En el marco de la edición 135 de la Exposición Ganadera de Palermo, representantes de la Cámara Argentina Fabricantes de Maquinaria (CAFMA) aprovecharon la ocasión para darle continuidad al reclamo que dejaron planteado durante Expoagro, en la Agroactiva y en todas las reuniones de ese tipo en los últimos años: el sector de maquinaria agrícola nacional necesita se diferenciado por las políticas públicas de aquel que fabrica equipos con mayor porcentaje de componentes importados.
Sin embargo, en esta oportunidad el mensaje llegó con una alerta: “Si el proyecto de ley no tiene media sanción este año, perderá estado parlamentario como ya ha sucedido con otras leyes del sector. Va a ser un volver a empezar”, dijo Eduardo Borri, presidente de CAFMA (la cámara de fabricantes), luego de explicar que la iniciativa presentada por el diputado santafesino Roberto Mirabella. se encuentra frenada en la Comisión de Industria, y que aún debe pasar por la de Agricultura y Presupuesto.
“Algunos políticos plantean que con una mayoría diferente en diciembre ‘vamos a aprobar las leyes que creemos’ y esa a mi criterio es una afirmación con mucha arrogancia. Siempre vamos a depender del otro. Y si estamos de acuerdo en que esto tiene que funcionar de una u otra manera, avancemos ya. No necesitamos esperar a diciembre”, señaló el empresario.
En este sentido, durante el encuentro se reconoció la necesidad de mejorar la argumentación que apalanca este proyecto de ley.
“No esperamos que nos hagan caso en todo. Estamos para discutir el tema, no para que se firme lo que nosotros queremos. Falta que se lea, que se estudie, que se investigue y no tomar títulos como que queremos restringir todas las importaciones o que queremos ser proteccionistas. El espíritu de la ley no va hacia prohibir importaciones, sino a reforzar el país que queremos tener: uno importador de maquinaria agrícola o uno industrial”, indicó Luciana Mengo, presidenta de AFAMAC (la cámara de Córdoba) y prosecretaria de CAFMA.
Para reforzar el reclamo, Borri explicó que la ley será clave para poder dirigir de la mejor manera el crédito, que actualmente se va en su mayor parte hacia maquinas con insumos principalmente importados.
“Debemos explicar mejor que lejos de pedir subsidios, lo que estamos pidiendo es que el dinero subsidiado sea dirigido mejor. Nosotros generamos el 90% del empleo y el 50% a 55% de la facturación (por la venta de maquinaria agrícola). Y usamos el 30% del crédito. Es una pirámide descendente tremenda”, argumentó.
“Desde la generación de empleo, la facturación y finalmente el uso del crédito esta al revés. Se termina agotando el crédito para los productos más caros y para los productos más baratos termina pasando que son las fábricas las que tenemos que financiar. Entre una cosechadora y un cabezal la diferencia es abismal, entones se agota rápidamente el crédito”, afirmó.
“Lo que pedimos es clarificar, mediante una ley, qué significa un producto fabricado en Argentina y uno importado. Definido eso, después vienen las políticas detrás con esa definición. Cuando uno se sienta con Silvina Batakis, presidenta del Banco Nación, y le dice ‘por qué no dirigís más asertivamente el crédito de todos los argentinos’, ella dice que no sabe distinguir entre un producto argentino y otro importado. Porque nosotros no es que vemos el producto importado por nuestros clientes, sino por colegas de empresas establecidas acá en Argentina. Esa es la discusión”, agregó luego.
Para ejemplificar eso, el empresario sostuvo que de los 60 mil millones de pesos que se disponibilizaron en la exposición Agroactiva, a una tasa subsidiada del 59%, 43 mil millones fueron puestos por los argentinos en calidad de subsidios. Y de ese número, solo 14 mil millones fueron a parar a las fábricas nacionales.
“En términos de trabajo, como contrapartida de ese subsidio, dos tercios se fueron del país y un tercio quedo en Argentina. Esas son las cosas que entiendo en las que tenemos que seguir insistiendo y batallando”, remarcó Borri.
Hacia el cierre del encuentro, el titular de CAFMA se refirió a las recientes medidas implementadas por la cartera de Economía, en especial al nuevo impuesto sobre las importaciones, un tema donde las preocupaciones sí coinciden con las de AFAT, la asociación de fabricantes que agrupa a las grandes marcas internacionales que operan en la Argentina.
“Nadie sabe qué hacer, cómo operar. Esto es una pequeña devaluación asimétrica. A aquel que está exportando se le encarece el importado en un 7.5%, pero sigue recibiendo el mismo monto en dólares oficiales en la exportación. Aquel que tenía una venta cerrada y estaba esperando un insumo para producir, va a mandar a perdida ese 7.5% de ese componente. Hay que llamar a las cosa por su nombre: no podemos hacer un engendro para tratar de resolver cosas que finalmente lo que terminan de hacer es complejizar todo”, sostuvo.
Y para concluir, alertó: “Ni hablar que ahora se está hablando de la discrecionalidad de las posiciones arancelarias. Puede ocurrir que haya posiciones arancelarias que estén gravadas y otras no, y va a haber un funcionario que va a decir esta sí y esta no. En esta situación puede ocurrir que nosotros tengamos nuestros componentes importados encarecidos en un 7.5%, y a lo mejor productos terminados que compiten con los nuestros no los tengan”.