Rosario. 106° Congreso Anual Ordinario de Federación Agraria Argentina. El lema es: “El Grito de 1912 está vivo en cada agricultor familiar”.
Todavía es jueves. Omar Príncipe, presidente de la entidad, realiza un balance de su gestión antes de emprender el plato fuerte del congreso, su posible reelección en el cargo. El santafesino reivindica el tono crítico que asumió la entidad frente a la política agropecuaria del macrismo.
Dice Príncipe: “La voz de la FAA se escuchó bien fuerte en cada Ministerio, ante cada funcionario público, ante los gobiernos provinciales y locales. Esa voz, también se escuchó en la calle, en pequeños actos”. Cita especialmente “el abrazo al por entonces Ministerio de Agroindustria, junto a miles de pequeños productores”. En aquella marcha los federados estrechan filas con el Movimiento Evita, del ex funcionario Emilio Pérsico, entre otras organizaciones francamente antimacristas, mientras adentro del Ministerio hay otros dirigentes federados trabajando junto al gobierno.
Una protesta de pequeños productores y las dos caras de Federación Agraria
Agrega Príncipe que la que conducía “es la FAA que no se calla, lo que nos demanda nuestra historia, que nunca guardemos silencio frente a las políticas que nos expulsan y que nuestra voz, cuando la realidad lo demanda, se convierta en Grito, como en 1912 y que el Grito de 1912, viva en cada agricultor familiar”.
Comienza el viernes y se define la elección de nuevas autoridades. Hay movimientos, conspiraciones, sorpresas. Cuando se ve perdido, Príncipe decide dar un paso al costado y resigna la reelección, vuelve a la chacra familiar. Se impone entonces un dirigente mendocino, que antes ocupaba la secretaría de Finanzas,
como nuevo presidente. Se trata de Carlos Achetoni, de Bowen, que gana con 219 votos de los delegados, el 88% del total. Avisa orgulloso que “es la primera vez que hay un presidente que pertenece a las economías regionales a cargo de la FAA”.
Achetoni gana. Será secundado por Elvio Guía, de Entre Ríos, otro distrito marginado últimamente de la conducción de la entidad. Y por el santafesino Marcelo Banchi. Representa este último dirigente al poderoso Distrito 7 de la FAA. Banchi proviene de Alcorta, la cuna del Grito. Es el resabio de la histórica supremacía de esa zona pampeana en la conducción federada, que ahora tiene impronta de economías regionales.
Cierra el viernes. El flamante presidente de FAA deja en claro de entrada que en esa entidad cambiaron algunas cosas más que las autoridades. Básicamente cambió el tono, el espíritu: de uno confrontativo a otro dialoguista.
Habla Achetoni. “Tenemos por delante el enorme desafío de agotar todas las instancias de diálogo con los gobernantes. Seremos críticos cuando haya errores, como los tenemos todos. Pero no críticos para generar una desestabilización, sino para que puedan tener la posibilidad de corregir y buscar soluciones”, afirma.
El nuevo titular de Federación Agraria no arría reclamos históricos: menciona la necesidad de segmentar las retenciones, de cuidar a las economías regionales, de que haya un trato diferencial para el pequeño productor. Pero siempre vuelve a remarcar la vocación dialoguista. Incluso en temas controversiales, como las regalías y la Ley de Semillas. “Respecto a Semillas, vamos a mantener la postura, pero buscando acceder a un diálogo y una solución, que todavía no se ha conseguido”, avisa.
Sábado temprano: el mendocino ya es presidente y habla con nuestro colega Nicolás Razzetti en Bichos de Campo. Vuelve a ratificar el diálogo como herramienta:
De entrada nomás Achetoni reconoce que la interna con Príncipe fue dura. “Tengo que rescatar primero que nada la hombría de bien que tiene Omar, más allá de las diferencias de apreciaciones y de modalidad que teníamos”, arranca. Y luego explica que esas diferencias “son metodológicas” más que otra cosa.
“Nosotros queríamos no ser tan confrontativos y tener la posibilidad de agotar las instancias de diálogo y de gestión. Y ahí si que eran grandes las diferencias que hemos tenido. Creo que debemos gestionar con mayor énfasis y ojalá que no haya que salir a protestar. Es un momento muy complejo en Argentina, porque tenemos la posibilidad de salir adelante, pero por ahí se ha hecho tan virulenta la situación política”, explica Achetoni. Todo ha sido dicho.