Por Matías Longoni –
La Fundación Producir Conservando (FPC) presentó este martes en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires sus clásicas previsiones sobre el sector agrícola argentino a largo plazo. Esta vez tomó como meta el año 2027 y aseguró que para entonces el país tendrá una cosecha de granos de 160 millones de toneladas.
Como es habitual en la cita anual de la FPC, Gustavo López y Gustavo Oliverio fueron los responsables de presentar el estudio. Ellos calcularon que para dentro de una década se sembraran en el país 43 millones de hactáreas, lo que implicaría llegar a cubrir el 65% de las tierras con aptitud agrícola estimadas por el INTA. A un rendimiento promedio de 40 quintales por hectárea, la producción llegaría entonces a 160,10 millones de toneladas. Habría entonces 77 millones de toneladas de soja, 46 millones de maíz y 18 millones de trigo, según esta estimación.
Algún crédito hay que darle a estos analistas. En 2002 ya habían vaticinado que la Argentina llegaría años después a las 100 millones de toneladas y le acertaron. Las 124 millones de toneladas actuales (para la cosecha 2016/17) superaron incluso el pronostico de 120 millones que habían lanzado recién para el 2020. “En esta nos quedamos cortos”, bromeó Oliverio.
Otro dato relevante del trabajo es el cálculo de ingresos por exportación que dejaría esta mayor producción. Según la FPC, con precios que permanecerán estables e incluso podrían superar los niveles actuales, la Argentina podría exportar granos y subproductos por 41 mil millones de dólares dentro de 10 años, lo que implicaría un adicional de 16.000 millones respecto de las divisas que se obtienen actualmente. Eso es lo que se embarcaría. El valor total de la cosecha para 2027, a un precio promedio de 357 dólares por tonelada, se calculó en casi 50 mil millones de dólares.
“Estamos en cifras realmente relevantes en lo que hace al incremento del comercio externo. Todo lo que hagamos de acá en mas va a exportación”, enfatizó Oliverio.
Más allá de estos cálculos, la jornada en la Bolsa de Cereales se ocupó de pasar revista a las “limitantes” que tiene el país para cumplir con estas metas de producción. Allí la enumeración de escollos parecía no terminar nunca. Los analistas revisaron desde el marco jurídico y el respeto a las reglas de juego a la obviedad de la falta de caminos, desde el retraso de inversiones en capacidad de almacenaje a la necesidad de realzar buenas prácticas agrícolas en serio para asegurar la sustentabilidad ; desde el elevado costo portuario a la cantidad de trámites que hay que hacer para producir. Asusta todo lo que queda para hacer para adelante.