Los ovejas Hampshire Down se destacan por ser muy eficientes para la producción de carne, pero no así por la calidad de su lana. En los últimos años, muchos productores ovinos han apostado por esta raza, al punto tal de que se ha convertido en la más numerosa de la Argentina en cantidad de registros en los libros de la Sociedad Rural Argentina (SRA), detrás de los caballos criollos y las vacas Angus.
Por sus cualidades carniceras, es en la región pampeana donde se localiza la mayor cantidad de cabañas de Hampshire Down. Sin embargo, también se han incorporado otros criadores de la zona austral, especializada en la producción de lana, que buscan diversificarse teniendo en cuenta el potencial carnicero de la especie. La posibilidad de criar ovejas -con una carga muy superior por hectárea respecto de los bovinos- es lo que empuja esta actividad como una alternativa especialmente interesante para pequeños productores, que cuentan con poco campo disponible.
Fernando Sáenz Valiente, presidente de la Asociación de Criadores, no tiene dudas de que “la Hampshire es la raza más eficiente para la producción de carne. Es el cordero que llega al kilaje pesado más rápido. En tres meses tenés un cordero de 30 kilos”, aseguró a Bichos de Campo.
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La Hampshire es una raza de ovinos lograda en 1880 al sur de Inglaterra, en el condado homónimo. Se logró gracias a la mezcla de distintas razas, entre ellas la Bershire Knot, Hampshire Old y Willshire Horn. En la Argentina se introdujo hace muchas décadas, pero luego se detuvo la importación de reproductores y genética debido a cuestiones políticas, en especial desde el conflicto bélico por las Islas Malvinas. Este cortocircuito se interrumpió recién hace pocos meses, luego de más de 40 años.
-Cuestiones históricas han interferido en el mejoramiento de la raza ¿Esta incorporación de sangre inglesa los hará más eficientes?
-Son problemas que deben estar ajenos a la producción de carne y de lo que sea, pero estamos contentos. Después de más de 40 años trajimos embriones, trajimos semen. Estamos muy bien, estamos creciendo y creo que no tiene techo la producción ovina.
Sáenz Valiente, al igual que otros productores y cabañeros ovinos, pretenden ahora que la carne ovina se convierta en una alternativa alimentaria más en el país, especialmente en estos tiempos de fuertes subas de la carne. Desde el vamos compite en desventaja con la carne avícola, porcina y bovina, que son las preferidas en la dieta de los argentinos.
”Hay que incorporar esta carne a los supermercados, y hay que abrir más frigoríficos para que crezca esto”, propone como solución el presidente de la Asociación.
Sobre los altibajos de la economía, la falta de voluntad gubernamental y su incidencia en el sector ganadero ovino, también dijo: “Para que crezca el dólar de toda la producción ovina tiene que ser libre, poder vender, exportar, que tengamos una producción grande. De ahí industrializar acá y poder vender y volver a producir carne. Tenemos el campo para producir más carne”, aseguró.