Con el objetivo de promover una producción láctea sostenible y comprometida con el cuidado de los animales, la empresa Mastellone Hermanos lanzó un Protocolo de Evaluación del Bienestar Animal en sus establecimientos lecheros y obtuvo, por primera vez en el país, una certificación IRAM por su trabajo. La marca insignia que llevará ese logo será La Serenísima, que lo hará primero en su línea de leches y luego lo volverá extensivo a otros productos.
“El bienestar animal es el eje principal de la compañía. Esto no es nuevo. La Serenísima, a través de los 93 años que está cumpliendo de edad, siempre estuvo muy cerca del productor para tratar que los animales sean tratados con respeto y de acuerdo con las normas éticas de bienestar existente. Entendemos que las vacas bien cuidadas nos dan la mejor leche y uno de nuestros compromisos es el aseguramiento de una materia prima sustentable”, dijo Luis Demicheli, gerente de Sistemas de Gestión y Sustentabilidad de la empresa, en una conferencia con periodistas del sector.
El trabajo comenzó el año pasado a través del análisis de productos lácteos internacionales, que ya se encontraban certificando Bienestar Animal.
“En diciembre hicimos un análisis sobre la normativa disponible para armar nuestros Sistema de Gestión y encontramos una especificación técnica de ISO, que tiene su adopción en las normas IRAM. Dicha especificación es del 2016 y fue adaptada en 2018. Pero como sentimos que con eso nos quedábamos cortos, aplicamos los lineamientos del Código Terrestre de Bienestar Animal 7.1 y 7.11, que son los que aplican directamente a ganado de producción de leche”, explicó el gerente.
Entre enero y marzo de este año, la empresa definió los criterios de evaluación y ejecución del protocolo, y el formato del plan de acción. El mismo sigue los lineamientos estipulados por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA, ex OIE) que reconoce cinco libertades dentro del Bienestar Animal.
“El animal debe estar libre de hambre, sed y desnutrición; libre de molestias físicas; libre de dolores, lesiones y enfermedades, libre de expresar su comportamiento natural y libre de cualquier temor o angustia. A su vez nosotros desde la empresa sumamos algo más que es el establecimiento y fomento de la cultura del Bienestar Animal en toda nuestra cadena de valor”, detalló Demicheli.
En julio se presentó la documentación respecto a ese sistema de gestión diseñado, y en agosto se obtuvo la certificación para la norma IRAM-ISO/TS 34700. El sello de dicha certificación aparecerá en los empaques de los productos acompañados de un código QR que podrá ser escaneado por los consumidores.
El protocolo acordado contempla la evaluación de los 600 establecimientos lecheros que envían su materia prima a la empresa. A partir del estudio de 25 indicadores que recorren todas las etapas de la vida de animal y del relevamiento de más de 65 puntos de control en cada tambo, la empresa indicó que obtuvo un corpus de más de 4500 datos sobre el bienestar animal de los rodeos de los que se abastece.
“Nuestro trabajo incluye con la observación a campo, con recorridas, y no tanto la observación edilicia que incluían muchos de los primeros protocolos creados”, afirmó el empresario.
¿Y qué ocurre con aquellos establecimientos que deban hacer todavía adecuaciones para cumplir con estos lineamientos? Desde Mastellone señalaron que continuarán participando del esquema de negocio con el compromiso de cumplir con las mejoras requeridas. En caso de necesitar asistencia técnica o ayuda económica, la empresa contempla planes de acompañamiento a esos productores.
A partir de esta certificación, la empresa deberá someterse a auditorías periódicas para verificar la correcta implementación del sistema, además de auditorías anuales que evaluarán indicadores de mejora.
“Esto no termina acá. Es una rueda que gira y que debemos tratar de que siempre vaya hacia adelante”, concluyó Demicheli.