La Federación de Asociaciones Rurales y Forestales de Misiones (FARM) envió esta semana una carta al laboratorio Biogénesis Bagó para manifestar la “absoluta disconformidad” con el ajuste anunciado del precio de la vacuna contra al aftosa para comienzos de 2023.
El valor informado, que comenzaría a regir a partir del próximo 15 de diciembre, es de 281 pesos por dosis versus un precio actual de 227 pesos, lo que representa un ajuste de casi el 24% en un momento en el cual el precio de la hacienda hace meses que está virtualmente “planchado”.
La carta, que fue enviada también al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (dado que la vacuna es obligatoria), remarca que “carece de justificación el aumento” teniendo en cuenta “la situación que vive la ganadería argentina”.
El texto, firmado por Darío Bruera, presidente de FARM, explica que en Misiones “el costo operativo (de la inoculación) es extremadamente caro y se hace inviable, en esta situación económica que atraviesan los productores, afrontar el costo de una campaña sanitaria con estos valores” propuestos por Biogénesis Bagó.
“Es por ello que pedimos y apelamos a que a través del Senasa y CRA (Confederaciones Rurales Argentinas) se allanen a negociar un precio más acorde con la realidad ganadera de nuestra provincia, que no es ajena a la realidad que se vive en el resto del país”, reclamaron los misioneros.
“Con precios deprimidos, inflación de costos y desastre climático, le planteamos, en una conversación que mantuvimos con el representante de Biogénesis Bagó, Miguel Giménez Zapiola, que en el actual escenario el productor a partir de ahora va a tener que definir prioridades por falta de recursos: si carga combustible en su camioneta o compra vacunas de aftosa”, explicó Bruera a Bichos de Campo.
Si bien FARM envió un reclamo por escrito, lo cierto es que el problema está presente en muchas otras provincias, donde se plantearon quejas recurrentes al respecto.
La cuestión es que, a diferencia de otros costos, el de la inoculación contra la aftosa no contempla libertad de elección de proveedores, pues la provisión de la vacuna se realiza en el marco de un oligopolio conformado solamente por dos empresas: Biogénesis Bagó y CDV (la primera de las cuales tiene una posición dominante en el mercado).
En los últimos años, por otra parte, las fundaciones y entidades sanitarias que se encargan de instrumentar la vacunación contra la aftosa, entre otras enfermedades, vienen advirtiendo que el costo de la vacuna provista por Biogénesis Bagó crece proporcionalmente más que en el costo del servicio de inoculación.