Desde el vamos, con un primer anuncio de tono electoral sucedido el 25 de agosto, Bichos de Campo comenzó a advertir en soledad que había algo raro, un inconfundible tufillo electoral, en el programa de la Secretaría de Agricultura para subsidiar con 600 mil pesos (por persona y no por explotación) a los productores hortícolas del Gran La Plata que habían sido supuestamente afectados por las tormentas sucedidas apenas unos pocos días antes, el 16/17 de agosto y el 22 de agosto.
Si bien aquellas lluvias provocaron daños considerables en algunas explotaciones de la región, el impacto estuvo lejos de ser generalizado y mucho menos afectó a partidos alejados de La Plata, que luego serían alcanzados por estos subsidios masivos, que sobre todo recayeron en integrantes de la comunidad boliviana que produce verduras en todo el conurbano bonaerense y que hasta ahora suman la friolera de 2.500 millones de pesos.
Por eso de entrada sospechamos de una operación -con recursos nacionales- para asegurarse el voto de esos pobladores a los candidatos oficialistas. Los extranjeros residentes no tienen derecho a votar a Presidente, pero sí pueden hacerlo para gobernador (en este caso Axel Kicillof es candidato a la reelección) y sus respectivos intendentes.
Lo más curioso del todo este operativo es que la primera lista de supuestos damnificados por las tormentas ya estaba lista y fue oficializada por resolución de la Secretaría de Agricultura a los tres días del anuncio, incluso antes de que se pusiera en marcha un circuito casero para que los productores hortícolas hagan sus presentaciones, y sin ningún tipo de inspección a los establecimientos que constate los daños.
Cualquier político de la oposición o la propia justicia podría hacerse un festival si analiza detenidamente esas listas con cientos de nombres y números de Cuit o DNI, la inmensa mayoría de ellos correpsondientes a integrantes de la colectividad productiva boliviana. Los listados están repletoss de inconsistencias y debieron ser corregidos en dos ocasiones por las autoridades de la Secretaría de Agricultura, finalmente el área que paga este festival de subsidios que tiene más olor a compra de votos que a un operativo en el marco de la Ley de Emergencia Agropecuaria.
Este viernes, a 48 horas de las elecciones del domingo, el revoleo de fondos públicos de modo poco transparente continuó, con la publicación en el Boletín Oficial de nuevos listados con cientos de beneficiarios de este subsidios mágico de 600 mil pesos (tampoco nadie sabe cómo se calculó ese monto fijo) por supuesto damnificado. La Resolución 395/2023, firmada por Juan José Bahillo, además establece una ampliación del presupuesto asignado a este “operativo” en 533,4 millones de pesos.
Es que -a pesar de que el Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense, a cargo de Javier Rodríguez- envió la primera lista de supuestos damnificados por la tormenta que había caído solo tres días antes, y para guardar las formas, Agricultura nacional habilitó un periodo para que los horticultores formalizaran su inscripción al plan. Ese plazo terminó el 22 de septiembre y de allí surgió un nuevo listado de productores, muchos de ellos familiares entre sí, porque los apellidos se repiten en todas las páginas. Por eso, hay núcleos familiares que bien pueden haber cobrado tres, cuatro o más de estos subsidios, superando los 3 o 3 millones de pesos de aportes.
La Resolución de hoy aprueba además otros dos listados de gente a subsidiar, también enviado por el gobierno bonaerense, y lo que es más inusual todavía habilita “con carácter excepcional y por única vez el plazo de 10 días hábiles, a partir de la publicación de la presente, para que las personas productoras de todos los Municipios del Cinturón Frutihortícola Platense consignados en los Anexos IV y V que integran el presente acto, efectúen la solicitud de beneficios mediante el procedimiento establecido”.
Es decir que de nuevo el subsidio se asigna antes de que el propio beneficiario haga al menos una presentación formal reclamándolo. Y todo esto, casi dos meses después de las fuertes lluvias que se utilizaron como excusa. Los punteros en su salsa.
Por ahora, Agricultura lleva distribuidos más de 1.000 millones de pesos en este festival de subsidios a una comunidad productiva que suele ser la gran olvidada de la política pública agropecuaria: lejos quedan estos 600 mil pesos de solucionarles a los horticultores bolivianos los problemas para llegar a los mercados, la exposición a productos fitosanitarios prohibidos, los bajos precios que reciben de los intermediarios, las pésimas condiciones de vida y el alto costo de los arrendamientos que pagan.
Nota del redactor: Vergüenza debería darle a Kicillof y Rodríguez y Bahillo este mercachiflismo electoral luego de haber machacado al pedo durante años con la necesidad de asumir políticas activas y progresistas para con este sector, “el campo que nos alimenta” según lo intitulan.
En total son 4270 los supuestos productores beneficiados (porque en los listados también aparecen bastante CUIT de gente ligado a cualquier otra actividad), algunos en distritos que quedan ubicados a más de 80 kilómetros de La Plata, como Moreno o General Pueyrredón o Exaltación de la Cruz. Ya no importa ni siquiera disimular con la excusa de las tormentas de fines de agosto.
A 600 mil pesos por barba, del presupuesto de Agricultura se llevan asignados 2.562 millones de pesos a este operativo, donde no se han respetado ninguna de las reglas más elementales de transparencia en la administración de los recursos estatales.