Hace un par de semanas, Carbap organizó una jornada para hablar sobre ambientalismo desde el ruralismo agropecuario. Luis Herrera, que trabaja en la Fundación Campo Limpio, estuvo allí y aprovechamos para preguntarle a boca de jarro si a esta altura de la historia, casi seis años después de la sanción de la Ley de Envases Vaciós de agroquímicos, no había sido infructuoso el intento del sector provado de retirar los bidoden plásticos de los campos.
¿Vaso medio lleno o vaso medio vació? Pobre Herrera, pues le tocó contestar la pregunta más fulera:
-Vamos por parte. ¿Qué es Campo Limpio?
-Campo Limpio es una asociación civil sin fines de lucro cuya misión es recuperar todos los envases vacíos de fitosanitarios del campo argentino. A partir de una sanción de una ley sancionada en 2017 y reglamentada en 2018, se crea en 2019 esta asociación civil donde hoy están conformadas 111 empresas que participan en el mercado de fitosanitarios. Son ás del 90%, es decir que tiene un alto grado representatividad.
-¿Y qué debe hacer Campo Limpio?
-Esta ley obliga a los registran agroquímicos, que son estas empresas que vuelcan los productos al mercado, a recuperar estos envases, a presentar un plan de gestión a las distintas provincias -que son la autoridad de aplicación en materia ambiental- adaptado específicamente a cada una de las realidades.
Mirá la entrev ista con Luis Herrera:
La estrategia de la fundación fue crear en los territorios provinciales Centros de Acopio Transitorio (CAT) de los bidones de agroquímicos, donde se almacenan y se clasifican a la espera de poder ser entregados a alguna de las firmas que reciclan este tipo de plásticos. Los bidones deberían llegar al lugar luego de ser tratados con el “triple lavado” y otras medidas preventivas. Los pueden llevar los propios productores pero como esto no siempre sucede, tambien son frecuentes las campañas de recolección organizadas desde la propioa Fundación.
-En los centros de acopio se juntan los bidones… ¿Para de ahí trasladarlos a dónde?
-Los productores tienen la responsabilidad de llevarlo tanto a un centro de acopio transitorio como entregarlo en una jornada de recepción. Esas jornadas son confeccionadas en coordinación tanto con el municipio como con la provincia, en donde se estipula un día un horario y ahí se hace promoción como para que los productores estén al tanto y ahí se entregan todos los envases. Esos envases, tanto los de la jornada recepción como los de los CAT, luego los retira a un operador habilitado en cada una de las provincias, que los chipea y después ese plástico puede ser utilizados por la industria para determinados usos, también estipulados por las autoridades.
-Eso ya lo aprendí. No se posible reciclar un bidón de plástico que tuvo un agroquímicos para hacer juguetes infantiles. Pero se pueden hacer postes, varillas, muebles, etcétera.
-Totalmente. Las provincias son las que autorizan el uso. Durmientes, postes, postes de alambrado, varilla de alambrado, recubrimientos eléctricos. Montón de cosas. Si las empresas quieren disponer del insumo para un determinado uso, solicita la habilitación de la provincia y luego de un estudio habilita o no el uso del plástico reciclado para determinado producto.
Si chancho limpio nunca engorda, Campo Limpio por lo menos comenzó a ganar algo de peso
-Vamos a jugar al juego del vaso medio lleno o el vaso medio vacío. Para mí, el vaso está medio vacío. Han pasado muchos años de la sanción de la ley y aunque es cierto que todo tarda en la Argentina en reglamentarse, y se pierden meses valiosísimos, todavía falta llenar mucho el vaso. ¿Qué sentis vos que sos parte?
-Lógicamente nosotros somos optimistas, se viene trabajando mucho, se viene haciendo un enorme esfuerzo en el despliegue a nivel nacional. Hoy tenemos ya 59 CAT habilitados en todas las provincias.
-¿En todas o falta alguna provincia?
-Tenemos 18 provincias que tienen el plan aprobado y se viene haciendo un despliegue en todas. Una de las últimas es San Luis, donde se está haciendo la estructura de los dos primeros CAT. La verdad que si bien hay provincias que todavía no tienen el plan aprobado, o como en el caso de Santa Fe, que todavía están discutiendo la reglamentación, se viene avanzando muy rápidamente a nivel país. En el 2020, cuando empezó este sistema, hubo una recepción de 1 millón de de kilos, en el 2021 estuvo cerca de 2 millones y medio. Y seguramente ahora el 2022 vamos a aumentar en un gran porcentaje.
-Inevitable hacerse la pregunta sobre cuánto representan esos 2 millones de kilos sobre el total. ¿Queda mucho plástico por levantar en el campo?
–Lógicamente queda mucho, pero se viene recuperando muchísimo plástico. Y bueno, esto no se hace solo. Acá hay una responsabilidad compartida en donde si la obligación de Campo Limpio es disponer del sistema y la obligación de recuperar el plástico, a su vez los productores tienen la obligación de llevar el envase vacío y lo hacen.
-¿Hay compromiso de los productores? Vos me decías que está creciendo, que están aprendiendo, ¿pero falta mucho o falta poco?
-Falta, falta. Yo miro el medio vaso lleno porque cada vez hay más compromiso, pero obviamente que falta. Un cambio de conducta no se hace de un momento para otro. Estamos frente a un cambio de paradigma, donde venimos de una economía lineal a pasar a una economía circular. Antes el desecho era bueno, nada se tira, pero no solamente en envases de fitosanitario, en cualquier tipo de residuo. Pero todas las empresas a nivel internacional está incorporando estas prácticas. La palabra sustentabilidad ya dejó de ser una palabra aislada que quedaba lindo para entrar en acción. Obviamente falta mucho.
-¿Y como viene este aprendizaje en otros países? ¿Hacen esa comparación?
-Nosotros venimos en términos relativos, pese a los tres años que tenemos como sistema de gestión, bastante bien.
-Insisto con el vaso. ¿Estamos medio lleno o medio vacío? ¿Pasamos al menos la mitad, el 50%?
–Estamos cerca del 50%. En algunas provincias más, en otras provincias menos, otras provincias están con un despliegue incipiente. Pero en el mediano plazo vamos a disponer de mucho mayor porcentaje. Para esto se necesita un cambio de conducta de los productores, una concientización de que necesitamos ser ambientalmente responsables y que cada uno haga lo que tenga que hacer para poder cumplir con un sistema de gestión y principalmente que el envase vacío no termine en donde no tiene que terminar y no afecte al ambiente y a la salud de las personas.