No es extraño que muchas veces la información más básica sea la que más veces debe ser repetida. Algo de esta lógica es lo que se logra ver en las redes del veterinario cordobés Gastón Britos, quien con casi 120.000 seguidores vehiculiza, a través de casos prácticos y un vocabulario sencillo, datos claves de la profesión que pueden servir para instruir tanto a otros colegas como a productores.
En medio de una ola de calor que golpea fuertemente a gran parte del país, el contenido de este veterinario, devenido en comunicador agropecuario, comenzó a retratar las afecciones más comunes que pueden darse en rodeos bovinos –aunque muchos de los consejos aplican para otras explotaciones ganaderas como la avícola o la porcina- y a aconsejar a quienes se encargan de su manejo.
Bichos de Campo entrevistó al joven profesional, recibido de la Universidad Nacional de Río Cuarto, y obtuvo una clase magistral sobre cómo evaluar y diagnosticar problemas en estos animales durante los días de mayor calor.
-¿Qué puntos considerás que el productor no puede perder de vista durante los días más agobiantes?- le preguntamos.
-Desde una perspectiva más general, hay dos cosas que se deben tener bien presentes: el golpe de calor y la intoxicación hídrica. Es importante decir que los bovinos son animales muy bien diseñados para termoregular el calor, pero en casos extremos podemos empezar a ver afecciones.
-¿En qué circunstancias se da un golpe de calor?
-En primer lugar hay que decir que el golpe de calor se puede desglosar. No se dará únicamente en animales sin sombra ni agua, sino que puede darse en otras condiciones en las que el animal se intoxicó con alguna micotoxina como la Claviceps purpurea o la Epichloë coenophiala. Pero enfoquémonos en una perspectiva general. Generalmente un animal que tenga acceso a agua fresca y sombra no tiene chances de pasar por un golpe de calor. Sin embargo, los sistemas se han vuelto cada vez más intensivos y han llevado a que animales como estos no estén en condiciones naturales.
-Por ejemplo los sistemas de encierre.
-Exacto. El feedlot, por ejemplo, es un encierre donde el animal toma agua, come y no se mueve. En la mayoría, no en todos, sus planteos a la hora de ser construidos no tienen en cuenta la sombra. Durante el año no pasa nada pero entre mediados de diciembre y prácticamente todo enero, los animales llegan a un estrés térmico tal que pueden no termoregularse y morir. En esos lugares se recomienda al menos improvisar sombras. Poner alguna media sombra, sin una gran estructura de chapa, para que por lo menos los animales se puedan termoregular en forma tranquila.
Hoy en día existen herramientas de libre acceso que los productores pueden consultar para anticiparse a estas jornadas con temperaturas extremas. El INTA, por ejemplo, cuenta con el Índice de Temperatura y Humedad (ITH), que es de actualización constante y sirve para conocer cuándo serán los picos de calor.
“Muy poca gente le da importancia al ITH pero es muy interesante para los productores. Es una herramienta para veterinarios y asesores que también sirve para que los productores sepan cuando llegará el calor en su zona y como deberían prevenirse. En las granjas avícolas, por ejemplo, se usa para mover los ventiladores bien temprano sabiendo que el índice de temperatura y humedad de ese día esta elevado. Leyendo el dato es que empezás a trabajarlo antes. Yo lo que suelo recomendar es que la persona se ponga en el lugar del animal. Si vos estas en un corral sin sombra, todo el día al sol en pleno verano, te daría un golpe de calor mucho antes incluso de que lo tenga el animal”, afirmó Britos.
-¿Qué otras medidas preventivas se recomiendan además de la sombra?
-El agua es realmente importante. Los animales tienen que tomar agua fresca y de calidad. Muchas veces se piensa que por ser un bovino le da igual cualquier agua: si tiene barro, algas o está tibia es lo mismo. Eso no es así, ya está demostrado. Si vos al animal le das agua fresca y de calidad, que esté realmente cristalina, el animal se hidrata más y termoregula mejor. Algo que se recomienda en esta época es la limpieza de los bebederos. Rasquetearlos bien, sacarle las algas y el barro y que los animales tengan esa corriente de agua fresca y limpia. Hay que correlacionarlo con el humano. Si a vos tenés sed y te dan un vaso de agua tibia, probablemente tomes un solo vaso en vez de dos, y sea a la fuerza.
