Javier Milei, y su gobierno en general, pasó por la Expoagro sin hacer prácticamente ningún anuncio y pidiendo únicamente un poco más de paciencia a los productores agropecuarios. Lo curioso es que a pesar de la falta de señales, en la exposición de San Nicolás se respira este aire de “aguante” del campo a la nueva gestión, pese a lo dramático del ajuste que está llevando a cabo sobre la economía.
Ignacio Kovarsky forma parte de una nueva camada de productores y dirigentes agropecuarios. Desde la sociedad rural de Trenque Lauquén, este veterinario ha escalado hasta ser el actual secretario de Carbap (Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa), una de las más combativas entidades del agro. En tiempos de Cristina y Alberto, lo llamativo es que era suficiente con que volara una mosca cerca del campo para que estos bravos ruralistas emitieran duras críticas o amagaran con un paro agropecuario.
Le pedimos a “Nacho” que nos ayude a reflexionar sobre la relación actual del gobierno de Milei con el ruralismo, visiblemente más apacible que la que existía con los gobiernos kirchenristas.
-Si el gobierno anterior hubiera convocado un pacto como el que convoca ahora este gobierno, ¿hubieran ido o no hubieran ido? ¿Te parecería bueno o te hubiera parecido una trampa?
-Yo no creo que con la ideología que mantenía, el gobierno anterior lo hubiese hecho, ¿no? De hecho no lo hizo. Es todo lo contrario, o sea, porque no hubiese esperado nunca de un gobierno que era todo lo contrario a lo que se está tratando de conversar ahora. No lo hubiese hecho nunca. Ahora, ¿hubiésemos ido? Yo creo que mientras las ideas sean las correctas, las banderas políticas hay que dejarlas de lado, porque la política argentina necesita un pacto general. O sea, si no tenemos un paraguas de la política que se ponga de acuerdo en ciertas cuestiones en el país, economía, salud, educación y seguridad, no salimos más. Podemos hablar mil horas, podemos producir, podemos hacer mil cosas, pero si la política no se pone de acuerdo, la Argentina no sale más.
-Eso lo tenés re claro…
-Es uno de los grandes déficits. Lo hizo Brasil, lo hizo Uruguay, así crecieron. Pasa Lula, pasa Bolsonaro, las políticas generales no se cambian. habrá pinceladas, pero siguen las políticas generales de un país que quiere crecer y que tiene la meta de ser un líder en la región. Claramente necesitas un paraguas de todo el arco político. Entonces, no lo hubiese visto nunca, me parece, con el gobierno anterior por la ideología que tenía. Pero bienvenido sea, y ojalá el gobernador de la Pampa, que dijo que no piensa ir, y Axel Kicillof, quien tampoco, lo reflexionen y bajo ciertas circunstancias, por lo menos se sientan en la mesa. Después si se levantan y se van, bueno. Pero que se sienten en la mesa y dialoguen porque es lo que necesitamos, ¿no?
Mirá la entrevista completa:
-El gobierno de Milei, que está empezando y que por supuesto necesita un crédito, venía prometiendo que iba a eliminar retenciones y lo primero que hace al llegar es tratar de subirlas. Si eso hubiera sucedido con los gobiernos anteriores, ¿cuál hubiera sido la reacción del ruralismo? ¿Por qué ahora son tan tolerantes?
-Siempre hay un tiempo de entendimiento, pero nunca jamás bajar las banderas de las cosas que estamos convencidos. No por mirarnos en el ombligo, sino porque estamos convencidos que es necesario bajar las retenciones, un impuesto retractivo, un impuesto que te hace producir cada vez menos, un impuesto que te aísla del mundo, es malo. Ahora, mañana y va a ser siempre malo. Es malo con Miley y es malo con el kirchenismo.
Kovarsky destacó que frente a la suba anunciada de retenciones al 15%, el gobierno actual tuvo la capacidad de escuchar las críticas porque ni la lechería ni las economías regionales lo hubieras resistido. Y advirtió que el horno tampoco está para bollos en el territorio agrícola, debido a la baja de los precios internacionales de los granos.
“Ojo, hoy los números de trigo, con retenciones y los costos que tienen, son muy ajustados. Los rindes para pagar los costos son altos. La soja, con los alquileres que quedaron, los precios bajando, con retenciones, está tecleando. O sea, no es que esto es nos bancamos y no pasa nada. Si quieren poner retenciones y las van a seguir teniendo, nos tienen que sentar al campo”, indicó el dirigente.
-¿Qué querés decir?
-El campo tiene que saber ejercer en algún momento el supuesto poder que tiene. Si decimos que generamos la agroindustria dos de cada tres puestos de trabajo; si decimos que generamos más de 50 mil millones de dólares de exportaciones; nos tienen que invitar a la mesa de decisión y explicarnos que las retenciones son estas porque encontraron un descalabro económico infernal y necesitamos de esto. Ahora, ¿cómo las van a bajar? Hay que estipular cuáles van a ser las metas y ahí va a ser cuando el campo sea, digamos, un protagonista desde la decisión y no desde la queja. Entonces, no es un cheque en blanco para Milei.