Días atrás, trabajadores de la Unidad Ovina del Campo Experimental Agroforestal del INTA en Trevelin, en la provincia de Chubut, se encontraron frente a la peor postal: al menos 35 ovejas aparecieron muertas y otras tantas resultaron heridas luego del ataque de un grupo de perros. Pero a diferencia de lo que ocurre en Tierra del Fuego con los llamados perros salvajes o asilvestrados, que ya no viven en comunión con el hombre, estos sí tienen dueños ubicados en campos y poblados cercanos. ¿Cómo actuar frente a animales que son considerados mascotas pero que se comportan en forma salvaje?
Esa es la pregunta que el ingeniero agrónomo Martín Villa, responsable de dicha unidad, se hace desde hace tiempo. Se la volvió a hacer en este mensaje que compartió a través de Ovis 21:
“Este es un caso más de los tantos que hay en el país. Los campos que tienen ovinos o caprinos cerca de los poblados tienen un problema grave, que no solo ocurre en la Patagonia. Y una de las cosas con las que se encuentran todos los productores es la desprotección ante la ley por cuestiones del bienestar animal”, dijo luego Villa en conversación con Bichos de Campo.
“Se considera que todos los perros son mascotas y esto no es así. Hay perros protectores o de arreo, perros de servicio, etc. Sin embargo, todo se considera una mascota y si tocas a una de ellas enseguida aparece una denuncia. No tenés una legislación como ocurre en Uruguay, donde si vos encontrás un perro metido en el campo que te daña animales, estás totalmente autorizado a eliminarlo”, agregó.
El ataque sufrido por la experimental es el segundo en siete años. La extensión de su campo abarca las 3.000 hectáreas, aunque los animales se localizan en solo 100 de ellas. Si bien las muertes se dieron exclusivamente en ovinos, los daños también alcanzaron a los bovinos, especialmente a los terneros recién nacidos.
“Normalmente tenemos perros protectores que controlan. En este momento justo teníamos una perra parida y no estaba en el campo. El macho estaba solo y le pegaron también al igual que a los vacunos. No hubo entre ellos ningún muerto pero si hubo problemas. Algunos terneros tuvieron que ser levantados y juntados con la madre para que no se aguachen. A eso se suma el estrés y el efecto que te provoca en los partos después”, indicó Villa.
-¿Económicamente qué representa perder a uno de estos animales? Teniendo en cuenta sobre todo que son para investigación.
-Aun no terminamos de hacer los números pero pensá que nos mataron 20 ovejas de pedigree. Nosotros hacemos investigación en reproducción con laboratorios, en nutrición con firmas de alimento balanceado y, para poder funcionar y tener ingresos, tenemos animales de cabaña que se venden. En el país debe haber tres cabañas de Poll Dorset y nosotros somos una de ellas. Perdimos casi 20 animales de los 80 que tenemos. Ellos tienen un valor que calculamos en 800 dólares, a los que sumamos Texel también de pedigree. Y después perdimos majada general, parte de los cuales formaban parte de un ensayo reproductivo que iniciamos en mayo y que ahora con los nacimientos completaríamos.
-¿Sigue subiendo el número de muertes de las que identificaron en un primer momento?
-Aparecieron cinco más. De hecho habíamos bajado los animales, los teníamos cerca a la casa. Por cuestiones de forraje los llevamos de nuevo al campo y anoche ya se vieron perros rondando otra vez.
-¿Se diferencia este ataque de uno hecho por perros asilvestrados y otro predador?
-Sí. Aquí de alguna forma es un juego para el perro. Todos los perros, hasta el más mascota, tienen ese instinto de perseguir. Este tipo de perros, que encima vienen en grupo, ven a los animales correr y los empiezan a perseguir. Y los muerden por donde sea. Algunos muerden desde abajo y otros alcanzan el cogote. Entonces tenés lastimados por todos lados.
-¿No hubo daños al personal?
-No, a personas no.
-¿Qué hicieron a partir del ataque? ¿Elevaron una denuncia?
-El problema es que para hacer la denuncia a la fiscalía tenés que llevarle el perro, para que ellos puedan encontrar a su dueño y actuar en función de eso. Si no agarrás al perro, la fiscalía no puede accionar. Y nos ha pasado que son perros con collar, no salvajes. Lo importante para mí es que se tome conciencia y en definitiva se termine legislando en función de la producción, porque todo el daño a nosotros nos afecta muchísimo. Estamos hablando de que eran 320 madres que pusimos al servicio y hoy estamos hablando casi del 15% de muertes por esta entrada de perros. Y le pasa a muchos productores, no solo a nosotros.
-¿Cuáles son los próximos pasos? ¿Se va a reforzar la vigilancia?
-Ahora sacamos a parte de los animales de ahí y los llevamos al mallín con perros protectores. Anoche aparecieron perros de nuevo. Se va a reforzar el trabajo, hectárea por hectárea. Si podemos agarrar a alguno de estos perros obviamente se irá a la fiscalía con esto.