Desde aquella vieja ley de biocombustibles de 2006 la Argentina corta su nafta con una dosis de bioetanol, primero el 10% y desde hace unos años el 12%. Esos cupos están divididos en dos partes iguales de 6 puntos porcentuales del corte, una para los ingenios que elaboran ese alcohol en base a caña de azúcar y otro tanto para las fábricas que procesan maíz con ese mismo objetivo.
Lo que viene sucediendo últimamente es que el sector sucroalcoholero no llega a cubrir con su 6% de aporte y la disponibilidad de bioetanol no es suficiente como para que las petroleras cumplan con el corte obligatorio. Por eso hace unas semanas el gobierno lanzó una convocatoria para asignar nuevos cupos a los operadores. Y este viernes, mediante la Disposición 4/2023 de la Subsecretaría de Hidrocarburos, fijo las reglas para esa competencia entre los operadores privados.
La tentación de acceder a esos cupos es fuerte entre las empresas porque implica el acceso a una porción de una demanda fija, que además va creciendo a medida que aumenta el consumo de nafta. La contracara de esta situación es que los precios de ese bioetanol son fijados por las autoridades, no siempre siguiendo la estructura de costo de sus elaboradores sino más bien los antojos de la estatal YPF. Por eso a veces suele suceder que se pierde plata.
Como sea, la convocatoria fue lanzada en la Resolución 753 del 12 de septiembre pasado, dictada por la Secretaría de Energía, ya que se necesita “convocar nuevos proyectos de plantas elaboradoras de bioetanol y/o ampliaciones de plantas existentes para satisfacer un volumen mínimo de 250.000 metros cúbicos de bioetanol anuales”. Esto implica ampliar la oferta actual en más del 22%.
En otro tramo de la disposición se considera que esta necesidad de producir más bioetanol es “imperiosa”. Por lo tanto, en la nueva regulación la Subsecretaría de Hidrocarburos dispuso “las pautas y requisitos a cumplir por parte de los interesados”.
También decide que los proyectos que se presenten tendrán un “ordenamiento” para la adjudicación de los nuevos cupos en base a estos lineamientos:
- Conservación del equilibrio entre el abastecimiento de bioetanol elaborado a base de caña de azúcar y el de maíz: Se repartirá en partes iguales el volumen de bioetanol anual a asignar entre los proyectos de plantas de elaboración de bioetanol a base de caña de azúcar y los de maíz, a fin de procurar conservar el equilibrio entre el abastecimiento de dicho biocombustible a base de una y otra materia prima;
- Establecimiento de una mayor proporción del volumen de bioetanol a asignar para nuevos proyectos de plantas elaboradoras respecto del correspondiente a las ampliaciones de plantas existentes, en una relación de 70% para proyectos nuevos y 30% para ampliaciones.
- Establecimiento de límite máximo para el otorgamiento: A tales fines, se evaluarán las solicitudes en cuestión considerando como tope el mayor cupo existente a la fecha de entrada en vigencia de la presente medida, excepto que siguiendo dicho criterio no se logre dar cumplimiento con lo establecido.
- Cumplimiento de los parámetros establecidos en el Artículo 3º de la Resolución Nº 614/23 de la Secretaría de Energía. Los proyectos presentados se ordenarán en función del mayor grado de cumplimiento de los parámetros recomendados.
“Los nuevos cupos y/o ampliaciones de cupos existentes destinados al abastecimiento del volumen requerido por la presente medida serán distribuidos conforme los criterios establecidos en el artículo 2º de aquella, en una primera instancia, entre los proyectos que obtengan un mínimo de 60 puntos y de manera proporcional en función del mayor puntaje que obtengan”, se indica después.