Una muestra del desquicio económico que se vive en la Argentina, por la confluencia de la brecha cambiaria, el atraso del dólar oficial y la galopante inflación interna, es que a fines de 2022 los frigoríficos vendían la cotizada carne vacuna nacional más cara dentro del país (y eso que estaba todavía muy barata) que cuando la exportaban.
Usualmente sucede lo contrario. Lo normal es que cualquier producto que se exporte valga más que los que se consumen dentro del país. Por eso también es usual escuchar la queja de los argentinos respecto de que “los mejores cortes se exportan”. Pero en la Argentina está todo patas para arriba.
Vamos a ver qué sucedía con la carne vacuna en diciembre pasado, al cierre de 2022.
Primero hay que determinar un precio promedio del alimento en el mercado interno. Una aproximación bastante certera es la que ofrece el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA) en su informe mensual de precios, donde releva muchos puntos de venta en Caba y el Conurbano, además de en Rosario y en Córdoba. Allí se define todos los meses un valor “Promedio Carne” que en diciembre estaba en 1.219 pesos por kilo. Es decir que la carne para los argentinos (en el promedio de los cortes) había subido 42,4% respecto de los 856 pesos que valía en diciembre de 2021.
Como la inflación había sido de más del doble, por eso se decía que “los precios de la carne están muy atrasados”, cosa que empezó a revertirse en estas semanas de enero.
Pero sigamos con el ejercicio: El 30 de diciembre pasado el dólar oficial cerró a 177 pesos, por lo que esos 1.219 pesos promedio por kilo de carne vacuna equivalían a 6,88 dólares. Pero ese mismo día de cierre, el dólar Contado Con Liquidación (lo más parecido al dólar libre) quedaba en 344 pesos. Por eso a dólar real la carne para los argentinos cotizaba a solo 3,5 dólares “reales”.
¿Y cuál fue el precio de la carne exportada por la Argentina en diciembre de 2022? Según el último informe del Consorcio ABC (la entidad que agrupa a los grandes frigoríficos exportadores), basado en datos del INDEC, “el precio promedio de exportación de carne bovina refrigerada y congelada resultó en de 3.926 dólares por tonelada. Este valor resulta un 29,6% más bajo que el precio medio de diciembre de 2021, que había sido de 5.579 dólares por tonelada”.
Es decir que mientras la carne vacuna subía 42,4% para los consumidores argentinos, en el mercado internacional el mismo producto sufría una baja de los precios de casi 30%.
Los 3.926 dólares obtenidos en promedio por los frigoríficos exportadores significan un valor por kilo de 3,9 dólares por kilo. En este caso son dólares oficiales, pues las empresas exportadoras están obligadas a liquidar esas divisas ante el Banco Central, en plazos bastante perentorios. No hay modo de zafar de eso salvo maniobras de subfacturación, que permiten declarar las ventas por menos dólares, para dejar fuera otra cantidad de dólares e introducirlos en el país a través del circuito ilegal o “libre”.
Esos 3,9 dólares -que ya tienen descontadas el pago de retenciones del 9% aplicado a la industria frigorífica- equivalen entonces a 690 pesos si se aplica el tipo de cambio oficial de 177 pesos por dólar, que es el que reciben las empresas exportadoras que no hacen trampa ni “rulo cambiario”.
Es decir que en diciembre pasado, al cierre de 2022, cada kilo de carne vacuna exportada valía menos de 700 pesos, mientras que los consumidores argentinos pagaban por esa misma cantidad del alimento algo menos del doble, unos 1.219 pesos.
Esta enorme distorsión explica por qué el Consorcio ABC ha redoblado en las últimas semanas sus pedidos al gobierno para que se establezca un “dólar carne” semejante al que se aplicó para la soja. Es que cuanto más se acerque la cotización de exportación a la del Contado Con Liquidación (los mencionados 344 pesos), mejorarían los ingresos de ese grupo de empresas. De hecho, recibirían 1.341 pesos si se aplicara ese tipo de cambio y no el oficial. El atraso cambiario queda en evidencia.
