Hacia fines de 2021 pero sobre todo en el primer bimestre de 2022 una serie de enormes incendios rurales en la Provincia de Corrientes colocaron esa provincia y a sus productores en el centro de la escena. El evento que consumió más de 1 millón de hectáreas de campos está a punto de cumplir su primer aniversario.
Aunque la mayoría de los argentinos ya nos olvidamos, corridos por la urgencia de otras noticias, una de las cosas buenas que sucedió a partir de aquellos incendios es que las entidades rurales correntinas se pusieron a trabajar juntas, y con ayuda de los organismos públicos, en el relevamiento permanente de la situación climática.
Para ellos, los correntinos, a la tragedia que vivieron no será fácil olvidarla. Por lo menos, ahora sabemos que incluso se ha generado una página específica en la enciclopedia Wikipedia para rememorar estos mega incendios. “De acuerdo con organismos oficiales y entidades privadas, las pérdidas materiales se estiman en una suma de al menos 25 000 millones de pesos, aunque los cálculos del Ministerio de Producción del Gobierno de Corrientes prevén que el monto ronda los 40 000 millones. Las economías regionales se vieron fuertemente afectadas en el ámbito de la ganadería, la agricultura la forestación y el ecoturismo”, dice esa entrada en uno de sus párrafos.
Hay dos noticias vinculadas a aquella situación: una buena y otra mala. Empezamos por la última y contamos que la sequía sigue causando estragos entre las actividades productivas de la provincia, por lo que no se puede descartar el peligro de incendios también para este verano.
La buena noticia es que las organizaciones rurales de la provincia, junto al INTA, continúan trabajando juntas en el relevamiento de la situación. Hoy emitieron un nuevo informe de situación en medio de un escenario de “déficit hídrico registrado por tercer año consecutivo”. El informe lo firman tres de las cuatro entidades de la Mesa de Enlace, más los plantadores de arroz, la Asociación Forestal Argentina, y los citricultores.
En el relevamiento se pone foco en la situación de varias actividades. Para la citricultura se advierte que en la actualidad “se da una situación límite en la estructura de las plantas, dada la poca absorción de humedad por raíces, con mucho deterioro y mala nutrición”.
Corrientes en una importante productora de naranjas y otros cítricos dulces. Para esta actividad, la situación actual se define como “peor que el año pasado a la misma fecha”, pues “la falta de precipitaciones favorece a las plagas, lo que obliga a mayores pulverizaciones y costos”.
En este sentido, se estima una pérdida de frutas de entre el 50 y 80%, además de una fuerte baja de la calidad. “Las fincas y productores están fuertemente afectados por la crisis comercial y productiva de los últimos dos años, dejando casi en estado de abandono, a los que no poseen algún otro ingreso económico para afrontar los compromisos”, advirtieron los ruralistas, que reclaman “alguna herramienta de contención” ante la pérdida de
gran cantidad de hectáreas en explotación comercial.
En el caso de la Yerba Mate, las plantaciones venían recuperándose lentamente de la situación de fines de 2021. “Las condiciones climáticas para la brotación fueron muy favorables durante el mes de septiembre hasta el 25 de octubre. Luego, las noches se volvieron muy frías, la brotación se detuvo totalmente e incluso se pudo observar en varios yerbales como los brotes tiernos eran totalmente desfoliado producto del ataque de ácaros. Pasado ese tiempo, comenzó la segunda brotación y hoy vemos yerbales muy brotados, pero con brotes muy tiernos, esto supone que se complicará la cosecha del mes de diciembre”, advirtió el informe, preocupado por la presencia de varia splagas..
En materia de forestación, las entidades rurales advirtieron que las plantaciones “vienen expresando diferentes síntomas que permiten ver la gravedad de la situación, reflejado en algunos casos en pérdidas de hasta el 7% del patrimonio forestal, variando desde una afectación en la tasa de crecimiento de las plantaciones hasta la mortandad de éstas”.
El estrés de las plantas producto del déficit hídrico hizo que se produzca un aumento en el ataque de plagas. Esta situación también repercutió en el sector resinero, específicamente en la calidad de la producción de miera; afectando el precio de esta.
“Hay que sumar a esto, el latente peligro de ocurrencia de incendios que impide el normal desarrollo de las actividades necesarias para el establecimiento de nuevas plantaciones. Lo que ha repercutido de manera directa aumentando los costes y los tiempos necesarios para la habilitación de lotes de reforestación, registrándose en promedio una baja del 30% en el ritmo de establecimiento de nuevas plantaciones de las campañas 2021/22”.
En el caso del arroz, el cultivo también se mantiene en “una situación crítica”.
Dicen las entidades: “Las últimas campañas se caracterizaron por escasas precipitaciones, lo que en su balance acumulado trajo como consecuencia una
reducción del agua disponible para riego. Los productores, atentos a los pronósticos, informaron una reducción en el área de siembra para esta campaña 22/23 que se estima, será de aproximadamente 65.000 hectáreas, con una caída del 35% respecto al ciclo anterior”.
Finalmente, en una de las principales actividades productivas de la provincia, como es la ganadería, “hasta aquí las condiciones climáticas, no propiciaron el crecimiento de los pastizales con es habitual, por lo que falta volumen y calidad, mientras que las aguadas naturales se están secando, los ríos interiores reducidos en su caudal y las napas subterráneas están cada vez más profundas, lo que dificulta y encarece la extracción de agua”.
Frente a este panorama, que vaticina una mala disponibilidad de alimentos para el ganado durante el verano, “el stock ganadero provincial prácticamente no ha bajado, dato que enciende una luz de alarma dado el contexto”.
Las vacas ya estarían comiendo mal: “El ganado presenta una inferior condición producto de la situación de arrastre antes descripta. Menos celo en los rodeos se traducirá en menos terneros, no se lograrán los objetivos de peso en los engordes y recrías, peor aún, hay riesgo de mortandad de animales”, advirtieron los protagonistas.