Es sabido que con el verano llega el calor, y que con el calor llegan a nuestras costas las aves migratorias. Algunas de ellas puede traer consigo el virus de la Influenza Aviar Altamente Patógena (IAAP), que en 2023 irrumpió en el país (y en todo el continente) a partir del mes de febrero. Eb las últimas semanas se conocieron algunos casos en aves silvestres o de traspatio. Pero por ahora se cuentan con los dedos de una mano.
El Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria), que ya la parió bastante en el primer semestre del año tratando de contener los múltiples focos de esa enfermedad de las aves -sobre todo intentando evitar su propagación en las granjas avícolas comerciales-, ya está abriendo el paraguas ante un posible rebrote masivo de la enfermedad. En los últimos días, según contó en un comunicado, reforzó la fiscalización de granjas avícolas en el marco de las acciones de prevención.
Una curiosidad fue que en el marco de esos controles ordenó “el despoblamiento en tres establecimientos como medida precautoria”. Es decir, mandó quitar las aves de ese lugar, porque evidentemente no estaban aseguradas las condiciones de bioseguridad mínimas.
Este novedoso “procedimiento de despoblamiento” se realizó por un lado en el establecimiento de pollos de engorde de la empresa Taborda SRL, ubicado en el departamento de Concepción del Uruguay (Entre Ríos), que ni siquiera contaba con habilitación del Senasa.
También se despoblaron 2 granjas de postura (huevos) ubicadas en Exaltación de la Cruz (Buenos Aires) pertenecientes a la empresa Asamir SA, la Granja Norte y a la Cabaña Doña Sara, por no poseer habilitación provincial y nacional y por constatarse aves que carecían de respaldo documental.
“Las faltas graves del incumplimiento normativo implican un riesgo para la salud pública y la sanidad de la cadena avícola pudiendo afectar la productividad del sector así como las exportaciones”, explicó el Senasa sobre estos operativos drásticos.
Respecto de la situación sanitaria actual, el organismo no largó prenda todavía. El último caso confirmado data del 17 de noviembre, cuando el Laboratorio Nacional diagnosticó un caso de influenza aviar H5 en aves de traspatio en la provincia de Salta, más precisamente en la localidad de Vaqueros.
Por fortuna, según un informe de la Coordinación General de Epidemiología de la Dirección Nacional de Sanidad Animal, en esta temporada primavera-verano 2023/2024 en el hemisferio sur se detectan menos países afectados y menos brotes que en la temporada anterior.
“Hasta la fecha los brotes en aves de corral se encuentran limitados a América del Norte y los de aves silvestres y de traspatio a Colombia, Argentina, Chile, Ecuador y Brasil, pero en valores muy inferiores a los observados para la misma época del 2022”, se celebró desde el organismo, que a partir de octubre de 2023 (cuando empieza la migración de aves silvestres) detectó 3 brotes en aves silvestres, 2 relacionados a mamíferos marinos en la costa atlántica, y 1 en flamencos en una laguna de altura. Además, se detectaron 2 brotes en aves de traspatio en Buenos Aires en octubre y en Salta en noviembre.