Por eso también las quejas de los frigoríficos exportadores por la persistencia de retenciones del 9% sobre los cortes vacunos, o el cepo de exportación y la prohibición de exportar siete cortes de consumo popular que acaso podrían mejorar sus valores promedio de exportación. También es posible encontrar en esta enorme distorsión una explicación posible al fuerte apoyo del Consorcio ABC al cuarteo obligatorio de la media res, por ahora postergado: con ese argumento podrían dejar fuera de competencia a muchos de los frigoríficos que no venden la carne troceada, y ganar posiciones en el mercado interno, que paga mejor.
Comparar los precios de la carne de exportación con la que consumimos los argentinos apunta solo a mostrar el fuerte atraso cambiario y su impacto sobre las economías exportadoras. Muchos dirán que se comparan peras con manzanas y que no es lógico, pues aquí los argentinos comemos cortes de alta calidad (provenientes de bovinos jóvenes, como vaquillonas y novillitos) mientras que lo que se exportan son muchos recortes (y hasta huesos con restos de carne) de vacas viejas con destino a China. De hecho, ese país compró el China el 77,6% del volumen acumulado del año pasado y a un precio mucho más bajo que Europa, Chile o Israel.
De todos modos, no es tan cierto que el principal cliente argentino pague por esa carne mucho menos que el resto. El principal rubro de exportación a China fueron los cortes congelados deshuesados. Y en ese capítulo el precio promedio de China fue de 5.324 dólares en todo 2022 (equivalentes a 938 pesos al dólar oficial), aunque en los últimos meses bajó peligrosamente hasta solo 3.676 dólares en diciembre.
Comparemos entonces los precios de los mejores cortes que produce la Argentina y que suelen ir dirigidos a un mercado de alto poder adquisitivo como es Europa. La Asociación de Productores Exportadores (APEA) emite cada quince días un informe con los precios promedio de exportación que ubicaba el Bife Ancho que formaba parte de la afamada Cuota Hilton en 9.500 dólares por tonelada a fines de 2022. Eso, siempre al obligado dólar oficial, equivalía a 1.681 pesos por kilo. En este caso sí la carne exportada era más cara que la que vendida a los argentinos, que pagaron en promedio por el bife ancho unos 1.100 pesos por kilo, volviendo a la encuesta del IPCVA.
Pero en un mix de exportación de 16 cortes sin hueso para Chile, que son muy parecidos a los que finalmente consumimos también aquí, el precio promedio a fines de diciembre era de 5.600 dólares, unos 5.6 dólares por kilo, o 991 pesos.
Una vez más la mejor carne producida en la Argentina resultaba más barata colocada en los mercados de exportación que para sus propios consumidores.
Se hacen las desentendidos y culpan al gobierno, el problema de Argentina es que exporta e importa sus productos a precio de dolar oficial 180 pesos y esos mismos productos venden en el mercado interno a precio de dolar blue 380.
Con el agravante que cada vez que sube el dolar blue suben todos los precios pero cuando este dolar baja no bajan los precios, los precios el año pasado se acomodaron a un dolar de 380, luego el dolar bajo 280 y no bajo ningún precio, al contrario cuando el dolar empezó a subir volvieron a aumentar los precios.
Ningún pais es viable de esta manera, subir el precio del dolar oficial tampoco es la solución porque los productos exportables Argentinos se ponen caros para los importadores y eligen comprar a otros paises.
MIENTRAS SIGAN GOBERNANDO LAS CORPORACIONES Y LA CORTE SUPREMA QUE SON LA PATA CIVIL DE LAS DICTADURAS ESTE PAIS NO TIENE FUTURO
Los kakas tienen el problema relatado en la fábula del escorpión. Son una cúpula de castrochavistas cuyos mayores o ellos mismos fueron adoctrinados en La Habana y tienen al sector agropecuario como su enemigo…Justo en Argentina!!! Ahora necesitan desesperadamente dólares para llegar a las próximas elecciones y dejarle la bomba económica al próximo gobierno, que suponen será republicano ( aunque en este país nunca se sabe hasta donde se manifiestan los impulsos suicidas de la población). El tema de la carne no les preocupa…Solo cumplir las órdenes de su jefa.
Siempre preocupados por ganar más dinero, los consumidores no les importamos nada. No les preocupa que los argentinos no podemos pagar la carne, les quita el sueño que no pueden ganar más el el mercado exterior.
Estás cómo siempre, especuladores y vendepatria, no cambian más!!