Como ingeniero agrónomo inquieto con cuatro décadas de trayectoria, al empresario Luis Pérez recorrió todo el espinel de tecnologías disponibles para el sector agropecuario, y vio pasar delante suyo las más insólitas innovaciones que luego se hicieron cosa cotidiana. Antes de ser uno de los fundadores de ALZ Agro, Pérez ya había pasado por importantes firmas vinculadas al universo de las semillas, el marketing y el desarrollo de insumos.
Pero nunca había visto lo que finalmente inventaron en su propia compañía: la primera sopa para vacas.
“Los 90 fue una época de grandes cambios en la agricultura. Se pasó de un modelo de costos bajos a un negocio de inversión, con tecnología, con fertilización, con la entrada fuerte de la siembra directa, el acortamiento de hileras, una cantidad de cosas que hoy nos parecen normales. Vimos también la introducción de la biotecnología, el lanzamiento de la soja RR, el germoplasma francés (en trigo), la introducción de la colza”, repasó el agrónomo en una charla con Bichos de Campo.
En ese camino, Pérez presenció muchos de los desarrollos que llevaron a la agricultura nacional a tener el nivel de tecnificación que ostenta actualmente.
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En paralelo, como agrónomo también observó la creciente preocupación de la sociedad por el impacto de la producción agropecuaria. “En la medida en que conoces hay más investigación, va cambiando tu visión, porque todo va evolucionando. Hoy estamos viviendo una demanda real y consciente de hacer cada día algo más sustentable, en distintos aspectos”, reconoció.
Allí advirtió: “Lo primero que tiene que ser sustentable es para quien produce. No podemos pretender pedirle a un productor que haga una forma de agricultura que no tenga rentabilidad y no pueda perdurar en el sistema. Eso sería ilógico. Sustentable significa que tiene que ser cada vez más amigable, pero a la vez tiene que ser rentable para quien produce y de buena calidad para quien consume”, indicó el empresario argentino.
Esos conceptos son los Pérez y sus socios, desde 2009, intentan volcar en ALZ Agro, un grupo de empresas que desde entonces ha trascendido la frontera de lo estrictamente agrícola. Si bien el corazón de la empresa sigue siendo el desarrollo y comercialización de semillas, especialmente de los cultivos extensivos como maíz, soja y trigo, la cartera de productores contempla actualmente a los bioinsumos, la alimentación ganadera y al ecosistema del comercio online.
Es allí, desde ese conglomerado de emprendimientos, que Luis nos cuenta finalmente de qué se trata su famosa sopa para bovinos.
“Creamos ALZ Nutrientes que se dedica a nutrición vegetal y a nutrición animal. Hoy exportamos a Uruguay dietas líquidas, una innovación total en Argentina. Somos los únicos que producimos una sopa para vacas con alto nivel de proteínas que varía de acuerdo al tipo de uso y animal. El animal puede tomarla y mantener su peso si come una fibra de mala calidad, lo que ayuda a mejorar el porcentaje de preñez y de pariciones. Hoy nos especializamos en feedlots, tambos y crías. Así entramos en Uruguay y estamos entrando en otros países”, celebró Pérez.
Como si eso fuera poco, la empresa desarrolló Qira, un ecommerce y plataforma online, que también cuenta con una billetera virtual.
Esta obstinación por ofrecer insumos y servicios novedosos para el productor agropecuario no parece sencilla de llevar a cabo. “El desafío para nosotros es cómo desarrollamos estos conceptos de una forma fácil para que el productor pueda tener información previsible y anticipatoria, para tomar decisiones”, reconoció el empresario.
-¿Qué quiere decir?
-Mucho de lo que se desarrolló primero en todo lo que es digital era post. Es decir, te hago un análisis de lo que pasó en tu campo para que vos tengas una referencia histórica que te ayude. Ahora se están desarrollando tecnologías que te permiten tomar decisiones a partir de eso y mediciones en el momento. El aceleramiento que hay es increíble. Obviamente cuánto hay de ruido y cuánto es real es otra historia.
Personaje singular de la comunidad agrícola local, Pérez se despide cree que el agro argentino ofrece muchas oportunidades. “A pesar de todas las dificultades que vamos teniendo como sociedad, como economía, hay oportunidades, se puede seguir creciendo. Hay que estar muy atento a las posibilidades, hay que tener una cabeza innovadora, abierta y con ganas de aprender, de desarrollar, de equivocarte, de seguir mejorando y seguir avanzando”, se despidió este empresario.