El pasado 22 de febrero las Bolsas de Cereales y Comercio de Bahía Blanca, Córdoba, Chaco, Entre Ríos, Rosario y Santa Fe aceptaron como válido el índice de “dólar exportación” diseñado por Matba Rofex –que ya venía usando la Bolsa de Cereales de Buenos Aires– para que dicha referencia sea aplicable a nivel nacional al momento de confeccionar contratos forwards y canjes de granos.
Sin embargo, desde entonces el empleo de esa referencia cambiaria para confeccionar forwards no se instrumentó de manera generalizada, sino como una herramienta comercial que es administrada por compañías exportadoras en forma puntual.
Ante ese panorama, autoridades de la Federación de Acopiadores pidieron al secretario de Bioeconomía Fernando Vilella y al subsecretario de Mercados Agropecuarios Agustín Tejeda que convoquen a los sectores de la producción y del comercio de granos para que se “normalice la comercialización”
A través de una carta, la Federación de Acopiadores destaca que “los exportadores continúan pesificando y pagando a los vendedores (productores, acopiadores, cooperativas) al tipo de cambio comprador divisas del Banco Nación, mientras ellos venden sus divisas al tipo de cambio exportador (mezcla 80 y 20%)”.
“Esta distorsión ya había paralizado el mercado forward y llevó a que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires comenzara a difundir el llamado ‘dólar exportador’ con el objetivo de introducir mayor certidumbre, equidad y transparencia en el mercado forward, reiniciando estos negocios tan necesarios para la eficiente comercialización y logística de las cosechas. Con esta cláusula de pesificación al tipo de cambio exportador, los exportadores no tienen riesgos y pagan al mismo dólar que liquidan”, señala la carta.
“Llama la atención que, pese a las acciones desarrolladas y a los compromisos asumidos en pos de un mercado más competitivo y eficiente, los exportadores insistan en imponer la vieja condición de pesificar al tipo de cambio comprador del Banco Nación generando en consecuencia un beneficio adicional por la diferencia entre el tipo de cambio al que venden sus dólares y el que le pagan a sus proveedores”, resumió.
Más allá del reclamo de los acopiadores, lo cierto es que, al tratarse de un acuerdo entre privados –como es el caso de los contratos forwards–, ningún funcionario público puede tener injerencia en los mismos.