Luego de las temperaturas récord que se registraron a comienzos de esta semana en gran parte del país, que marcaron la octava ola de calor en lo que va del verano, un frente frío avanzó sobre una importante porción del territorio nacional y las alertas por heladas regresaron. Hay que decirlo, en el Cuyo -donde los productores de vides vienen de soportar heladas tardías que malograron una parte importante de su producción- ya no había margen para más disgustos.
En ese marco, el Departamento General de Irrigación (DGI) de Mendoza, el organismo público que administra y fiscaliza el estratégico recurso hídrico de esa provincia, anunció que este año incrementará el canon “anual” que se paga por el derecho a riego en un 108%. Es decir, más que la inflación.
¿La razón? En los últimos años los aumentos solo consideraron la inflación estimada por el gobierno nacional, considerara por ellos como “muy por debajo de la real”, del 50.9% en 2021 y del 95% en 2022. Esto conjugado con la pérdida del poder real de la moneda “repercutió negativamente en las cuentas del DGI y en las Inspecciones de Cauce, que solicitan apoyo financiero a Irrigación”, según indicaron fuentes oficiales.
Así, la decisión apunta a que “el organismo no se desfinancie y pueda mantener la sostenida inversión en obras que viene mostrando desde hace más de 5 años”, además de “hacer frente a los gastos corrientes propios de la actividad y las obligaciones salariales de una planta de personal reducida considerablemente (un 18% desde el 2017)”.
Desde el Departamento de Irrigación, un organismo clave para una provincia que es un desierto y no podría producir si no es mediante el uso del riego, justificaron la medida también sobre la base de “anticiparse a un contexto económico cada vez más negativo y los efectos del cambio climático y la sequía que obligan a una gestión más eficiente del agua”. Incluso indicaron que ya se ha bajado el número de empleados en los últimos años y que los sueldos de los funcionarios “se han congelado”, no entregando tampoco el bono que la provincia dio a fin de año.
Lo cierto es que este ajuste obliga a los productores y viñateros de esa provincia a comenzar a hacer cuentas anticipadas para analizar los costos, en medio de producciones que vienen golpeadas en los últimos años.
#Mendoza Irrigación aumentó 108% la cuota de riego‼️
Heladas, granizo (sin lucha antigranizo) , sequía y sueldos desproporcionados de los funcionarios golpean a los productores, el @MendozaGobierno es parte del problema y no de la solución.
Urgen políticas de emergencia!!! pic.twitter.com/BviEWVJwV7— Diego Montón (@DiegoMonton1) February 17, 2023
Basta recordar las tres heladas afrontadas por los productores de frutas de pepita como la ciruela, y de quienes se dedican a la viticultura, que entre octubre y diciembre mermaron los rindes entre un 30% y un 80% según denunciaron distintas asociaciones.
A la espera de la estimación oficial de la cosecha de uvas por parte del Instituto Nacional de Vitivinicultura, muchos anticipan que aquellas heladas provocarán una merma importante de la producción. Incluso el propio ministro de Economía, Sergio Massa, se hizo eco del daño producido, y viajó a Mendoza a anunciar medidas de apoyo, como un dólar especial para las economías regionales, que luego no se cumplieron.
El riego en provincias como Mendoza no solo sirve para mantener activas las producciones sino también como formas de protegerlos ante estos fenómenos repentinos de baja temperatura. Según dio cuenta Bichos de Campo en noviembre pasado, gracias a los aportes de la ingeniera agrónoma y directora de la experimental INTA Rama Caída, Cecilia Pica, el riego sub arbóreo y el supra arbóreo son claves para proteger la fruta en estos casos.
El primero, recordemos, es por aspersión y se coloca en la base de las líneas de plantación. La nube de agua generada permite un intercambio de calor con el ambiente, lo que se potencia si se dejan algunas malezas en el suelo. El segundo, que sigue el mismo principio, genera una protección desde la parte superior de estas arbustivas.
¿Podrán los productores sortear los meses venideros? Solo el tiempo lo dirá. Mientras tanto las autoridades apuestan a mantener la rueda en marcha, pero cargando los costos sobre los actores del sector privado.
“El sistema debe funcionar y eso tiene un costo, más allá de la cantidad de agua que nos dé la naturaleza. Es más, a menos agua es mayor el costo de mantener el sistema”, sentenciaron desde el mencionado organismo.