El cantor y luego actor José Luis “Serrano” González nació y vive en Villa Dolores. Cuenta que un día debía participar en un concurso con seudónimo, con una canción del “Negro” Álvarez” y éste le sugirió presentarse como José Luis “Serrano”, porque es un cordobés “chuncano”, oriundo de Traslasierra. Recuerda que ganó el primer premio, entre 150 participantes, gracias a la bella canción del Negro. Ese nombre artístico le quedó para siempre, pero Serrano logró ganarse el corazón de todos los argentinos cuando, casi sin querer queriendo -como decía el Chavo- creó un personaje entrañable y lleno de ternura, “Doña Jovita”, a quien todos los argentinos sentimos como nuestra “madre serrana”.
Pocos saben que José Luis es ‘agrónomo general’, ya que egresó de una escuela agraria. “Después quise estudiar ingeniería forestal, al observar que los pájaros de mi infancia ya no venían al valle ni a los patios de las casas a causa de que se estaba rompiendo su hábitat. Esa preocupación quedó plasmada hace 35 años en el primer monólogo de Dona Jovita que fue un alegato sobre la destrucción del monte y centrado en los pájaros. Siento que desde entonces he transitado un camino de conocimiento”, reconoce este actor comprometido con su tierra.
Al preguntarle acerca de cómo se convirtió en actor, nos dijo: “Sólo tenía unos tíos guitarreros, y tal vez por eso empecé escribiendo coplas y luego me nacieron canciones que escribo y compongo hasta hoy. Entonces cantaba y ni me percataba de que también actuaba para que la gente captara mis canciones. O hacía imitaciones, a modo de presentación de las mismas”.
“Tuve la oportunidad de trabajar con actores profesionales. Ellos me disciplinaron un poco en las técnicas de la escena. Así fui estudiando teatro mientras hacía las presentaciones. Eso me ayudó a controlar mi locura, mi desfachatez, que en algún punto fue necesaria para poder expresarme en libertad. Nunca me animé a decir que soy actor, pero cuando paro en los hoteles, pongo ‘actor’”, se define.
Serrano, inspirado en las mujeres del cancionero folklórico, empezando por “Doña Dominga”, del cantautor cordobés Carlos Di Fulvio, ha dicho: “Doña Jovita posee algo de Cantinflas, de Minguito, del Chavo, del verdadero y puro humor. Creció sin querer, por pequeñas alocuciones. Una especie de ‘Inodoro Pereyra’ que se desarrolló sin la intención de generar un éxito”.
“Hacer un personaje femenino fue toda una decisión, porque una mujer tiene mucho silencio amontonado en esta cultura. La viejita está inspirada en varias abuelas de montaña, es real, una anciana pobre, que desde la adversidad hace de la vida una experiencia linda, maravillosa. Es mujer, vieja, pobre, porque ‘lo que más cundía en esos tiempos era la abundancia de escasez’-dice-, es del Interior, las tiene todas en contra. Igual, hace flores de sus penas”.
Su objeto es hacernos ver siempre desde otro lugar, con otro cristal, hacernos ver desde ‘tras-las-sierras’ para poder vernos a nosotros mismos y acercarnos a nuestra verdad más íntima. Serrano logró encarnar de tal modo a su personaje que recuerda: “Cuando empecé en radio Mitre, en un programa de folklore antes de estar con Luis Landriscina, tuve que aclarar que era un personaje, porque el público creía que la pobre Jovita era real”.
Cuando Jovita hace referencia a la paradoja de que “lo que abunda es la escasez”, pareciera ser que nos quiere recordar aquello de que: “Rico, no es el que más tiene, sino el que menos necesita”.
Dice: “Los grandes eventos culturales que nos quedan en el alma tienen que ver con la escasez, el sufrimiento que se supera juntos, con compartir una ‘minga’ ancestral, una mateada. Ahí aparecen los más fuertes vínculos humanos manifestando el amor y la solidaridad. Cuando ingreso a esa cosmovisión es una verdadera aventura, un juego –ha dicho José Luis- porque la idea de tiempo es un prejuicio humano –profundiza. Estas abuelas del campo se parecen a la viuda que dio todo, citada en la Biblia. El texto dice: ‘Les aseguro que esta viuda pobre, ha dado más que todos los otros que echan dinero en los cofres; pues todos dan de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir. (Evangelio según San Marcos, capítulo 12, versículo 41)’.
Este personaje tal vez a Serrano le venga de la sangre desde sus ancestros: “Los de mi madre eran campesinos criollos, ella solía decir que descendía de los originarios, que bien podrían haber sido comechingones o sanavirones o huarpes, no se. Jovita tuvo antes otros nombres, pero cuando vi que tenía aceptación le puse así por mi abuela Joba González de Villa Real. Yo le cambié por la ‘v’ corta”, aclara.
Serrano cita a Aminda López de Altamirano como una de las ancianas reales que le inspiran la pureza de su personaje: “Ella es una sabia tejedora o como suelen decir, ‘tejendera’, de 83 años, con 13 hijos y suele bajar de Traslasierra a Las Rabonas, donde ahora vive, caminando durante una hora y media”, nos la presenta.
