En 1976 Marilina Ross se exilió en España para escapar del gobierno militar argentino. Regresó a la Argentina en 1980 para componer una canción que terminó siendo icónica para la época, “Soles”, cuyo estribillo, “Aunque no lo veamos, el sol siempre está”, representaba el ferviente deseo de la mayor parte de los argentinos de vivir en paz luego de años de violencia barbárica.
Podemos valernos de ese auténtico himno a la esperanza para afirmar que, aunque no la veamos, la soja siempre está, pero para aparezca en escena, claro, se necesita que el gobierno le saque, aunque sea un ratito, la mano del bolsillo a los productores de la oleaginosa.
La mentira del tipo de cambio oficial intervenido por el gobierno se cayó cuando el Banco Central (BCRA) se quedó sin reservas suficientes de divisas.
Ya está el número oficial final ¿Cuántas divisas generó realmente el régimen del “dólar soja”?
La importación de productos, insumos, piezas y demás elementos indispensables para el desarrollo de la actividad económica quedó en manos de las propias empresas, las cuales pueden recurrir, por ejemplo, al mercado “contado con liquidación” (CCL) para adquirir en el exterior dólares a un valor actual de 324 $/u$s.
Pero si una empresa agropecuaria, con un importante nivel de costos dolarizados, comienza a tener costos CCL con precios de venta “tipo de cambio oficial” (169 $/u$s), entonces la descapitalización salvaje está a la vuelta de la esquina. Por instinto de supervivencia, los productores venden entonces solamente lo indispensable.
Para salir de esa dinámica perjudicial, el ministro de Economía Sergio Massa implementó en septiembre pasado el denominado “dólar soja”, el cual, con un tipo de cambio por tiempo limitado de 200 $/u$s, logró incentivar ventas del poroto, recomponer las reservas del BCRA y obtener un par de meses de respiro.
Pero lo hizo a costa de “romper” el sistema de formación de precios de la soja, el cual, antes del “dólar soja”, funcionaba relativamente bien. Pero ahora ya no.
La noticia es que los precios FAS de la soja 2021/22 en el mercado argentino comenzaron a caer en las últimas jornadas a causa del inminente anuncio de la segunda versión del “dólar soja”, el cual se está terminando de “cocinar” en estas horas.
Tal como ocurrió en la primera versión, la metodología estará diseñada para crear un “efecto puerta 12” que mejore los precios en pesos (papel pintado) a costa de deprimir los valores en dólares de la soja con el propósito de incentivar que las compañías exportadoras adelanten las divisas de los embarques de poroto, harina y aceite de soja que realizarán en los próximos meses.
Por supuesto, la dosis de dinero “falopa” tendrá que ser más grande para poder incentivar ventas: los 200 pesitos por dólar quedarán para el recuerdo.
Si se tiene en cuenta que el sector agroindustrial ya paga por adelantado los derechos de exportación, el hecho de que también tenga que aportar por adelantado las divisas representa una distorsión tan gigantesca que no tiene ya nada que envidiarle a una Junta Nacional de Granos.
Más allá de la efectividad de la medida, lo cierto es que en marzo próximo –con suerte– volverá a presentarse el mismo problema al vaciarse otra vez el BCRA de divisas y nuevamente habrá que “sacar un conejo de la galera”.
Aunque no la veamos, podría decir Marilina Ross, la capacidad de los argentinos para trabajar, generar riqueza y desarrollo sigue intacta. Solamente falta que el Estado le saque un pie de encima.
No tenían otro ejemplo para dar que el de ese tema asqueroso, realizado por gente asquerosa, afin a este maldito gobierno que nos deja a todos los que trabajamos en pelotas.
Aunque no lo veamos, nos viven cagando los choros de siempre, a cuáles ensalzan actores y cantantes como la torta que describen.