A continuación, Britos agregó: “Se recomienda además no hacer manejos de mangas a esta altura del año. Si es necesario hacerlos, que no demoren mucho y que sean durante las primeras horas del día. Hay que tratar de evitar al máximo el sol”.
-En tus redes soles relacionar el golpe de calor con la otra afección que es la intoxicación hídrica. ¿Cuándo se da un caso de ese estilo?
-La intoxicación hídrica se da cuando los animales no tienen acceso a una fuente de agua por una cantidad determinada de tiempo. El animal comienza a sufrir una deshidratación marcada y en el momento en que se la das, el animal toma tanta de golpe que se termina muriendo. Eso se da principalmente por errores humanos: porque el animal no tiene agua donde está, porque está en un potrero de encierre para hacer algún manejo, cuando deja de funcionar un molino o una bomba de aguas y le acercas agua de golpe.
-¿El animal no se da cuenta de que está lleno?
-El animal sí se da cuenta que se está llenando. Lo que ocurre es que está corriendo una deshidratación, que es lo que se requiere para que ocurra una intoxicación hídrica. Ahí entra en juego un problema químico con las reservas de sodio del animal. El animal tendrá una sed exacerbada porque sus los niveles altos de sodio le indican que tome agua. Es casi un factor de supervivencia el tomar la mayor cantidad de agua posible en el menor tiempo posible. Junta todas las reservas de agua que puede, y esa manera exacerbada de adquirirla, sumada a la deshidratación de base, es lo que desencadena el cuadro.
¿Qué función cumple el sodio acumulado en el animal?
-Es una forma de no orinar. Una de las respuestas que hay frente a una deshidratación es no orinar. Para eso se reabsorbe el sodio. El animal reabsorbe y eso se va a las neuronas. Llega un momento en que es tanto el sodio, que el agua al ingresar va hacia donde hay mayor concentración de solutos. En este caso irá hacia las neuronas y por eso la intoxicación hídrica presenta un cuadro nervioso principalmente. No es un cuadro digestivo como podría imaginarse. El animal empieza con ataxia (descoordinación), tambalea, entre otros síntomas.
-¿En qué tiempo se da la muerte por intoxicación hídrica?
-Se puede dar en forma automática, que es lo que llamamos afección sobreaguda, al lado del bebedero o dentro mismo de la laguna. Es un cuadro que podemos poner casi dentro de la muerte súbita porque no se llega a verse la sintomatología del animal por su rapidez. Pero también ocurre en forma aguda, es decir menos rápido, o incluso hay animales que sobreviven un par de días más. En esos casos las lesiones en el cerebro no son tan marcadas para matar al animal en el momento, pero lo puede matar a los siguiente dos o tres días. Está bueno que la gente sepa eso porque muchas veces piensan que el animal “quedó tonto” pero se salvó, y lo cierto es que puede morir. Es importante entender que hay una lesión en su encéfalo.
-¿Qué otros signos debe reconocer el productor en el animal para pensar en un cuadro de intoxicación hídrica, sin llegar a casos extremos?
-Lo cierto es que es muy difícil diferenciar enfermedades por sintomatología nerviosa. Muchas veces la sintomatología es similar en distintas afecciones. Es un animal no coordinado, perdido, que se tambalea, que le cuesta mantenerse en pie, que le tiemblan las piernas, etc. En ese caso se usa la epidemiología, a partir de la cual uno observa la situación en la que está el animal. La intoxicación hídrica se va a dar en una época como esta, en un momento de calor, con animales sin acceso a agua. A partir de esas condiciones es que uno puede llegar al diagnóstico. Es una suerte de “pack” lo que uno tiene que tener en cuenta.
-¿Hay forma de revertir un cuadro de intoxicación hídrica?
-Generalmente se intentan tratamientos paliativos pero muchas veces el cuadro y la lesión encefálica es tan avanzada que tiene poco éxito. Lo cierto es que no hay nada que vos puedas prescribir que te asegure una solución. Lo ideal es tratar que el animal no sufra en primera instancia un golpe de calor.
-¿Cuál sería un tratamiento paliativo?