“Un día me dijo: ‘No existe gente mala, sino equivocada’. Te das cuenta de que los que viven en la soledad de los cerros, son sabios como los monjes del Tibet, personajes baqueanos de la escasez, fuera del circuito del consumo. Son verdaderos científicos en los detalles de la vida rural. Tienen buena mano para las plantas y los injertos o para hacer esquejes. Estamos rodeados de sabios anónimos. Nosotros no seríamos capaces de pialar un novillo ‘orejano’. Pero la gente expulsada del monte, pierde su cultura, su querencia y queda desvalida. Viene un civilizado que te insiste en que sos un fracasado y puede ser que logre convencerte. Es lo del cuento de Landriscina, sobre el santiagueño y el que le llegó de la ciudad que le quería cambiar la vida”.
Los lunes a la hora 13, Serrano habla por “Radio María” para todo el país. “A veces hablo yo, Serrano, con Jovita. Y a veces, Jovita sale sola. Hace poco puse en boca de ella estos versos con reminiscencia de coplas españolas, y la gente empezó a llamar: “El que se va de su pago / Es alma pal desconsuelo. / ¡Quién estuviera en su tierra, / aunque durmiera en el suelo!”. Si algo nos está faltando, no es el progreso, tal como nos lo están planteando.
Con su personaje ha dicho sí a un montón de causas populares y las asiste sin cesar, por ejemplo, participa del Proyecto Comunitario “Conectando Arte y Naturaleza en las escuelas”, liderado por Javier Castellano, yendo a parajes inhóspitos.
Pronto, Serrano se presentará con Jovita en La Rioja, San Luis, Mendoza, Rosario y Esperanza. “Estoy haciendo una propuesta unipersonal, ‘El Don y la Doña’, donde primero canto y cuento cosas, sobre la vulnerabilidad humana, y las canciones que hablan de eso. Después, aparece Doña Jovita hasta el final”, dice.
“Si hay un viento de tristeza, ni se te ocurra creerle”, “Amor precario”, “Te acordás Olegario”, “La vaca falopera”, “Zamba para mi celularito”, “Rebelión en la panza” y “Adán le dijo al Criador”, son temas de este espectáculo. Está escribiendo canciones sencillas para Doña Jovita y para él mismo y terminando otras que había comenzado con Juan Falú, Naldo Labrín, Ica Novo, Shalo Leguizamón y Marita Londra. “Estoy ensayando un dúo con un amigo, y si salieran dos canciones grabadas, sería suficiente”, aventura.
“Jovita” escribió en la revista 7 a 7, de los chicos del albergue Sol de noche, “Diez Arrimes para el Turismo”, una serie de consejos para proteger el monte cordobés, donde culmina: “Sí, aquí hay una comarca que puede salvarse, los propios de acá debemos… rogar que los ‘funcionarios’ no anden de corderos, o carneros y sepan sentir cuál es el pedido de la tierra, de la gente. Le dije al senador: a la gente no hay que darle lo que le pida, sino lo que necesita, que no es lo mismo, señor dotor o abogao, a cargo nuestro, hagaló y va a ver cómo le vale más que panza que no puede dominar. Usted me hace acordar a los frailes de antaño. Practiquen la vergüenza, que ya es algo, por lo meno’.”
Pero no sólo “Jovita” puede tener la lengua filosa; José Luis ha dicho: “No me gusta reírme de las cosas obvias. Es como dice Savater, ‘no hace falta convertirse en un idiota para divertir’… Juan Berdaguer hizo humor pensante hasta el día de su muerte; el Chavo es puro ingenio, aún hoy”. Agregó: “Hemos perdido esa condición de simios, de reírnos de nosotros, de redescubrirnos, buscar otra mirada. No hay desafío para la evolución intelectual. Por eso es que Doña Jovita se ríe de sí misma”.
Serrano culmina: “Vivo en Villa Dolores con mi familia. Disfruto de las grandes ciudades pero no se quedarme por mucho tiempo. Me gusta la calidad de vida que llevo, de estar con mis seres queridos, con mis vecinos, el verde, los arroyos, las sierras. Me gusta tallar madera, tengo un piano, pero no tengo tiempo de tocarlo, y hoy me llama más escribir coplas. Manuel Machado decía: ‘Lo que se pierde en fama, se gana en eternidad’. Soy consciente de que en esta vida estamos atados con alfileres. Vivo del pulso diario de las pequeñas cosas. No tiene sentido dejar entrar a la tristeza. Hay demasiado por hacer y cosas muy lindas. Aspiro, mientras pueda, como dicen en el campo: Si Dios me presta la vida, me gustaría estar siempre acompañado, y que sea con la palabra, el silencio y las canciones”.
Los invitamos a conocer más al músico, compositor y cantautor José Luis Serrano, entrevistado en el programa “Lo que se nos canta”, de Silvia Lallana, donde interpretó junto a ella la chacarera a Don Altamirano.