Se acabó la Niña. Arrancaron las lluvias de forma dispar y en diferentes regiones, pero en el campo no llueve pasto. Por eso es -y seguirá siendo alta- la faena de vacas.
Por la sequía este año se anticiparon todos los procesos productivos ganaderos: El ternero fue destetado antes para aliviar a la vaca e intentar que se recomponga lo mejor posible en un contexto de escasez de forraje. Pero como no hay pasto suficiente, se agudizó la mirada sobre la preñez y se están descartando muchos vientres, de los improductivos y de aquellos que se duda que puedan dar un ternero más el año que viene.
Es por esto que se incrementa la faena de vacas. “Estamos viendo una salida fuerte, que tiene su correlato en el anticipo de la zafra de terneros. En enero – febrero se faenaron 390.000 vacas, 24% más que en los mismos meses del año pasado” dijo la analista del Rosgan María Julia Aiassa.
En marzo esa tendencia se sostiene. En el Mercado Agroganadero de Cañuelas “hay vacas para hacer puré” dicen los operadores, y eso lo confirman los datos oficiales. “En los primeros 15 días de marzo vemos que se enviaron a faena 140 mil cabezas de vacas que sin dudas habla de un inicio más fuerte que en los dos meses previos”, explica Aiassa.
Con el anticipo de la salida del ternero, también se adelantó el tacto y todo lo que no quedó preñado se descarta, para hacer lugar a los vientres que puedan dar un ternero el año que viene.
A pesar de la potencia de la sequía actual, Aiassa cree que las condiciones son muy distintas a lo que ocurrió en 2008-2009, donde a diferencia de aquel fenómeno, no habrá liquidación de stock. “Si vemos el indicador de faena de hembras, todavía está contenido, es inferior a lo que había en esos años. Estamos viendo que ronda el 45-46% del total de faena cuando en aquel momento había tasas de 50%”.
A su vez, se espera que la demanda china, que en aquel entonces no tenía la fuerte presencia en el mercado mundial de estos días, este año se acelere, “en parte por la creciente difusión de la Peste Porcina Africana, que reducirá su producción futura de carne de cerdos”, dijo la especialista.
El tercer factor que la analista considera es el cambio importante en el horizonte de la ganadería. En aquellos años las perspectivas eran malas por la fuerte intervención de los funcionarios, como Guillermo Moreno. Pero en este no se pierde la esperanza de un recambio político que modifique las medidas.
Quien pase el invierno tendrá una primavera probablemente buena con otro escenario climático.
Por eso Aiassa asegura: “Hay que pasar el invierno porque en primavera se viene un cambio de fase ganadero promisorio: Hoy el productor está agotando las medidas para poder retener los vientres productivos, y compensar con más ventas la caída en los precios. Pero quien supere el invierno se va a encontrar con otro panorama. La mira a mediano plazo es positiva y el productor lo tiene claro y agotará recursos para retener sus animales”.
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