-Se ha visto que se aplican compuestos para favorecer una descompresión del cerebro. Lo que ocurre en esos momentos es que el cerebro está teniendo una inflamación enorme, que hace que se comprima contra el cráneo y se acentúe el cuadro. Pero es algo paliativo, no es conveniente dar “recetas de cocina” sino evaluar cada caso. Hasta ahora no hay medicina que demuestre una solución concreta contra la intoxicación hídrica. Son casos en los que hay que interpretar la situación y esperar a que pasen.
-En un paso previo a llegar a este severo cuadro, ¿cómo reconocemos que un animal está pasando por un golpe de calor?
-Los animales que empiezan con estrés térmico demuestran un sufrimiento en las horas de mayor calor. En las primeras horas del día no pasa nada y luego inician con dificultad respiratoria y jadeos. Si es un cuadro avanzado arrancan los síntomas nerviosos como la descoordinación y la imposibilidad de caminar de forma correcta hasta que se caen. Te diría que inicia como un cuadro cardio-respiratorio. El animal está tratando de regular como puede y uno lo verá sobre exigido. En esos casos es clave ver a los animales e interpretar la epidemiología, para no confundir los diagnósticos. Si es un feedlot puede que se piense en una neumonía y lo cierto es que las condiciones indican otra cosa.
-¿Qué le recomendarías a un productor en esa situación?
-Se recomienda llamar a un veterinario para realizar un tratamiento paliativo a quienes tienen un cuadro avanzado, pero en relación a la tropa en general lo mejor es enviarla a algún lugar en donde haya sombra. En esos casos no tendría que importar absolutamente nada. ¿Vos tenés un monte? Envialos ahí, luego verás de juntarlos. Es buscar sombra de manera desesperada. Ese es el principal manejo a hacer. Quizás te quedás esperando para ver cómo evoluciona y eso puede ser peor. Cuando se muere uno, se empiezan a morir todos, y no tenés tiempo de tratar a cada uno en particular. Es un cuadro muy caótico.
-¿Y esa muerte en cadena por qué ocurre?
-Es una cuestión epidemiológica. Están todos los animales bajo el mismo riesgo, entonces es un cuadro que se dará en forma repentina en todos esos animales al mismo tiempo. De acuerdo a la evaluación de las condiciones, el cuadro cierra por ese lado. Es importante razonarlo así rápido porque no siempre hay tiempo para hacer una necropsia y tomar muestras. Ante la duda de que sea un golpe de calor, lo conveniente es acudir a la sombra rápida. Como estos cuadros se pueden prevenir, el productor tiene que pensar en sombra y agua.
-¿Los golpes de calor pueden ocurrir también durante el transporte de animales en camión? ¿Qué se recomienda ahí?
-Es una situación muy difícil de manejar porque la gente quiere vender en todo momento y a toda hora. Es una realidad que lo ideal es que el animal viaje durante horas de la noche o durante las primeras horas del día, antes que salga el sol, y tratar de que no sean tan largos para que no esté muchas horas sin agua. Siempre hay que contemplar al calor dentro de todos nuestros trabajos. Obviamente que es difícil que el productor lo entienda pero es hasta que te pasa algún cuadro. Cuando ocurre se pierde mucho dinero y puede llevarlo incluso a la quiebra. Es algo que realmente hay que considerar. No hay que esperar a que pase para comenzar a actuar.
-¿Por qué le diste importancia a comunicar esto en redes? ¿Sentís que falta reforzar esta información entre los productores?
-Creo que entre el ambiente veterinario y el productor hay como un teléfono descompuesto muchas veces. La información que tenemos nosotros no siempre llega al campo. Hay información muy valiosa desarrollada por el INTA que muchas veces no llega al productor. Mi función hoy en día en redes es tratar de interpretar eso que se genera por la investigación, que suele ser contenido muy técnico, desglosarlo e intentar explicarlo de forma mucho más breve y clara, para presentársela al productor. Es como ser un intérprete, con la particularidad que le doy un toque practico con los videos.
“La falta de comunicación la tenemos hace muchos años. Los golpes de calor y la intoxicación hídrica se estudian desde hace muchos años y siguen pasando. Incluso muchos veterinarios a campo tampoco conocen esas afecciones por completo. Mi principal función es esa. Es tratar de interpretar aquellas cosas de la profesión que la gente de campo debería tener a mano, pero que lamentablemente no llega”, concluyó Britos.