El resultado de las elecciones primarias obligatorias realizadas en agosto pasado, si bien fue sorpresivo por la ventaja de un recién llegado a la política como es el caso de Javier Milei de La Libertad Avanza, también contiene un “mensaje” que no necesariamente resulta tan obvio.
Si se consideran los votos de todo el territorio nacional argentino menos la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires (AMBA), el margen de votos a favor de Milei es mucho mayor que en la elección general.
“Algo nos está diciendo esto: quizás se generó un rechazo porque el interior del país no se siente representado por la dirigencia política ocupada principalmente de los asuntos del AMBA”, indicó hoy Lucas Romero, politólogo y director de la consultora Synopsis, durante una charla ofrecida en el Congreso Internacional del Maíz que se realizó en la ciudad de Paraná.
Es decir: si bien la mayor parte de los votos y, por extensión, de la atención de los políticos tradicionales está en el AMBA, los habitantes del resto del país hicieron saber, de alguna forma, que también existen y son parte de la Argentina.
Al analizar el resultado de las comunidades de la región pampeana, sin considerar los votos de la grandes ciudades, se observa, en términos generales, que el sector este de la misma tiene mayor predilección por Juntos por el Cambio, mientras que el sector oeste –el más alejado de la ciudad de Buenos Aires– prefiere a La Libertad Avanza.
“Nos encontramos en un escenario de fragmentación en el cual ninguna fuerza política va a lograr tener el control de ninguna de las dos cámaras del Congreso”, apuntó Romero en un panel integrado por el periodista Hugo Alconada Mon y coordinado por Matías Longoni de Bichos de Campo.
Otra particularidad de las elecciones primarias realizadas en agosto pasado es que en los partidos del Gran Buenos Aires la mayor cantidad de votantes de Milei provino de los sectores de menores ingresos, los cuales ya no consideran que los partidos tradicionales ofrezcan la oportunidad de un cambio para su situación.
Romero dijo que todo indica que no existe maneta de ordenar la economía sin que antes se “ordene la política”, lo que implica que, si ningún partido logra obtener una mayoría considerable de votos, los integrantes del sector político se verán obligados a negociar para poder gestionar los recursos públicos.
“Esto es un riesgo porque en un contexto de enojo con la política vamos a estar necesitando mucha más política para que los diferentes actores dialoguen y se pongan de acuerdo para tomar decisiones”, alertó.
Por último, Romero dijo que los integrantes del agro –al igual que los del resto de los sectores económicos– deberán asumir un rol mucho más activo en el ámbito público para poder gestionar el diálogo y la negociación, dado que ambos aspectos serán indispensables para poder ordenar la caótica situación presente en términos económicos e institucionales.