Tanto el Ministerio de Agroindustria como el INDEC confirmaron que este sábado 15, como estaba anunciado, darán inicio las tareas de campo del Censo Nacional Agropecuario 2018, una herramienta clave para conocer cómo se ha transformado el agro argentino en los últimos veinte años, ya que desde entonces no se ha realizado una encuesta seria sobre el número de explotaciones rurales, sobre la gente que las ocupa, sobre las cosas que allí se hacen.
Como periodistas especializados que somos, relatores al fin de esta película, los Bichos de Campo le damos una importancia mayúscula a este Censo Agropecuario e intimamos a los productores a que reciban a los censistas con un mate bien calentito (en Corrientes y Misiones se autoriza el uso de tereré), les presten atención y contesten a todas sus preguntas sin tener miedo ni apuro. ¡El que no salta es un inglés y el que no responde o falsea algún dato también lo es! Eso es lo que canta la tribuna.
Sucede que nos da bastante vergüenza vivir y contar las noticias de un país agropecuario que desde 2002 (si, leyó bien) no establece cuántos productores quedan en pie y cuál es su realidad, que pueden ofrecer y qué necesitan. Si desconocemos de tal modo -como sucede actualmente- al sector más competitivo de la economía, cómo puede ser que existan políticas serias para potenciarlo y brindarle herramientas.
No podemos ser supermercado del mundo si ni suiquiera sabemos qué cantidad de repositores tenemos.
Lo dicho: el último Censo Agropecuario data de 2002, año en que asumía Eduardo Duhalde y se devaluaba fuerte: el secretario de Agricultura era Haroldo Lebed. Afuera comenzaba a regir una moneda común en la Unión Europea; se condenaba a Augusto Pinochet por crímenes de lesa humanidad; había un intento de golpe de Estado en Venezuela contra un tal Hugo Chávez… Los chinos colocaban su tercer cohete en la estratósfera.
En septiembre de 2008, luego del conflicto agropecuario más intenso en la historia de la Argentina, el imbécil de Guillermo Moreno, que por entonces había intevenido el INDEC para adulterar los números de la inflación y otras variables de la economía, decidió que había que realizar el Censo Agropecuario 2008 a cualquier precio. Fue un papelón y un derroche de dinero público sin sentido, ya que el trabajo a campo se hizo tan mal (y los productores tampoco colaboraron) que los resultados ni sirven ni para prender el fuego.
Moreno debería haber caído preso solamente por ese malgasto millonario, entre tantas otras cosas, pero en este país casi todo permanece impune. De todos modos, ahora el contexto político es otro y la prioridad es reconstruir muchas instituciones, entre ellas el INDEC y la estadística pública. Por eso los productores no pueden ni deben hacerse los distraídos.
Cuenta una gacetilla de Agroindustria que el operativo relevará desde este sábado más de 190 millones hectáreas para identificar los rasgos estructurales de las actividades agropecuarias, forestales y bioindustriales que se desarrollan en el país. Es una tarea difícil y trabajosa, que se extenderá durante 90 días. Por eso, si ve un censista en este largo trance, ofrézcale ayuda.
“Es importante subrayar por un lado, nuevamente, el carácter confidencial de todo este proceso y, por otro, atender a los datos estadísticos como insumo clave para una mayor eficiencia de las políticas agroindustriales”, señaló el semi-ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, dando tranquilidad a los productores que las cosas que cuentan no irán a parar a la AFIP. Eso está claro, nada de esto tiene que ver con cuestiones impositivas.
En el operativo van a estar involucrados unos 3.500 profesionales. Una de las novedades es que para relevar las unidades productivas, los censistas utilizarán más de 3.300 tabletas electrónicas en reemplazo de los cuatro formularios en papel que se usaban hasta hoy.
Y sí Morenito… En 2002 no existían las tablets todavía.
El renovado INDEC, gracias a estos avances, promete tener resultados provisorios en el primer trimestre de 2019 y los definitivos, a partir de junio del año próximo.
Recién entonces, si todos contestan y no se hacen los kelpers, podremos saber cuántos productores quedaron en pie en un país agropecuario en el que pasó de todo en las dos últimas décadas. Incluido Guillermo Moreno.