La creciente brecha de precios existentes entre los valores FOB de la soja brasileña respecto de la estadounidense comenzó ya a generar oportunidades de arbitraje entre ambos mercados.
La agencia de noticias Reuters indicó que dos buques cargados con 79.150 toneladas de poroto de soja partirán en los próximos días de puertos brasileños con destino a EE.UU.
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La noticia no resulta extraña porque la brecha de precios entre el precio FOB de la soja Golfo de México (EE.UU.) respecto de la referencia del puerto brasileño de Paranaguá supera ¡los 100 u$s/tonelada!
Con el ingreso de la cosecha brasileña de soja, es normal, en términos estacionales, que el valor FOB de la soja brasileña tienda a caer (especialmente con un cosechón como el logrado este año por el país sudamericano).
Lo que sucede es que –tal como anticipó en reiteradas oportunidades Bichos de Campo– la soja estadounidense está carísima porque el balance interno de oferta y demanda de la oleaginosa en EE.UU. no “cierra” por ningún lado.
EE.UU., según datos del USDA, finalizará en agosto próximo el ciclo comercial de la soja 2022/23 con un stock interno de apenas 5,7 millones de toneladas, una cifra muy baja para un contexto internacional complejo en el cual la Argentina, debido a un desastre climático combinado con una crisis económica, está virtualmente “fuera de juego”.
El último dato oficial, correspondiente al pasado 13 de abril, indica que EE.UU. ya comprometió comercialmente el 92% de la oferta exportable de soja 2022/23 estimada en 54,8 millones de toneladas. Eso implica que quedarían unas 4,40 millones de toneladas por embarcar que deberían administrarse durante los meses de mayo, junio, julio y agosto. Muy poco para un período tan extenso.
Para evitar que la demanda “aspire” el stock de reserva mínimo de soja presente en EE.UU. –de manera tal de poder hacer el “empalme” entre campañas sin complicaciones–, es indispensable que los precios suban y mucho en el mercado estadounidense. Y en eso estamos.
Esa necesidad, combinada con el bajón de precios registrado por la soja en el mercado internacional debido a que los commodities están bajo “asedio” del sector financiero, generó una brecha gigantesca entre los valores FOB de los dos mayores productores de soja del mundo.
En el mundo civilizado, donde rige el libre comercio, es perfectamente normal importar bienes exportables cuando es factible generar un arbitraje favorable de precios.
Ese tema esta mencionado en mi carta a La Nacion de enero de 2023. Va a ver muchas posibilidades de tener que importar semillas