se decidió a poner el pecho.
En los últimos días, desde esta masacre al equipo de los sueños, se especuló y mucho en el sector con que el secretario de Bioeconomía, que finalmente casi lo único que hizo hasta aquí es haber modificado el nombre de su organismo, iba a dar también un paso al costado, solo de toda soledad, sometido a los arbitrios de Caputo (finalmente, una metáfora de la subordinación de los productores ante a los que manejan la caja del estado).
Pero el funcionario se presentó este viernes en la Sociedad Rural de Suipacha, donde se realiza la exposición anual de la entidad, y volvió a decir que permanece en el puesto, dentro de un gobierno que tanto lo ha ninguneado hasta ahora. Lo flanqueaban los nuevos funcionarios designados por Juan Pazo, el secretario de Industria y Coordinación productiva, para custodiarlo: el nuevo subsecretario de Producción Agropecuaria, Sergio Iraeta, y su jefe de asesores, Manuel Chiappe.
¿Qué paradójico! Al propio secretario Vilella lo obligaron a resignar la figura de tener un jefe de gabinete, cargo originalmente pensado para Vigneau, pero a su nuevo subsecretario sí le permiten tener un jefe de asesores.
En su visita a Suipacha, frente a una comunidad básicamente lechera, Vilella hizo lo que fue a hacer y lo que antes ningún secretario de Agricultura solía hacer: llevó los saludos del ministro Caputo, su nuevo jefe. Queda claro.
En materia de política agropecuaria, no hubo mucho. Recordó que fue él quien logró mantener las retenciones lácteas en 0%, como había establecido el ex ministro Sergio Massa, y prometió volver a intentarlo cuando ese decreto venza en junio y ese tributo deba volver a subir al 9% en el caso de la leche en polvo.
“Otra cosa que no va a ocurrir es que a alguno de nosotros se nos cruce por la cabeza que armemos el Plan Soja 2, el Plan Soja 5, el Plan Maíz 22. Eso no va ocurrir. Si va a ocurrir que hoy casi la brecha no existe”, elogio a la política económica, diciendo que nadie se imaginaba el nivel actual del dólar blue. “Esas transformaciones macro son las que están en la mira. la idea es que en algún momento, nos está diciendo el presidente y el ministro, que el cepo puede desaparecer, pero lo más importante es que también la inflación está comenzando a bajar”.
Todo dicho. Siga adelante secretario.