El paisaje es verde y montañoso, con sol, pero también con cierta neblina. María Ximena, María Denise y Ángel Tegue producen limón, aguacate y piña en la zona del Cauca, en el sudoeste de Colombia y recientemente han logrado la titularización de su predio.
“Es muy importante cultivar nuestra tierra porque de ella vienen nuestros alimentos, nosotros amamos nuestra tierra y queremos que haya más beneficiarios con un lote para trabajar”, expresa la familia.
“Estamos muy contentos de que haya salido el título de la tierra porque así podemos pedir un préstamo para ver si podemos hacer la casa y dejarle algo a los hijos; el título es importante porque acredita que verdaderamente somos los sueños de esta tierra donde vivimos y trabajamos”.
El 7 de agosto de este año, el economista Gustavo Petro asumió como presidente de Colombia junto a Francia Márquez como vicepresidenta, líder feminista y abogada conocida por su deseo de terminar con las desigualdades sociales y económicas del país y darles la voz a “los nadies”, las personas que históricamente han sido desoídas, invisibilizadas y que nunca han tenido nada.
Para este Gobierno una de las acciones más importantes es llevar adelante la muchas veces mencionada Reforma Agraria, cuyo pilar principal es la democratización del acceso a la tierra en beneficio de los campesinos y campesinas, algo que en la Argentina también está bajo discusión.
Es por esto que en estos pocos meses ya han logrado la titularización de 800.000 hectáreas de tierra y esperan llegar este año al millón, siendo el objetivo final lograr la legalidad de 7 millones de hectáreas en todo el país. Es tierra que ya estaba en poder de sus ocupantes, pero sin registros legales. Además, se han dispuesto créditos y asistencia técnica para que las familias campesinas, indígenas y afrodescendientes puedan desarrollarse, producir de forma más eficiente y sostenible, y vivir mejor.
“En 4 meses de gestión podemos mostrar que no nos hemos quedado en el discurso, que hemos hecho cosas concretas; estos títulos sacan de la ilegalidad y legitiman a personas que hasta ahora no habían podido tener acceso a la tierra”, expresa la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Cecilia López.
“Buscamos la reactivación del campo colombiano que impulsamos con un paquete de políticas públicas para proyectos productivos y ya estamos trabajando en 24 cadenas productivas como maíz, yuca, cacao, leche, carne y miel, ya que creemos que en apicultura Colombia tiene un enorme potencial”.
Hay también otros grandes temas (todos relacionados entre sí) con el cual este gobierno tiene un especial compromiso. Por un lado, poner en valor el trabajo de las mujeres rurales: están creando mecanismos para que se les reconozca el trabajo no remunerado en el hogar, pues es el primer paso en el camino para empoderamiento femenino y la equidad de género, factores que inciden también en el desarrollo rural. Por otro lado, lograr una producción más eficiente y más sustentable desde el punto de vista ambiental: hay un equipo de gobierno evaluando la posibilidad de empezar a producir bioinsumos a nivel nacional para dejar de ser dependientes del oligopolio mundial de agroquímicos.
“El eje de nuestra transformación productiva como país está en el agro: tenemos el agua, tenemos la tierra (que debe dejar de estar concentrada en unas pocas personas) y, sobre todo, tenemos la gente, que es lo más importante para lograr este cambio”, detalla López. “Además de otorgar créditos para que el agricultor pueda sembrar acabamos de crear un programa para subsidiar compras de insumos para pequeños productores de alimentos; nuestro desafío es la inclusión productiva, donde pequeños, mediano y grandes productores puedan trabajar unidos”.
En relación con estos temas, otro de los pilares de la reforma agraria es garantizar la seguridad alimentaria produciendo mayores cantidades cuidando el ambiente. Para esto el Gobierno apunta a potenciar la transferencia de tecnología para mejorar la producción y lograr la trazabilidad del ganado para mejorar las exportaciones.
“Estamos trabajando intensamente para activar el Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria y fortalecer la investigación científica, la extensión y las capacidades de los productores”, resume la ministra, “a la vez que apuntamos a fomentar la agroecología y recuperar conocimientos ancestrales de las comunidades indígenas, afrodescendientes y campesinas no para dejar de lado la tecnología actual sino para trabajar con ambos saberes para potenciar la producción”.