Ya ha salido en los diarios de tirada nacional que el Mercado de Liniers no se irá todavía de la cada vez más coqueta ciudad de Buenos Aires, pues se firmó una prórroga hasta fin de 2019 de los plazos que tenía para dejar el predio de Mataderos y mudarse a algún otro lado. La razón de esta extensión fue que ese otro lado, un campo adquirido hace unos meses por los consignatarios en el partido de Cañuelas, todavía no está listo para albergar al viejo y querido mercado nacional de hacienda.
Eduardo Crouzel, el histórico gerente del centro de consignatarios y actual presidente de Mercado de Liniers SA, es uno de los responsables de que este proceso se lleve a cabo tarde o temprano. Crouzel nació y creció entre consignatarios, defiende su lógica y también aquello de que los que más valen son los acuerdos “de palabra”.
En una extensa entrevista con Bichos de Campo, el ejecutivo relata cómo fueron en la historia reciente los múltiples intentos para mudar el centro concentrador hacia fuera de la General Paz, pero sin resultado por diversas circunstancias históricas. Crouzel cree que esta vez sí tendrán resultados y se ilusiona incluso que el nuevo mercado de Liniers, en su nueva sede de Cañuelas, recupere el rol de formador de precios no solo para bovinos, sino también para cerdos y ovejas.
Mirá la entrevista con el presidente del Mercado de Liniers:
Luego de detallar los pormenores de todas las gestiones realizadas para mudar el mercado (entre ellas el fracaso del traslado primero a un predio predio propio en San Vicente, luego al Mercado Central en La Matanza y más tarde a un predio estatal de Ezeiza, que no era lo suficientemente amplio), Crouzel detalló que la mayor parte de las firmas consignatarias que operan en Liniers agotaron su paciencia y decidieron comprar un campo propio en Cañuelas.
Sobre ese predio ya se están realizando los estudios de impacto ambiental y otros menesteres necesarios para que allí circulen en el futuro cerca de 1 millón de vacunos al año, que es el nivel actual de ingresos al mercado de Mataderos. Crouzel defendió la continuidad de este esquema de comercialización que ya no es común en otros países ganaderos del mundo. Dijo que aquí la intervención de consignatarios y la existencia de un mercado concentrador de ese tamaño se justifica en la existencia de miles de pequeños y medianos productores ganaderos que no logran completar una jaula entera para mandar al mercado, y que solo así logran concentrar un volumen de hacienda suficiente -con otros parias- para pujar con la demanda en condiciones parejas.
En esta nota, donde Crouzel también desglosa los planes para ejecutar en el nuevo predio de Cañuelas, se habla de la posible construcción de viviendas para los trabajadores actuales del Mercado de Liniers que quieran migrar junto con el mercado. También de la intención de generar cerca de la Ruta 3 un polo agroindustrial donde junto a las vacas habiten empresas de transporte, concesionarias de maquinqaria agrícola y hasta de automóviles.
Crouzel destacó que en todo este proceso están solos, sin acompañamiento financiero del Estado y sus instituciones crediticias, por el alto nivel de las tasas. Evaluó que si todo marcha bien, podrían estar operando en el nuevo lugar durante el primer semestre de 2020.
Y que ya no habrá prórrogas ni nada por el estilo.